Por quepasa_admin Octubre 17, 2009

No había transcurrido mucho tiempo desde el fin del partido Chile-Colombia, que clasificó a la selección nacional para el Mundial Sudáfrica 2010, cuando el presidente de la ANFP, Harold Mayne-Nicholls, recibió un llamado desde Chile. Al otro lado de la línea estaba un integrante del gabinete presidencial, quien le señaló que Michelle Bachelet quería reunirse al día siguiente con el plantel deportivo. Aunque la mayor sorpresa del máximo dirigente del fútbol vino después: el asesor pidió que el encuentro tuviera lugar en el complejo Juan Pinto Durán y no en La Moneda -como suele suceder en estos casos-. Para los cerebros comunicacionales del gobierno, ésta era una oportunidad inmejorable para resaltar la imagen de una mandataria cercana a la gente. Todavía emocionado, Mayne-Nicholls aceptó de inmediato la invitación e hizo las gestiones para concretar la cita lo antes posible. De acuerdo a lo agendado, Bachelet llegó al lugar el domingo 11, pasado el mediodía. Allí compartió un café con el cuerpo técnico -que encabeza Marcelo Bielsa- y se tomó fotos con los jugadores.

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