Por Miriam Leiva /Pulso Diciembre 26, 2016

El ministro Rodrigo Valdés ya se está preparando para 2017 que se anticipa más turbulento por factores como Trump, elecciones en Europa con discursos nacionalistas, y comicios internos que en general siempre presionan el arca fiscal.

Si las proyecciones se cumplen y el país crece en 2017 entre 1,5%-2,5%, este período 2014-2017 de la Presidenta Bachelet será el de menor crecimiento desde los 90, y con él a la cabeza: “Claro que me gustaría que creciéramos más, Chile puede crecer más. Hemos tenido un período particularmente difícil por el fin del ciclo de los altos precios de las materias primas, que ha tenido un efecto muy fuerte en la economía, y además hemos tenido nuestros propios dilemas. Al final del día la economía sigue estando sana a pesar del aumento de deuda”, dijo en entrevista con Pulso.

Sin las reformas y su mal diseño ¿cuánto más podría haber crecido el país en este período?

-Esa es una pregunta académica que no sé si alguna vez se podrá contestar. Sí puedo decir que este año, Chile está creciendo, si se excluye la minería, más que Perú y en el tercer trimestre más que Colombia.

¿Este ciclo de menores precios del cobre terminó?

-Creo que el precio del cobre está bajo su precio de equilibrio de largo plazo, pero me parece muy difícil pensar que va a llegar a niveles de 2011-2013 y hay signos de que el momento más bajo pudo haber quedado atrás, -bajo los US$2 a comienzos de este año-. Si en el largo plazo el precio fuera el que nos dice nuestra comisión de expertos de US$2,55, nuestra situación sería bastante mejor fiscalmente, estaríamos más cerca del balance estructural que del balance efectivo, y supongo se reactivarían algunas inversiones mineras.

¿Cómo ve el panorama internacional en 2017?

-Será un año desde el punto de vista financiero en que existirán movimientos de tasas de interés importante, como las de los últimos dos meses. Ojalá no se den las amenazas proteccionistas, si se dan es malo para el mundo y para Chile. En lo local también es un año de elecciones, por lo tanto vamos a tener todos los desafíos políticos que implica eso; y también desafíos macroeconómicos para hacernos cargo del ciclo. Y en esto último creo que la discusión de política macroeconómica requiere una vuelta de tuerca adicional.

 ¿A qué se refiere?

-A que la gente se ha ido comprando un argumento que en mi opinión es completamente falso: que si hay un shock de confianza hay que esperar. Los shock de confianza son un ejemplo completísimo de un shock de demanda, y la política macroeconómica debe hacerse cargo.

¿Por qué dice que es falso si los economistas que lo dicen también saben y han estudiado?

-A mí me enseñaron otra economía por lo menos, la verdad me cuesta entenderlo. Hay una parte del shock que se podría trasladar al producto potencial, pero hay un parte no trivial de demanda, y por lo tanto suponer que la política macroeconómica no tiene una responsabilidad de enfrentar estos ciclos, creo que es un error.

¿Y cómo puede enfrentarlo con un gasto fiscal creciendo más bajo (2,7% en 2017)?

-Bueno, la política macroeconómica es una combinación de política fiscal, monetaria, financiera. Quiero poner en claro que está muy bien discutir de confianzas pero deben llegar a implicancias, y una es tratar evidentemente de mejorar la confianza, pero también hay otra cómo ver si hay un rol de la política macro.

¿Eso significa que ud cree que una baja de tasas de interés sí ayudaría, a diferencia de otros analistas que señalan que no significaría mucho?

-Es justamente lo que estoy diciendo. No quiero meterme en la discusión de la tasa de interés porque eso le corresponde al Banco Central (BC), lo que estoy tratando de decir es que cuando hay un shock como el que nos está pasando, la política macroeconómica tiene que reaccionar si tiene espacio para hacerlo.

¿La política fiscal no puede hacer algo más?

-Hicimos un presupuesto alineado con la regla fiscal porque pensamos que es lo que más compatibiliza con la política monetaria, nos sirve para que quienes nos prestan fondos tengan confianza en nosotros y mantengamos tasas de interés bajas. Eso no quita que estemos empujando todo lo que podamos a través de otras palancas…

¿Qué palancas? 

-Las concesiones que están avanzando de manera más rápida que en los últimos años, y un esfuerzo especial de capitalización de las empresas públicas donde Codelco juega un rol muy relevante. Si uno suma lo que se invierte vía presupuesto y lo que hacen las empresas públicas ese paquete está creciendo 10% año contra año.

¿Es efectivo que Hacienda está trabajando en un paquete reactivador para el próximo año?

-No, aunque siempre estamos preparando medidas para apuntalar la economía, yo siempre he sido contrario a esperar un gran paquete reactivador, porque la verdad es que llevamos muchas agendas y tenemos que ir concretando cosas. Desde el punto de vista de Hacienda, debemos tener particular cuidado de abrir demasiados temas que al final no podamos cerrar, eso no es bueno ni para la economía ni para la política.

¿Este feriado del 2 de enero no empieza a ser un tema electoral que afecta la economía?

-Nooo. Tal como lo dijo el BC la verdad es que los efectos son bastante marginales. Hacer un gran tema de esto no vale la pena.

¿Cuando se espera un primer trimestre débil, un 0,2,% menos de crecimiento no influye?

-No sabemos cuánto sería, puede ser de ese orden o más chico, porque el día después de Año Nuevo la productividad seguramente es baja. Pero esa no es una discusión muy interesante, va a algo más grande ¿necesitamos trabajar también los domingos porque el primer trimestre es débil?, guardemos las proporciones. Hay muchas otras cosas importantes por hacer en economía, como ir cerrando el tema del proyecto de aguas que ha levantado algunas cejas por ahí.

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