Por quepasa_admin Septiembre 11, 2014

“Quizá le mande a Lagos una nueva copia -me temo que algo más ‘larga’ esta nueva edición- con dedicatoria, por cierto, a modo de GPS”. Con esa frase, Alfredo Jocelyn-Holt, lanza en su prólogo a la nueva edición de El peso de la noche, publicada hace algunas semanas, su último dardo contra el ex presidente Lagos. En él, el autor cuenta en detalle su desencuentro con el entonces ministro de Obras Públicas, desde que lo invitó a presentar, en 1997, la edición original del libro. “Me he jurado a mí mismo no pedirle nunca más a un político que comente un libro”, dice el historiador, tras narrar episodios como que Lagos le preguntó si era “corto” o “largo” antes de aceptar su propuesta, y que llamó  “Gibson” varias veces al historiador británico Edward Gibbon en la charla, generando miradas de nerviosismo en el público.

Pero el principal foco de su molestia queda claro cuando cuenta, con tono irónico, cómo se enteró por un tuit de un estudiante de historia de que Lagos se había desprendido de la copia que le firmó para la ocasión.  El estudiante había comprado el volúmen en una feria de libros usados, con una dedicatoria de su puño y letra: “Para don Ricardo, que ojalá nos aliviará del peso histórico. Alfredo. Noviembre 1997”. Como cierre, el escritor llama a sus lectores a intentar un nuevo ejercicio con su obra: leerla tratando de averiguar por qué Lagos se desprendió del libro que tienen en sus manos.

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