Por Estela López García // Foto: AFP Octubre 6, 2017

El lunes 15 de enero, cuando el Papa Francisco pise suelo chileno, debería estar esperándolo una multitud y, entre esta, una cámara de televisión que lo acompañará en cada instante de las 72 horas que estará en el país.

La visita de Jorge Bergoglio, como es tradición, debe contar con una transmisión oficial que lo siga en cada una de sus actividades. Una señal que emita, para Chile y el mundo, el aterrizaje, las misas masivas en el Parque O’Higgins, en el aeródromo Maquehue de Temuco y en un sector de la playa de Iquique, el recorrido por la Catedral de Santiago, la visita al Santuario del Padre Hurtado, y en el eventual encuentro con las internas de la cárcel de mujeres en San Joaquín, entre muchas otras actividades que se planean.

“Ese presupuesto hay que financiarlo. Nuestra postura es que el que invita paga y, en este caso, invitó el gobierno y la Iglesia”, señala una fuente de Anatel.

La cobertura requiere de una logística y un presupuesto importante y en ella ha estado trabajando la comisión papal desde que se confirmó la visita en el mes de junio. De acuerdo a estimaciones del comité organizador, el viaje del Papa argentino a Chile tendrá un costo aproximado de $4.000 millones. De este monto, un 90% se destinará a la organización de los encuentros masivos y a proveer seguridad para los asistentes, entre otras cosas.

El problema hoy día es que no existe claridad alguna de cómo ni quién financiará y se hará cargo de la transmisión oficial que se exige en cada visita del Papa a cualquier país y que permite que el mundo católico sea testigo de sus pasos.

Esta es la discusión que está instalada entre Anatel (Asociación Nacional de Televisión) y la comisión papal, en la que nadie quiere asumir los costos económicos de transmitir 24/7 el itinerario de tres días. Esta operación televisiva ascendería, aproximadamente, a $300 millones.

 

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Hace 30 años, cuando el Papa Juan Pablo II visitó Chile, no existieron dudas ni discusiones sobre quién se haría cargo de la transmisión oficial. La Iglesia (católica) era íntegramente dueña de Canal 13 en 1987. Era natural que quien tomara esa posta fuese el canal confesional. Eran otros tiempos.

Hoy la Iglesia, a través de la Universidad Católica, posee sólo un 33% de la propiedad del canal. El principal accionista es el empresario chileno Andrónico Luksic. Además dentro de este año se definirá si la universidad continúa dentro del canal ya que está en curso un proceso de compra y venta del porcentaje que tiene la casa de estudios.

Todo apunta a que este año la mayoría de los canales de la televisión abierta, tal como ha sido la tendencia de los últimos años, cerrarán su año con números en rojo. Como ejemplo, al primer semestre, Canal 13 anotó pérdidas por $4.888 millones, TVN de $4.334 millones y Mega sufrió una fuerte caída en sus ganancias, con utilidades de $473 millones, es decir, 92% menos que en el mismo período de 2016.

En este enrarecido ambiente, la comisión papal se reunió, a finales de julio, con representantes de Anatel para conversar respecto a la forma en que se transmitiría la visita de Bergoglio. Anatel expuso los alcances del seguimiento televisado del jefe de la Iglesia Católica, de la necesidad y los costos de contratar un satélite y de la voluntad que existía en los canales agrupados para participar en este evento.

Hasta ese momento, todo marchaba a la perfección en la cita. Cuando se discutió cómo se financiarían los $300 millones que cuesta la transmisión de la visita, los ánimos cambiaron. La comisión no contemplaba la negativa de los canales de TV abierta de destinar parte de su presupuesto a generar una señal oficial. Anatel tampoco había contemplado que debía asumir el costo. “Se hizo un catastro de los movimientos que iba a hacer el Papa, de las ceremonias y, de acuerdo a eso, se calcularon los costos técnicos y de personal humano. Ese presupuesto hay que financiarlo. Nuestra postura es que el que invita paga y, en este caso, invitó el gobierno y la Iglesia”, dice una alta fuente de Anatel, que además insiste en que hoy no están las condiciones económicas dentro de la industria para asumir un proyecto de esta naturaleza. “La vez anterior (1987), la Iglesia tenía su canal y asumió la responsabilidad de la transmisión. Hoy, la Iglesia no tiene canal, tiene sólo un pedacito y la situación económica de la TV abierta no está buena”, puntualiza.

Dado el carácter estatal de la visita, se instaló como opción que TVN asumiera la responsabilidad del seguimiento continuo. Sin embargo, el director ejecutivo de TVN, Jaime de Aguirre, explicó: “Somos el canal más capacitado para hacer la transmisión, pero necesitamos financiarla. No podemos hacerlo solos. Necesitamos a los otros canales”.

En la última reunión sostenida hace algunas semanas entre Anatel y la comisión organizadora papal se planteó  que los canales estaban dispuestos a financiar sólo un tercio de la operación, es decir $100 millones, con la expectativa de que el resto de los actores también aportasen en igualdad de condiciones. Esta opción está siendo evaluada por la comisión a cargo de la visita.

“Hay que explorar, no tenemos una decisión tomada. Desde Anatel nos ofrecieron que ellos se podían hacer cargo de la transmisión y tenemos que analizar la propuesta para ver si satisface y conviene”, aseguró Javier Peralta, director ejecutivo de la Comisión Nacional Visita Papa Francisco.

Altas fuentes de TVN señalaron que “es escandaloso que la Iglesia no quiera financiar, no estamos hablando con una institución que no tenga recursos, es menos del 10% de lo que están recaudando. Nosotros no podemos pagar y no tenemos por qué, somos un canal público que no deberíamos tener más que un interés periodístico”.

Peralta, además, puntualizó que “uno quisiera que la visita llegara a la mayor cantidad de gente con la mayor cantidad de canales, en eso estamos trabajando nosotros y Anatel, pero nadie está obligado a lo imposible. Con los canales hay una comunión de intereses y tenemos que ver cuál es el camino más operativo. Hay una condición (financiera) de los canales que considerar. Estamos explorando”.

La discusión respecto, quién, finalmente, financiará la transmisión oficial, está inconclusa y tensionada, sobre todo porque es una decisión que ya debería estar zanjada, aunque desde la comisión afirman que no existe una fecha determinada para resolver este tema.

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