Por quepasa_admin Septiembre 17, 2014

Pensó que tenía que ser liviano, fresco y fácil de tomar, un vino que les gustara especialmente a las mujeres. Con esa idea, la enóloga de Morandé, Daniela Salinas, comenzó a crear lo que hoy se vende con el nombre de Despechado, un pinot noir que está próximo a lanzar su segunda cosecha y ya cuenta con pedidos desde Estados Unidos y Brasil.

Este vino junto a otros de muy reducida producción son elaborados en la bodega-taller que Morandé tiene en el valle de Casablanca. Ahí, las dos hectáreas y media que tienen plantadas sirven para que los enólogos de la viña echen a andar su imaginación.

Con el foco puesto en la mujer, Salinas experimentó: cosechó antes “para que fuera más liviano”, le dio una maceración carbónica, lo que significa que el 50% de los racimos no se desgranan, “entonces consigues aromas más frutosos, más frescos”; lo fermentó en un huevo de concreto -y no en una cuba tradicional-, y finalmente lo dejó en tinajas de greda -y no barricas- para que no incorporara sabor a madera. “Todo esto hace que sea un vino sin mayor maquillaje. Quedó un pinot noir bien livianito y de sólo 12 grados de alcohol”, comenta la enóloga de 30 años. Ha sido un proyecto exitoso: las 100 cajas que contempló la primera versión se vendieron en 2 meses. A fines de octubre esperan lanzar la nueva cosecha, ahora con 180 cajas, que se venderán sólo en la bodega de Casablanca.

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