Los próximos 90 días podrían marcar un antes y un después en las intenciones del gobierno por alcanzar la integración energética con Perú. El pasado 1 de julio, el Congreso del país vecino le otorgó al Ejecutivo peruano la facultad —por  un plazo de tres meses— para dictar el marco general que permita la interconexión internacional de sus sistemas eléctricos y el intercambio de electricidad.  Son tres meses claves, explican fuentes conocedoras. Esto, puesto que es en ese lapso en el cual el gobierno de Michelle Bachelet debe ir avanzando en paralelo para coordinar los tiempos y lograr aunar criterios con Perú para generar, terminados los 90 días, pasos concretos que den pie a la integración.

Las aspiraciones para alcanzar ese fin ya fueron planteadas por la propia presidenta Bachelet. En la reciente cumbre de la Alianza del Pacífico, la mandataria vio con buenos ojos el avance que ha tenido la nación vecina en materia energética versus las necesidades que tiene Chile y, de hecho, abordó el tema con su par peruano, Ollanta Humala. También hizo lo mismo el ministro de Energía, Máximo Pacheco, con su homóloga, Rosa María Ortiz.

Las tratativas no sólo se han circunscrito al ámbito gubernamental, pues empresarios de ambos países agrupados en el Consejo Empresarial Chileno-Peruano llevan dos años trabajando en la materia.