Por quepasa_admin Abril 23, 2015

El miércoles 15 de abril, el presidente de la Sofofa, Hermann von Mühlenbrock, reunió a un importante grupo de empresarios y políticos en una comida que organizó en su casa. Hasta allí llegaron connotados personajes, como Roberto Angelini  y José Said; Pablo Longueira, Rodrigo Álvarez, Gutenberg Martínez y Luis Mayol.

Otro de los que estuvieron esa noche fue un hombre que transita en ambas esferas, la política  y el mundo empresarial: el socialista Óscar Guillermo Garretón, quien durante los últimos meses ha organizado varias reuniones en su casa con personajes públicos para analizar cómo enfrentar la coyuntura que vive el país.

En esta oportunidad recalcó aún más su crítico diagnóstico respecto al gobierno y su falta de liderazgo, y puso énfasis en el escaso diálogo que ha existido entre el empresariado y el mundo político en la administración de Michelle Bachelet, dice uno de los comensales.

Asimismo, hizo hincapié en la fuerte tensión que se ha generado entre la Nueva Mayoría y la antigua Concertación, pues habría dicho Garretón que la primera no representa los principios de su sector. Esa misma noche recalcó, según uno de los presentes, que las actuales autoridades de gobierno no tendrían experiencia política ni comunicacional, que la fiebre de reformas era letal y que no leía el sentimiento de la gente.

Cuando tomó la palabra Pablo Longueira, lo que puso sobre la mesa es el acuerdo que, en 2003, él firmó junto al entonces presidente Ricardo Lagos para superar la crisis que enfrentaba el país. En ese sentido, el ex candidato presidencial habría señalado que debían encontrar la fórmula para ayudar a la presidenta para que Chile no cayera en un abismo.

Mientras los empresarios escuchaban atentos, y Von Mühlenbrock tomaba nota -el encuentro lo hizo principalmente para oír la opinión de distintos actores del espectro político-, el DC Gutenberg Martínez fue enfático en señalar que lo más preocupante hoy era que la actual crisis política podía transformarse en una crisis institucional. Esto, dice uno de los participantes, el DC lo apuntaba como tema relevante, porque por esos días se continuaba hablando que en la arista SQM había varios ministros y un gran número de parlamentarios implicados en el caso de boletas ideológicamente falsas. Y que, por lo mismo, era necesario buscar acuerdos.

Durante la comida, los participantes discutieron sobre la crisis que enfrenta el país y también desmenuzaron las implicancias que generaría en Chile la reforma laboral, la que en forma unánime criticaron y calificaron como mala.

Además, todos concordaron que no eran  tiempos para darse “gustitos” que pudieran afectar a la presidenta Bachelet y a sus ministros, porque eso significaba profundizar aún más el daño al país.

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