Se llama Gente mala. El título sirve como un aviso: “No es delicado. No es complaciente. No es un fresco; es la médula, la mugre de Chile, escondida detrás de la televisión en colores recién llegada”, anticipa el periodista Juan Cristóbal Guarello sobre su primera novela, que debería publicarse en julio próximo, y que está inspirada en el caso del secuestro y asesinato del niño Rodrigo Anfruns, en 1979 (cuya investigación judicial fue reactivada por la Corte de Apelaciones de Santiago el miércoles pasado). En el texto, el narrador se sitúa como un observador de “las acusaciones, contradicciones, las mentiras, los absurdos y el despliegue mediático del caso”, y propone un relato sobre lo que pudo haber sucedido. “Lo que planteo es que hay un solo inocente: la víctima y su familia; el resto son todos culpables”, anticipa Guarello, quien aclara que el libro “no es una novela de izquierda, no es reivindicativa. No es épica”.