La semana pasada se dio a conocer que la Policía de Investigaciones compró, a un costo cercano a los US$ 3 millones, el software Galileo (bautizado en Chile como Phantom) para monitorear información privada en computadores y teléfonos.

Si bien la compra se justificó para el uso “sólo con autorización judicial”, los funcionarios de La Moneda ya venían comentando desde 2014 la existencia de este software y sus usos en las redes de comunicación.

Durante los últimos meses los funcionarios de La Moneda habían comenzado a restringir las conversaciones vía WhatsApp, ante el temor de ser espiados. Varios, incluso, descargaron Telegram, una red social que estaría fuera del radar del cuestionado software. La paranoia por espionaje había llegado al punto de restringir las llamadas por celulares y los correos personales.