Por quepasa_admin Noviembre 13, 2014

Lo que está apareciendo, cada vez más seguido, en el computador del astrofísico Leopoldo Infante, del Instituto de Astrofísica de la U. Católica, no es cualquier cosa: es la luz de las estrellas más antiguas que la raza humana ha visto, emitida hace 13.200 millones de años, cuando el universo tenía 500 millones.

Pero es la luz que él espera ver. Junto a los astrónomos chilenos Felipe Barrientos y Paulina Troncoso, el norteamericano Franz Bauer y el francés Nicolás Laporte, todos de la UC, ocupan un rol central en Hubble Frontiers Fields, el proyecto internacional que usa el telescopio Hubble para rastrear las galaxias más lejanas del cosmos.

Este mes dieron un golpe importante: publicaron en Astrophysical Journal Letters el descubrimiento de la galaxia más antigua conocida por la ciencia, formada 300 millones de años después del Big Bang, y ahora están preparando otro artículo sobre dos galaxias de la misma antigüedad, y ya descubrieron en estos días otras dos más.

La información que les llega desde el telescopio del espacio la comparan con otros grupos en EE.UU., Canadá, China, India, Australia y Europa, y luego la confirman en Chile en el Observatorio Gemini de Cerro Pachón, en el ESO de Cerro Paranal o en ALMA. La idea de la búsqueda, en la que ya llevan una década trabajando, es comprender cómo se formaron las primeras estrellas, y cómo evolucionó la estructura del universo.

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