El martes pasado, la Fundación Pablo Neruda instaló en la casa museo de Isla Negra una inusual declaración, donde hace pública su molestia por la demora en la inhumación de los restos de Neruda. Las osamentas del escritor fueron exhumadas hace dos años, en abril de 2013, tras una orden judicial que ordenó realizar una serie de pericias técnicas para confirmar las causas de su muerte, ante las denuncias de su supuesto asesinato. Pese a que Mario Carroza, juez a cargo de la investigación, había fijado que la inhumación de los restos se realizaría el pasado mes de abril, la medida fue postergada tras una apelación presentada por los querellantes.

En el texto, que se instaló cerca de la tumba donde fue enterrado el poeta en 1992, la fundación expresa: “Sin ánimo de interferir en la labor de la justicia, con la que siempre hemos colaborado, consideramos que ha pasado un tiempo más que prudencial para que el poeta vuelva a descansar en paz en su residencia en la tierra de Isla Negra”. Junto con esto, la fundación presentó esta semana un escrito a la Corte de Apelaciones de Santiago, donde manifiesta su preocupación por este aplazamiento.