Por Estela López García // Foto: José Miguel Méndez Abril 7, 2017

¿Falta de canas?

Tenía 26 años cuando llegó a trabajar al segundo piso de La Moneda durante el gobierno de Ricardo Lagos.

—Hace poco más de un año asumiste como gerente general de la Asociación de Administradoras de Fondo de Pensiones. ¿Cómo ha sido?

 —Ha resultado un período muy interesante en que las administradoras y yo en particular hemos salido a dar la cara al reconocer aquellas cosas que están bien y otras que no lo están tanto.

—¿El dar la cara es tu sello o es lo que necesitaba la asociación?

—Los gremios en general han estado muy situados en defender los intereses de los asociados. Yo veo al gremio de otro modo. Se tienen que poner los intereses de la ciudadanía y del país en el radar de los asociados. No me gustan los sellos individuales; tiendo a creer que uno trabaja mejor en equipo. Mi sensación es que cuando uno conversa con otros, el nivel de rabia que hay en el país baja.

—¿Por qué quisiste asumir el liderazgo de una asociación fuertemente cuestionada?

—Creo que la alianza público privada es super importante en el desarrollo del país y que el tema de las pensiones es un desafío a nivel mundial. A mí no me había tocado estar en la línea del mundo empresarial tradicional y me parecía interesante aportar acá.

—¿Cómo has transitado desde el bajo perfil hacia la exposición pública que implica estar en las AFP?

—Cuando asumí en enero del 2016 nadie imaginó la magnitud de las marchas que hubo en junio.  No vine a incrementar las utilidades de la AFP. Yo creo que este es un buen sistema y hay que mejorarlo. He sido muy libre respecto a lo que he dicho públicamente, y las AFP lo han valorado. Se ha convertido en un activo.

—¿No es demasiado tarde la búsqueda de transparencia e integración de afiliados a la gestión por parte de las AFP?

—Nos demoramos, pero más vale tarde que nunca y dado que estamos tarde, tenemos que hacerlo rápido.

—¿Se ha pensado que un porcentaje de los fondos puedan pasar a los afiliados para compra de bienes raíces?

—Se ha discutido, pero el 10 % que se cotiza para la pensión como tú quieres no alcanza y si eso además se achica tenemos un problema. En Inglaterra dejan retirar y el riesgo es que mucha gente gasta en consumo de bienes que después no retornan y las personas terminan como una carga para el Estado.

—Esa limitante genera en los afiliados frustración cuando las AFP los consideran ineficientes en la gestión de sus platas.

—Estoy de acuerdo. Ahora también es cierto que nuestra realidad de seres humanos es que tenemos problemas congnitivos. Creemos que somos más inteligentes de lo que realmente somos. Sabemos que hay que ahorrar para la pensión, pero si no fuera obligatorio, nadie lo haría.

—¿Cómo ha sido trabajar con Rodrigo Pérez y ahora con Andrés Santa Cruz cuando se te ha etiquetado de laguista?

—Me podrían definir como cruzado porque me gusta la Católica. No tuve problemas en trabajar con Rodrigo. Veníamos de mundos distintos en algunos casos estábamos de acuerdo y en otros no. Me abrió un mundo que no conocía. Con Andrés es lo mismo.

—¿Eres aún laguista?

—No lo tengo definido. No trabajo en un comando, sino para mejorar las pensiones.

—¿Te hubiese servido tener más canas?

—Es bueno que te falten y es bueno no tener. Creo en los equipos multidisciplinarios. Si miro hacia atrás, efectivamente hubiera sido mejor tener más experiencia. Ahora si el equipo del segundo piso de Lagos hubiera querido una persona con más experiencia, no me habrían contratado y, probablemente, acá tampoco.

—¿En quién te apoyas para enfrentar la vorágine?

—La familia en muy importante. Mi señora me ayuda a mirar esto de otra perspectiva.

—¿Crees que el sistema de las AFP habría sido posible instalarlo en un régimen democrático y no dictatorial?

—Habría sido mucho más lento y más difícil.

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