No era una ceremonia oficial, pero estaban los tres poderes del Estado. Así fue el distendido almuerzo que organizó el 9 de enero el contralor Ramiro Mendoza para despedir al comandante en jefe del Ejército, Óscar Izurieta -quien deja su cargo en marzo- y a los ex presidentes de la Corte Suprema y del Tribunal Constitucional (TC), Urbano Marín y Juan Colombo. A las dos de la tarde llegaron los invitados a la parcela que el jefe de gabinete de Mendoza, José Ramón Correa, tiene en Casablanca. Entre quienes probaron el asado al palo que se hizo en el lugar estaban la mandataria Michelle Bachelet, los presidentes del Senado y de la Cámara; el ministro de Defensa, los comandantes en jefe de las FF.AA. y de Orden, el empresario Bruno Phillipi, los presidentes de la CPC, el TC y el CDE, además del fiscal nacional. El evento duró hasta las 7 p.m. y, según un comensal, pese a que faltaba una semana para la segunda vuelta, "nadie habló de política".