Seis años atrás, en junio de 2011, estalló el caso La Polar. Al conocerse el fraude financiero de mercado de valores más importante del país, se produjo un remezón tanto social como corporativo.

Un año después, como una de las medidas para combatir las posibles irregularidades en el sector, se creó el Sello Sernac, una suerte de distinción para aquellas empresas que cumplieran con la Ley de Protección al Consumidor y los reglamentos, como por ejemplo, que no contengan cláusulas que puedan ser abusivas para el consumidor.

Sin embargo, se estableció que no sería obligatorio y que serían las empresas lasque optarían por adherirse.

A cinco años de implementada la política no existe ninguna empresa que cuente con ese sello en nuestro país.