Por quepasa_admin Octubre 31, 2009

Sucedió el pasado miércoles. El gerente general de Quiñenco, Francisco Pérez Mackenna, esperaba con ansias el almuerzo que se desarrolló después de la conferencia del economista y Premio Nobel Paul Krugman, en Espacio Riesco. Ahí, entre otros ejecutivos de Quiñenco y directores del Banco de Chile, Pérez Mackenna tuvo la oportunidad de expresarle personalmente al académico su desacuerdo con algunas de sus ideas, lo que ya había planteado en una columna publicada en Qué Pasa el 2 de octubre pasado.

El ejecutivo le dijo a Krugman que si bien le gustaba su análisis de la crisis económica, no compartía sus propuestas. Entre otras cosas, el profesor de Princeton plantea que el Estado debe jugar un papel más protagónico en superar la debacle vía estímulos fiscales aun más agresivos que los que se han visto.

Pero la conversación fue más allá. El mandamás de Quiñenco incluso bromeó con el columnista del New York Times y le dijo que su estilo le recordaba al presidente Lula. Primero por el look: los dos usan barba y se parecen físicamente, lo que ya le habían advertido otros comensales. Segundo, por su manera de pensar; y tercero, porque el mandatario brasileño le hizo caso al economista al impulsar estímulos fiscales vía el Mundial de Fútbol que se celebrará en 2014 y las Olimpiadas de 2016, que tendrán como sede a Río de Janeiro.

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