Por quepasa_admin Junio 25, 2015

La precampaña presidencial de Michelle Bachelet se convirtió en uno de los principales mitos de la Nueva Mayoría: unos la reconocen, otros la niegan y el resto afirma que si bien se realizó, la candidata no estaba informada.

En el entorno del ex ministro Rodrigo Peñailillo, que lideró el proceso, señalan que, además de la búsqueda de financiamiento, son varias las tareas anónimas que, a partir de 2012, realizó el grupo que solía reunirse en la Fundación Dialoga y también en casas particulares.

Una de las misiones era crear una red ciudadana a lo largo del país para activar la campaña cuando Bachelet volviera a Chile desde Nueva York. Entendiendo que ella quería desmarcarse de las dirigencias de los partidos —fuertemente cuestionados por la ciudadanía—, crearon una base de datos con los resultados de las elecciones municipales de octubre de ese año, con los concejales de izquierda mejor votados del PS y el PPD, para pedirles ir preparando la campaña a nivel comunal.

También ayudaron a gestionar una red de apoyo de mujeres. En extensos debates con Revolución Democrática, el reducido equipo fue zanjando las discusiones políticas y programáticas que por ese tiempo mantenían entrabada a la Concertación,  definiendo los ejes de lo que sería la campaña y resolviendo hasta dónde se podría avanzar en la reforma educacional, que fue la principal promesa cuando Bachelet aterrizó en Chile.

Mientras Alberto Arenas coordinó las propuestas económicas, como la reforma tributaria, Peñailillo se hacía cargo de la parte operativa. 

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