Por Qué Pasa Septiembre 30, 2016

Un fiscal implacable, pero con evidentes conflictos de interés, un empresario inescrupuloso y un representante del gobierno federal con agenda propia. Estos son los elementos del triángulo central de la serie estadounidense Billions que, por estos días cautiva a políticos, empresarios y fiscales chilenos.

El punto es que la historia, disponible en Netflix, tiene varios elementos que conectan con la agenda chilena, marcada en los últimos años por casos de corrupción de “cuello blanco” que han vuelto a los fiscales protagonistas permanentes de las historias consumidas por la prensa.

De hecho, Billions parte con un millonario negocio inmobiliario que pone al inversionista Bobby Axelrod en la mira del fiscal federal Chuck Rodas de Nueva York. Cualquier similitud con la realidad es sólo coincidencia.

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