Las verdaderas razones de por qué el ex párroco de El Bosque Fernando Karadima (86) fue trasladado desde el convento de las Siervas de Jesús de la Caridad en Providencia hacia el Hogar de Ancianos San José, en Lo Barnechea, es concreta y no se limita al desgaste natural “luego de seis años de permanencia en el lugar del sacerdote”, como señaló el Arzobispado de Santiago.

Karadima, sancionado a una vida de penitencia y oración por el Vaticano, por abuso sexual de menores y mayores de edad y abuso de autoridad, debió abandonar la casa donde cumple su retiro de por vida porque las religiosas que lo acogían estaban cansadas de mantenerlo como huésped. Frecuentemente aparecían rayados insultantes hacia Karadima en la muralla del frontis del hogar ubicado en Bustamante 568.

Y, además, las ancianas que viven y reciben cuidados en el convento —mayoritariamente de familias acomodadas— comenzaron a trasladarse a otras casas de reposo. Karadima era un centro de atracción constante de la prensa, cosa que a ellas les molestaba. Los parientes de las ancianas que visitaban el hogar solían reclamar ante la presencia del ex párroco.