El 11 de junio, en el Savoia Hotel Regency de Bolonia (Italia), los ministros del medio ambiente del G7 se reunieron por primera vez para analizar la decisión del presidente Donald Trump de abandonar el Acuerdo de París. Allí estaba también el ministro del Medio Ambiente, Marcelo Mena, el primer chileno en acudir a esta cita. ¿Cómo llegó a sentarse en este foro de los siete países más industrializados? Primero, porque para el G7 es importante mostrar que el cambio climático no es un cuento chino. De hecho, estaba el ministro de Islas Maldivas, que desaparecerá si sube el nivel del mar; los de Etiopía y Ruanda, afectados por sequías extremas; y Chile, que ha enfrentado dos aluviones en el desierto más seco del mundo, y el segundo incendio forestal más grande de la década a nivel mundial. La segunda razón sería el “factor Mena”. Quienes lo han visto en foros aseguran que ha llamado la atención por su convicción y conocimiento técnico.