Por Qué Pasa Octubre 8, 2015

“Si se rechazara, es una derrota para Enrique (Rajevic), que no se lo merece, y particularmente para mí, porque yo se lo propuse a la presidenta. Estoy optimista, pero no confiado”, dijo el domingo pasado —en El Mercurio — Jorge Burgos. Sus declaraciones fueron interpretadas en La Moneda como un aviso que, de ser rechazada la nominación del abogado para ser contralor, el ministro del Interior podría renunciar.

Como una de las principales críticas a los asesores del segundo piso ha sido su incapacidad para adelantarse a crisis, el apoyo o rechazo a Rajevic, el martes en el Senado, se transformó en uno de los principales temas de los asesores de Bachelet. Más aún si a esa altura había trascendido que Burgos había comentado —en privado— que ante un escenario adverso no tendría sentido continuar como jefe del gabinete.

Desde el segundo piso se le habría encomendado al subsecretario Mahmud Aleuy monitorear una eventual renuncia de Burgos.

El martes, tras la exposición de Rajevic en la comisión de Constitución, el gobierno se percató que no estaban los votos y, a través de una rápida maniobra, el ministro Marcelo Díaz con la ayuda de Isabel Allende y otros senadores logró postergar la votación.

En el intertanto, trascendió desde La Moneda que el ex embajador Luis Maira (muy cercano a la presidenta) había sido sugerido como eventual reemplazante de Burgos, en el caso de que éste dejara su cargo.

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