Por quepasa_admin Marzo 27, 2014

Luego de que esta semana los dulces de La Ligua consiguieran el certificado de Denominación de Origen -otorgado por el Ministerio de Economía y el Instituto Nacional de Propiedad Intelectual (Inapi)-, que potencia y protege legalmente la marca en favor de los dulceros locales, los próximos productos que están a la espera de conseguir el mismo estatus son las mantas de Doñihue, la cerámica de Quinchamalí y las aceitunas de Azapa.

Detrás de este proyecto -y de la certificación de los dulces de La Ligua- están la ingeniera comercial y emprendedora social Jeannette von Wolfersdorff y el abogado experto en propiedad intelectual Gonzalo Sánchez, presidente de la Corporación Hacer Chile y socio del estudio Silva & Cía.

Anteriormente, la misma dupla (ver fotografía) debutó al proteger legalmente, y  por primera vez en Chile, otros productos:  el atún de Isla de Pascua, la cerámica de Pomaire, la sal de Cáhuil y Boyeruca, y la langosta y el cangrejo dorado de Juan Fernández, entre otros.

 Según Von Wolfersdorff y Sánchez, el proyecto trasciende la protección de la valorización del patrimonio identitario chileno. “También intenta provocar un impacto social positivo dado que los productos protegidos bajo la denominación de origen e indicaciones geográficas permiten que las localidades obtengan una mayor rentabilidad”, explican.

Hoy, hay más de 200 productos que buscan tener esa condición, entre ellos el tomate de Limache, el orégano de Putre, la sandía de Paine y el cordero magallánico.

Relacionados