Por Qué Pasa Mayo 5, 2017

La historia dice que en Chile, a inicios del siglo XX, Jorge Cuevas Bartholín era conocido simplemente como “Cuevitas”, hijo de una familia venida a menos que de todas formas se hizo un nombre en ciertos círculos sociales. Sin embargo, partió a Europa en busca de mejor suerte. Y la encontró en una sastrería, cuando en 1928 conoció a Margaret Strong, nieta del magnate John D. Rockefeller. Lo que vendría después sería la extravagancia, los lujos, los excesos, una amistad con Salvador Dalí y una vida dedicada al ballet y a viajar entre Nueva York y París por los círculos sociales más privilegiados. Y fue en ese ir y venir que conocería a Jean-Marie Le Pen, un joven francés que se quería dedicar a la política. Cuevitas —quien en este entonces ya era conocido como el Marqués de Cuevas— terminaría financiando su campaña para ser diputado por París. Años después, en 1958, se reencontrarían, pues el marqués chileno le pediría ser su padrino en un reto a duelo de espada, donde enfrentaría a un coreógrafo, en tiempos en que esas disputas ya estaban prohibidas en Francia. Al político francés no le quedó más que aceptar —pues con el dinero que le había sacado al Marqués de Cuevas terminaría por fundar su partido político—, así que asistió a este espectáculo donde llegaron más de 50 periodistas y fotógrafos. Finalmente el duelo fue sólo un show y terminaron todos abrazados. Un par de años más tarde, en 1961, moriría el Marqués de Cuevas. No iba a alcanzar a conocer a Marine Le Pen, hija de su amigo Jean-Marie, quien hoy está muy cerca de ser electa como presidenta de Francia con las mismas ideas políticas de extrema derecha de su padre.

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