Por Jorge English Agosto 6, 2015

Invertir se ha tornado una situación más compleja de lo habitual. El problema radica en que pocos instrumentos presentan una faz que permita a una persona estar tranquila respecto de las rentabilidades que debería brindar su inversión. Turbulencias macroeconómicas internas y poca claridad acerca del escenario internacional obligan a efectuar un análisis concienzudo más que nunca respecto a dónde destinar los recursos.

Los puntos clave que estarán en juego los próximos meses son, en el caso chileno, los indicadores de crecimiento, porque si la desaceleración no cede, los resultados de las empresas se verán afectados y por ende también la evolución de aquellas sociedades que se encuentren listadas en Bolsa. Lo que pase con la tasa de instancia del Banco Central y con las reformas que se impulsan desde el Ejecutivo tendrá sus efectos también en el precio de las acciones, e igualmente en los papeles de renta fija y en otros mercados como el inmobiliario, puesto que en la medida que la economía no dé signos de repuntar, algunos segmentos, como el de las oficinas, tendrán menos demanda por arriendo, disminuyendo el retorno esperado.

A su vez, el mundo está pendiente de lo que la Reserva Federal de Estados Unidos (la FED) haga en los próximos meses en relación a la tasa del Tesoro. Si la sube, como se espera, el resultado será un mayor atractivo de los bonos privados frente a los públicos, y que el dólar seguirá fortaleciéndose respecto al resto de las divisas del mundo.

Por cierto, siempre habrá aciertos, así como apuestas de largo plazo donde el retorno es más emocional que económico, como es el caso de las inversiones en arte, pese a lo cual apostar por un artista hoy eventualmente puede significar una gran ganancia mañana si éste consolida su prestigio, sobre todo a nivel internacional.

La reflexión final tras escuchar a los especialistas es que, considerando las actuales circunstancias y las que se prevén para el corto y mediano plazo, quizás es mejor refugiarse en aquellos activos que se consideran más defensivos. Y activos con esas características existen tanto en acciones como en renta fija, monedas, bienes raíces y en las artes visuales.


ACCIONES: MIRANDO A LOS PAÍSES DESAROLLADOS


Durante 2015 el panorama de la rentabilidad de las acciones chilenas ha sido, en general, desalentador. En algún momento de abril el IPSA (índice que engloba las 40 acciones más transadas) superó los 4.000 puntos, pero desde entonces inició una caída libre que hoy lo sitúa debajo de los 3.900 puntos. La causa puede encontrarse en el deterioro de las perspectivas económicas domésticas y la corrección en las estimaciones de crecimiento local, a lo que se suma una salida de flujos de los mercados emergentes, especialmente Latinoamérica.

Los analistas suelen coincidir en que para adelante el horizonte de la renta variable local no presenta mejor aspecto. El problema es básico: el escenario macroeconómico está nublado, igual que el momento político, marcado por reformas como la laboral y tributaria, entre otras discusiones.

Dicho eso, Rodrigo Ibáñez, subgerente de Estrategias de Inversión de Banchile Inversiones, matiza que si alguien igual quiere comprar papeles chilenos, debiera posar la mirada en títulos del sector bancario y de las utilities (es decir, acciones de empresas del sector servicios, como agua, gas y energía), por su carácter defensivo, ya que suelen otorgar un flujo mayor de dividendos.

En tanto, para Nicolás Schild, responsable de Equity Research de Santander GBM, la opaca condición actual implica, sin embargo, que los valores a los que  está transando la Bolsa local ya empiezan a ser atractivos, “incluso en un escenario de riesgo, en que se produzca una corrección moderada en las estimaciones de utilidad en los próximos meses, luego del reporte de resultados del primer semestre”, dice.

Tomando en cuenta un escenario de incertidumbre económica externa e interna, Santander GBM está recomendando las acciones de dos sectores en particular: el eléctrico y el llamado retail defensivo. El primero, porque usualmente está menos expuesto al ciclo económico, y se estima que en el caso de Chile existen buenas perspectivas de crecimiento para los próximos años por los planes de expansión de capacidad de generación, menor costo de los combustibles y una eventual mejora en la hidrología. El segundo,  porque son empresas que presentan una menor volatilidad dentro del sector en caso de que la situación económica se mantenga frágil.

“Y, a la vez, son una buena oportunidad para exponerse a Chile en el caso que las perspectivas para el país mejoren”, acota Schild.

Para el caso de que un inversionista decida llevar sus flujos a otras regiones del mundo, tanto mejor, Rodrigo Ibáñez afirma que debiese fijar la vista en los mercados desarrollados, con un sesgo hacia Estados Unidos, la eurozona y Japón, “los que generan cierta convicción por dos fuerzas a las que exponerse con consecuencias positivas para las acciones: “EE.UU. está entrando en un ciclo de estabilización de su economía, por lo que la FED debería subir sus tasas, y porque en este período de madurez un aumento de la demanda interna debería beneficiar a ciertos sectores como el financiero y el industrial, especialmente a compañías de mediana capitalización”.

La eurozona y Japón, por su parte, tienen el atractivo de que se encuentran en una etapa de estímulo de sus economías, lo que atrae flujos que se traducen en un volumen constante de compras de acciones, con una consecuente alza de las valoraciones.


EL ARTE DE INVERTIR EN ARTE


El arte puede ser también una inversión de carácter económico, y en muchas ocasiones muy rentable. Sin embargo, quien ponga sus ojos en este mercado debe tener muy claro que de especulativo tiene poco o nada, y que es fundamentalmente una apuesta de muy largo plazo.

Casi todos los que invierten en artes visuales (pintura, escultura, fotografía) lo hacen por otro tipo de motivaciones: emocionales, sociales, diversificación de cartera, refugio o cobertura frente a vaivenes macroeconómicos, por lujo, y algunos por el retorno. Cualquiera sea el caso, una obligación de todo verdadero coleccionista es estar siempre bien informado acerca de lo que ocurre en el mercado del arte, del alza de ciertos artistas y las tendencias que se vayan haciendo presente, para estar en condiciones de tomar su decisión de manera autónoma, aunque asesorándose con entendidos en la materia, según aconseja Denise Ratinoff, martillera pública y vicepresidenta de Christie’s para Chile, Perú y Ecuador.

“De ese modo, integrados al concierto de las artes visuales, se entenderá qué artistas están validando los museos y son cada vez más demandados”, añade la representante de esta icónica casa de subastas, quien señala que Christie’s no recomienda comprar arte como una inversión, aunque sabe que la calidad es objetiva, “y si un artista es bueno y su obra es de calidad, la valoración económica de su trabajo no puede sino subir”, acota.

A nivel mundial, el mercado ligado a las artes visuales crece año a año. Se estima que globalmente cerca de tres millones de personas trabajan en unas 300 mil empresas dedicadas a comprar y vender arte y antigüedades, generándose transacciones anuales en torno a 13.000 millones de euros. Se calcula, asimismo, que en 2014 el 17% de los recursos destinados a inversiones por personas de alto patrimonio se dedicó al arte, y que actualmente se trata de la tercera inversión más popular.

En este mercado dominado por los coleccionistas de Estados Unidos, China y Gran Bretaña, la tendencia hoy día es a invertir en arte contemporáneo (o de posguerra); es decir, en trabajos de artistas como Andy Warhol (hace unas semanas su obra “Triple Elvis” se remató en US$ 65,7 millones), Gerhard Richter o Mark Rothko. “El año pasado el arte contemporáneo lideró el mercado, con un 48% de las transacciones”, puntualiza Denise Ratinoff.

Pero los inversionistas en Chile no se ciñen a la misma corriente. Aquí, afirma la ejecutiva de Christie’s, el favoritismo se lo llevan desde 2007 el arte moderno e impresionista (aquel desarrollado a principios del siglo XX), con obras de Giacometti, Modigliani o Chagall, aunque compran principalmente grabados a causa de los altos valores que puede alcanzar un óleo en los mercados internacionales.

“Desde hace un tiempo hay más espíritu coleccionista y educación”, observa Ratinoff, quien agrega que estos bríos inversores de los amantes del arte en Chile se ven frenados por las tasas aduaneras (11%), el IVA (19%) y un seguro de carácter obligatorio (2%), que implican tener que pagar un impuesto total del 32%, que el Estado justifica por tratarse de bienes de lujo.

El arte local, por su parte, es adquirido por coleccionistas jóvenes, que compran no como inversión, sino apostando a la buena calidad de artistas chilenos contemporáneos. No obstante, se privilegia a aquellos cuya obra ya ha sido validada internacionalmente. 


DIVISAS: TODOS LOS CAMINOS CONDUCEN AL DÓLAR


Quien considere destinar parte de sus inversiones al mercado de divisas debe tener en cuenta que una de sus premisas básicas es que la exposición o riesgo no está dado por la o las monedas en sí, sino que por el volumen de patrimonio que se ponga en juego. Así, a más recursos destinados a divisas, mayor el riesgo. Por lo mismo, se trata de una alternativa de inversión que obliga a contar con un patrimonio que permita destinarle no menos de US$ 10 mil, considerado como el monto mínimo  para soportar en buen pie las fluctuaciones que experimenta el mercado.

Otro punto a considerar, es que no se trata de comprar una moneda extranjera apostando a que suba (o baje) en relación al peso. La fórmula consiste en integrarse a plataformas de trading, es decir, cuentas que permiten comprar o vender cierta moneda local a precio de divisa (dólar, libra, euro, yen), lo que se conoce por paridad. Por lo tanto, la inversión conlleva una apuesta  sobre el comportamiento de una determinada paridad (peso chileno versus dólar, real, euro o libra, por ejemplo).

Sobre estas bases, y observando las condiciones en Chile y de las principales economías del mundo, Gabriela Araya, analista de mercados de FXCM, señala que como inversión se proyecta que los mejores retornos estarán relacionados con las paridades respecto al dólar, debido a la especulación de los inversionistas en torno a lo que ocurra con las tasas de interés de Estados Unidos.

“Se espera que, por las condiciones actuales, con un mejor mercado laboral, aumentos salariales y un crecimiento del producto, entre otros factores, la FED tome la decisión de elevar la tasa en a lo menos 25 puntos base en lo que resta del año”, dice la especialista.

La consecuencia sería un aumento en la demanda de dólares, y con ello las monedas locales tenderán a depreciarse, especialmente en países emergentes con economías muy ligadas a las exportaciones, como Chile, México y Brasil. En otras palabras, si hoy se compran dólares a precio de peso chileno o mexicano, o real brasileño, probablemente se obtendrá una ganancia en los próximos meses.

En el caso puntual de la relación dólar-peso chileno, Gabriela Araya estima que en lo que queda de 2015 se podría esperar que la paridad se eleve hasta el nivel psicológico de los $ 700 por dólar. “Por cómo se está cotizando, lo más probable es que busque ese piso y si lo alcanza, se abre la barrera como para que siga subiendo nuevos escalones y que llegue incluso a los máximos de $ 760 que la paridad alcanzó en 2003, aunque para eso debería pasar bastante tiempo”, puntualiza.

Por otro lado, entre las divisas de otros países desarrollados, el euro parece el más atractivo, ya que las políticas monetarias expansivas de la Unión Europea están debilitando su moneda, y por ende, la paridad euro-dólar debiera ir a la baja.

La analista de FXCM también llama a poner  ojo en la libra esterlina, porque si Gran Bretaña sube su tasa de interés, se gatillaría un escenario parecido. Advierte, asimismo, que una apuesta interesante podría ser la libra esterlina frente al yen, porque si los británicos concretan el alza de tasas, y al mismo tiempo los nipones siguen inyectando liquidez a su economía, el resultado será una debilidad del yen respecto a la libra.

Conclusión: hoy por hoy la divisa más fuerte es el dólar de EE.UU. y cualquier inversión en divisas lo debe considerar.


RENTA FIJA: LA VISTA FIJA EN BONOS CORPORATIVOS


Invertir en renta fija hoy por hoy presenta el dilema de si destinar los recursos a bonos gubernamentales o a papeles corporativos. Y da igual si se trata de instrumentos locales o internacionales. En ambos casos la disyuntiva es la misma.

El factor crucial para adoptar cualquier determinación es qué ocurrirá con las tasas de interés tanto en Chile como en Estados Unidos, los países de la Unión Europea y otros destinos habituales de los flujos de inversión. Rodrigo Ibáñez, subgerente de Estrategias de Inversión de Banchile Inversiones, señala que su opinión es neutral: la renta fija chilena y la de afuera están equilibradas en cuanto a atractivo como inversión.

Si alguien opta por los papeles domésticos, los especialistas de Banchile Inversiones recomendarían una cartera conformada por un 65% de instrumentos denominados en UF, y el restante 35% nominales (en pesos). “Lo segundo es decidir si se invierte en bonos del gobierno o de empresas, y ahí nuestra recomendación es que sea un 100% de papeles corporativos, ya sea a través de fondos de inversión o directamente”, señala Ibáñez.

La razón es que se prevé que el Banco Central elevará sus tasas en el segundo semestre, lo que impactará los bonos soberanos o de Tesorería, y aunque los papeles corporativos no saldrán indemnes, el impacto será menor.

Cabe explicar que en la renta fija el precio de un papel equivale al de su valor presente, con una tasa de descuento determinada, y en la medida que esta última sube, el precio del título cae. En otras palabras, en los bonos un título con una tasa de interés más alta tiene un menor precio (y mayor riesgo) que uno de inferior tasa. 

Una tercera derivada es fijarse en qué bonos puntualmente elegir. En ese sentido, Sebastián Senzacqua, economista jefe de Bice Inversiones, dice que con una inflación que en el segundo semestre mostrará una tendencia alcista, tanto por la presión que ejerce el tipo de cambio como por factores estacionales, los instrumentos en UF son los que se prevén más atractivos. “Y pensar en los de más corto plazo, porque parte del alza de tasas que se espera en el concierto internacional debería traspasarse acá, y eso los favorecería, a diferencia de los papeles largos, que son más sensibles a esos movimientos y perderían rentabilidad”, argumenta.

Banchile Inversiones, en tanto, estima que deberían privilegiarse los papeles de compañías calificadas con rating “AA” (en la renta fija el riesgo y, por ende, la tasa de retorno, dependen de la calificación crediticia de las empresas que emitieron la deuda. Mientras más alto es el riesgo, mayor la tasa). “Creemos que como la tasa soberana va a subir, los spead de tasa de los bonos AA tienen posibilidades de bajar, no así en los papeles más riesgosos”, dice Ibáñez.

En cuanto a deuda internacional, el foco está igualmente puesto en bonos privados. “Favorecería la categoría corporativa, con mayor énfasis en los papeles que ofrecen un mayor devengo, es decir, un poco más riesgosos, high yield, y un poco más sesgados hacia el dólar, que debería presentar cierto fortalecimiento en relación al euro y al yen”, explica Senzacqua, de Bice Inversiones.

Un fundamento para privilegiar instrumentos más riesgosos, en el caso de la renta fija internacional, es buscar un retorno más alto que el ofrecido por el mercado local.


PROPIEDADES: EL RIESGO ESTÁ EN LA VACANCIA


Conceptualmente, invertir en activos inmobiliarios se parece de alguna manera a hacerlo en renta fija: brinda rentabilidades anuales no tan altas, pero seguras. Un retorno que varía en función de la calidad del activo, del arrendatario, de la ubicación o de cuándo se pactó un arriendo, porque es distinto hacerlo con tasas de vacancia altas, lo que presiona los precios a la baja, que en momentos de poca vacancia y gran demanda, lo que permite mejores rentabilidades con contratos de alquiler más elevados.

Una de las inversiones favoritas de grandes inversionistas privados son las oficinas. Según Marc Royer, director de Capital Markets y Transaction Services de CBRE Chile, en zonas consolidadas como El Golf, una oficina puede llegar a ofrecer un retorno de entre 7,0% y 8,0% anual, mientras que en áreas menos consolidadas (y de más vacancia) la rentabilidad sube a entre 7,75% y 8,5%. Asimismo, en lugares donde la vacancia y el riesgo es mayor (como pasa en zonas de Huechuraba), las cifras pueden variar de 8,5% a 10%.

Así, pensando en un riesgo-retorno moderado, Royer recomendaría adquirir oficinas, porque si bien estarán ajustadas a los actuales cánones de arriendo (que han ido cayendo desde 2013), los precios de compra también han bajado, permitiendo apostar a que cuando el ciclo económico mejores, se producirá un alza de los alquileres, e incluso se podría pensar en vender el activo y ganar una plusvalía.

Sin embargo, Nicolás Herrera, socio de BDO Real Estate, considera que en este instante las oficinas de grandes plantas clase A y B (las top) no son tan buen negocio porque las empresas que las arriendan andan a la caza de contratos de muy largo plazo, lo que amarra a precios de alquiler actualmente poco atractivos.

“Igual no dejan de ser interesantes, pero hoy considero más atractivo buscar oficinas más pequeñas y atomizadas, que permitan contratos de arriendo a uno o dos años máximo, y que dejen abierta la posibilidad de ajustar la rentabilidad en un futuro no tan lejano”, señala el especialista de BDO.

Otra alternativa son los locales comerciales (o retail). Aunque también sensibles a la coyuntura económica, los son menos que las oficinas, con rentabilidades que CBRE sitúa entre 6,25% a 7,5%. No obstante, Herrera acota que en este caso un inversionista debe considerar que el universo de arrendatarios no es grande, lo que hace más difícil cerrar un contrato de alquiler.

¿Y las viviendas? Ofrecen menores rendimientos (en torno a 6,0% y 7,5%), porque “cuando la economía está lenta, las personas retrasan la compra de vivienda y se orientan al alquiler, de modo que el universo de arrendatarios sube, porque la gente igual debe seguir viviendo en algún lado”, explica Marc Royer.

Por su lado, Nicolás Herrera  señala que como el 70% de todo lo que se construye en Chile tiene un carácter habitacional, “quien tenga mayor aversión al riesgo debería considerar este mercado, porque ofrece mayor profundidad, lo que permite entrar y salir con más facilidad”.

Los inversionistas de perfil más arriesgado, en tanto, podrían fijarse en las bodegas industriales, que alcanzan rendimientos de entre 8,5% y 11% real anual, dependiendo de la calidad crediticia de la empresa que arrienda. Igual rentabilidad, con menos riesgo -porque la demanda es muy alta- puede obtenerse con los estacionamientos, con precios de compra de unas 300 UF a 400 UF, y arriendos promedio de 3,6 UF mensuales.

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