Por Emilio Maldonado Noviembre 27, 2014

© Hernán Kirsten

Ha sido el fortalecimiento del dólar, que se ha apreciado 25% frente al peso chileno en el período 2013-2014, lo que ha ayudado a que las multinacionales quieran poner una bandera más en Latinoamérica, a través de Chile.

Quienes conocen a los hermanos Felipe y Nicolás Ibáñez cuentan que para ellos no fue difícil tomar la decisión de vender el 25% que tenían remanente en Walmart Chile. Hace tiempo que venían dándole vueltas a la idea de potenciar sus propias sociedades de inversión -Stars y Drake, respectivamente- y los US$1.500 millones que recaudaron con la transacción a inicios de este año les sirvieron para iniciar nuevas aventuras en renta fija e inversiones inmobiliarias en el exterior, entre otros negocios.

Según relatan, los empresarios optaron por diversificar su portfolio cuando se dieron cuenta que al no ser controladores de la supermercadista en Chile, no podían tomar decisiones. Eso además de tener un importante capital paralizado que afuera, con la reactivación de los mercados desarrollados, en varios casos más sólida que lo esperado, se presentaba como una gran oportunidad. “Les resultaba más atractivo vender e invertir en nuevos rumbos, donde sí pudieran tomar las decisiones”, explica un cercano a los Ibáñez.

La búsqueda de alternativas más rentables fuera de las fronteras de Chile fue algo que también se discutió hace apenas dos semanas, en el marco de la reunión de los principales ejecutivos de la región, en el Latin Trade en Miami. En la ciudad norteamericana, según cuenta un chileno que asistió al encuentro, se analizó por qué los empresarios locales están invirtiendo más fuera que dentro del territorio nacional. La respuesta fue unánime: en el país reina un pesimismo sobre el futuro que tomará la economía en los próximos años, y ante una baja en las rentabilidades esperadas, algunos inversionistas han optado por mirar nuevos horizontes.

El que los CEO lo hayan discutido no es casualidad, ni tampoco la única instancia donde se ha conversado sobre esto. Ha sido uno de los temas más recurrentes en directorios y comités ejecutivos en los últimos meses. Las cifras hablan por sí solas: en menos de dos años una veintena de empresas locales se han vendido a capitales extranjeros. Casi US$ 17.000 millones en transacciones, las cuales han marcado al período 2013-2014 como el más activo de las últimas décadas en la venta de compañías chilenas.

Pero mientras los inversionistas locales miran con cautela e incertidumbre el panorama interno, los foráneos han puesto sus ojos en Chile. De hecho, durante 2014 la inversión extranjera creció un 12% respecto al año anterior empujada por este fenómeno, el cual, para hombres de negocios, inversionistas y corredores de bolsa, llegó para quedarse por un buen tiempo.

PESIMISMO LOCAL
El año que termina será recordado en el círculo empresarial por el sorpresivo bajo desempeño que tuvo la economía chilena. Con un crecimiento estimado del 1,7%, 2014 se enmarcará no sólo como el de menor avance desde la crisis subprime, sino también quedará en los registros como el ejercicio en el cual la inversión privada se vino al suelo: en el período julio-septiembre, según los últimos reportes del Banco Central, la inversión se contrajo un 9,9%. Con ello no sólo sumó cinco trimestres consecutivos de descenso, sino además registró el peor comportamiento en 15 años, sólo comparable con 1999, en plena crisis asiática.

Este mismo fenómeno se vio en las inversiones de maquinarias y equipos -las cuales componen el 45% de la inversión que se hace en el país-, ítem que se desplomó en 24,6% durante el tercer trimestre de 2014.

Para los expertos, una serie de factores han incidido en esta merma de la inversión, pero el principal es la incertidumbre con que se discutió la reforma tributaria y, además, las dudas que aún persisten sobre una nueva Constitución. En pocas palabras, los chilenos perdieron la confianza en su propio mercado. En nada ayudó a mejorar los ánimos el informe liberado por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) durante esta semana: Chile pasó de ser la economía más dinámica de los 34 países miembros de este grupo en 2013, al vigésimo puesto este año.

Ese ambiente de pesimismo entre los locales chocó con un creciente optimismo de los inversionistas extranjeros, quienes apoyados por mejores condiciones de financiamiento, bajas tasas de interés en sus mercados de origen y un fortalecimiento del dólar, han puesto a Chile entre sus objetivos.

“Los ruidos políticos y regulatorios podrían haber contribuido a que los empresarios nacionales se decidieran a vender, algo que tal vez hace un par de años no habrían hecho”, explica el gerente de Estudios de Banchile, Fernán González.

El mismo ejecutivo afirma que los extranjeros están más optimistas y siguen considerando a Chile como el país más seguro de la región para invertir. Prueba de esto han sido las inversiones que han hecho aquí varias firmas estadounidenses. Durante este período han puesto más de US$ 9.300 millones en el país, destacando la compra de las AFP Habitat, Provida y Cuprum, por un total de US$ 4.230 millones, y la compra de CFR, la matriz de Recalcine, por US$ 3.500 millones.

Según el vicepresidente ejecutivo del Comité de Inversiones Extranjeras (CIE), Jorge Pizarro, “los capitalistas extranjeros están viendo a Chile de distinta forma que los inversionistas chilenos y su instalación en el país es, ante todo, una buena noticia. (…) No hay que perder de vista que un inversionista que viene a instalarse a Chile busca condiciones a largo plazo, y valora tanto la trayectoria como las proyecciones del país. Las decisiones de invertir no obedecen a temas coyunturales”.

Pero no ha sido el pesimismo local la única razón para decidir vender. Los cambios impositivos también empujaron a empresarios a aceptar las ofertas. Según uno de ellos, que vendió su compañía a un consorcio europeo, las tasas de retorno sobre activos proyectadas para Chile, tras la reforma tributaria, caerían desde el 12% al 7%. Eso lo motivó a abandonar el negocio y evaluar poner ese capital en diversos activos. “Lo vi como una oportunidad para estudiar nuevos negocios en la región”, explica.


DÓLAR FORTALECIDO

Un aspecto importante a la hora de explicar el aterrizaje de extranjeros en el país es que éstos tienen una mejor percepción que los locales sobre la ecuación riesgo/retorno respecto del mercado chileno.

Según el presidente de la oficina local del banco de inversión J.P. Morgan, Alfonso Eyzaguirre, el que las multinacionales estén poniendo sus fichas en Chile se explica principalmente por las mayores valoraciones bursátiles que han alcanzado las multinacionales internacionales. “El costo de levantar capital es inversamente proporcional a la valorización de la compañía. Mientras más alta sea la valorización de una empresa, menor será el costo de capital, lo cual facilita hacer adquisiciones”, grafica Eyzaguirre.

En todo caso, el ejecutivo del J.P. Morgan recalca que este fenómeno no es permanente y que, tal como en 2008 fueron los chilenos los que compraron activos de multinacionales que decidieron replegarse a sus países de origen, debido a la falta de liquidez y el mejor acceso a capital que tenían los nacionales, hoy se está viviendo el fenómeno inverso.

Pero ha sido el fortalecimiento del dólar, que se ha apreciado 25% frente al peso chileno en el período 2013-2014, lo que ha ayudado a que las multinacionales quieran poner una bandera más en Latinoamérica, a través de Chile.

Para el presidente de Provida y máximo ejecutivo en Chile de Metlife, Víctor Hassi, hay un mix de factores, entre ellos el comportamiento de la divisa estadounidense, que explican esta avalancha de adquisiciones. “La inversión de activos de este tipo es atractiva en función de la estabilidad futura de los flujos, y no sólo la relación precio/retorno. Estos indicadores son relevantes, pero hay otros aún más importantes al decidir una inversión de largo plazo, como lo son la estabilidad macroeconómica y reglas estables y claras hacia el inversionista. Otro factor que también ha ayudado a que ciertas inversiones aparezcan más atractivas a los ojos de extranjeros es que el peso se ha depreciado casi un 25% contra el dólar en los últimos 24 meses”, dice Hassi.

Mientras las inversiones extranjeras están llegando a Chile en forma de adquisiciones de empresas, los fondos mutuos chilenos que están invertidos en acciones están apostando por el fortalecimiento de los mercados desarrollados, especialmente de Estados Unidos, en desmedro de quedarse en la Bolsa local. El flujo del dinero va en dirección opuesta.

Al cierre de octubre, el patrimonio accionario de fondos mutuos en acciones de Estados Unidos tuvo un crecimiento del 71,1%, versus una caída de 30,2% en acciones nacionales. La rentabilidad de los primeros instrumentos explica el apetito de los inversionistas locales por llegar a Norteamérica: mientras los fondos accionarios en Estados Unidos han rentado 13,74% en lo que va del año, en Chile el beneficio apenas supera el 2%.

AFP MADE IN USA
En este frenesí de adquisiciones, ha sido el sistema previsional el que mayores cambios ha vivido cntre 2013 y 2014. En este período tres grandes AFP experimentaron cambios de propiedad: Provida y Cuprum quedaron en manos estadounidenses, y Habitat está viviendo un proceso que la dejaría en manos de Prudential, una de las mayores aseguradoras de Estados Unidos.

Según explica el director de una administradora de fondos previsionales, el sistema en Chile llegó a un período de madurez, donde se hace indispensable fortalecer el componente voluntario del ahorro previsional. “Ante el envejecimiento de la población y una mayor esperanza de vida, la industria tendrá que ofrecer más servicios, como seguros y ahorro complementario. En ese rubro es donde los actores extranjeros que han ingresado a Chile tienen mayor expertise y de ahí se entiende que estén comprando nuestras empresas”, aclara este ejecutivo.

Según el líder de Provida, Víctor Hassi, los cambios de propiedad “tienen que ver con que los dueños anteriores decidieron salir de una industria que requiere un compromiso de largo plazo con ella. En Metlife sabemos que entrar al ámbito previsional supone acompañar al afiliado en ese período, y todo lo que se refiere al servicio y oferta de valor tiene que estructurarse en esos términos para que sea sostenible”.

Los nuevos actores en esta industria coinciden en privado en que las reglas del juego les parecen, por ahora, claras. Pero señalan que las voces de reformar el sistema previsional podrían poner en entredicho sus planes de permanecer en el país por un largo plazo. “El mayor riesgo sería destruir el pilar de sustentabilidad financiera que caracteriza al modelo chileno, además de las reglas claras de mercado y variables como la competencia en igualdad de condiciones, que fueron fundamentales al momento de tomar la decisión de invertir”, precisa Hassi.

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