Por Rosario Zanetta Agosto 21, 2014

El 6 de agosto, durante un comité ejecutivo en Vicuña Mackenna, el propietario de Mega decidió hacer otro tipo de ajuste: le pidió a Mario Conca dejar la presidencia del canal. Seguirá en el directorio, aunque ahora bajo el alero del nuevo presidente: el mismísimo Carlos Heller.

Las oficinas centrales de Mega, en Vicuña Mackenna, están en plena fase de reconstrucción. Los estudios donde antes se grababan Mekano, Mucho gusto y Más vale tarde fueron demolidos y hoy están reducidos a fierros. Ello ha significado que la operación del canal esté repartida en cuatro puntos de la ciudad y que áreas como las de maquillaje y peluquería, funcionen hoy en containers. Pese a este escenario, el ánimo en la estación pasa por un buen momento. Como dice uno de sus rostros, están “bailando con la bonita”, dada la buena sintonía que goza hoy el canal.

El rating no es el único motivo para celebrar. Las transformaciones en la infraestructura son una muestra más de la fuerte inyección de recursos que ha llevado a cabo Carlos Heller Solari desde que tomó el control de Mega a fines de 2011, luego de desembolsar US$ 180 millones. Para abril del próximo año, y tras una inversión de US$ 40 millones adicionales, las obras estarán terminadas y el antiguo edificio de Cristalerías Chile pasará a ser un moderno centro televisivo de 24.000 metros cuadrados.

Pero los cambios están lejos de ser sólo arquitectónicos. El 6 de agosto pasado, durante un comité ejecutivo realizado en Vicuña Mackenna 1348, el propietario de la estación decidió hacer otro tipo de ajuste: ese día y tras varios meses de evaluaciones, el directorio le pidió a Mario Conca dejar la presidencia del canal.

El ejecutivo había llegado a Mega en agosto de 2012, ungido como el hombre de confianza de Carlos Heller, avalado por sus logros de más de seis años como gerente general en Chilevisión y tras un exitoso paso por TVN. Pero la relación entre ambos empezó a desgastarse hace poco tiempo. Cercanos a Heller cuentan que si bien ambos tienen personalidades distintas y no son amigos, hasta hace unos meses todavía eran afines en el terreno laboral.

Aunque en Bethia -holding que controla Mega- daban por hecho que Conca no sólo saldría de la presidencia, sino que además dejaría el directorio, este miércoles la mesa decidió mantenerlo como uno de sus integrantes, pero ahora bajo el alero del nuevo presidente del canal: el mismísimo Carlos Heller.

 

MALAS APUESTAS
El pasado miércoles 13 de agosto, Heller y Conca coincidieron en la reunión de directorio de Azul Azul, sociedad que administra el equipo de la Universidad de Chile y de la cual ambos son presidente y vicepresidente, respectivamente. La cita fue más álgida que de costumbre y la molestia de Heller, según algunos de los asistentes, era indiscutible.

El sábado previo a esa reunión, Mario Conca y su hijo habían protagonizado un confuso episodio en el casino Enjoy de Antofagasta: se les acusó del hurto de $35.000 en fichas de póker y de agresión a personal de Carabineros. Ese miércoles, el hecho fue inevitablemente conversado entre los directores del club. No sólo eso: según uno de los presentes, Conca incluso habría ofrecido renunciar a la vicepresidencia del equipo por el bochornoso incidente.

Los directores opinaron que se trataba de un asunto de la vida privada y resolvieron mantenerlo en la vicepresidencia. Heller, por su parte, permaneció en silencio y sólo pidió no tener más noticias de escándalos.

Si hay algo en lo que quienes conocen a Heller coinciden, es que su estilo es el de un empresario cercano, de trato fácil y que suele dar más de una oportunidad a quienes trabajan con él. En el caso de Mario Conca, esas oportunidades se agotaron. Las malas cifras obtenidas por el canal en rating y utilidades durante su gestión -que se extendió desde agosto de 2012 a noviembre de 2013- generaron interrogantes sobre su desempeño.

La misión que le fue encomendada cuando se integró a Mega, según cuenta Ramiro Sánchez, gerente general corporativo de Bethia, fue la de “ordenar la casa” y posicionar al canal entre los primeros lugares de audiencia. Sin embargo, cuando ya había pasado más de un año, Heller tuvo los primeros titubeos: seguían en el cuarto lugar de rating y no lograban posicionarse en el ABC1. Es más, a su socio en Azul Azul también se le achacaba haber tomado malas decisiones, entre ellas la contratación de Nicolás Quesille, la puesta en marcha de Trepadores, un reality caro y de malos resultados, y la compra de series que no lograron cosechar éxito, como Breaking Bad, por la cual el canal pagó US$ 1,5 millones.

Ante esto y tras dieciséis meses de carta blanca al ejecutivo, convocó a Patricio Hernández, por ese entonces director de programación de Canal 13, quien le confirmó un diagnóstico que Heller ya intuía: Mega seguía siendo un canal al cual le faltaba marca. A los pocos días, Heller le ofreció a Hernández la dirección ejecutiva, que asumiría en diciembre de 2013.

“Él se vino convencido de que teníamos un proyecto: un canal estabilizado, pero que había que refundar”, comentó el propio Heller en abril pasado a revista Qué Pasa.

En abril de 2015, Mega terminará la construcción de sus nuevas oficinas, ocho estudios e instalaciones para vestuario, peluquería y maquillaje. 

CAMBIO EN EL EQUIPO
Cuando Hernández aceptó la oferta de Heller, puso una condición especial: no tener una figura espejo dentro del canal. Quería total libertad para echar a andar su modelo; necesitaba autonomía. Fue así que en Bethia se decidió que Conca dejara la presidencia ejecutiva y pasara a encabezar el directorio, en un cargo más alejado del movimiento diario.

Los malos resultados de Conca en su gestión como presidente ejecutivo habían terminado por sellar su salida de la primera línea en la toma de decisiones.

En el canal confirman que en los últimos meses a Conca rara vez se lo veía por los pasillos de Mega, a diferencia de Heller, quien permanentemente va a Vicuña Mackenna y comenta a cada responsable los contenidos de la pantalla.

La llegada de Hernández implicó también el aterrizaje de todo un equipo. Fue él quien levantó a María Eugenia Rencoret -histórica directora general del área dramática de TVN- para echar a andar la apuesta por la ficción del canal, en la más vistosa de varias contrataciones que siguieron. Fuentes de Mega aseguran que, desde entonces, ya han llegado unas 150 personas.

Mientras la estación crecía en personal, el directorio -por iniciativa de Bethia- se reducía.

Cuando Carlos Heller compró Mega a fines de 2011, propuso que su flamante adquisición tuviera un directorio multidisciplinario y con distintos expertos, algo no tan común en la industria local. Contactó al ex ministro Edmundo Hermosilla, al ingeniero y ex rostro de TV Raúl Alcaíno y al economista y ex ministro de Transportes y Telecomunicaciones, Felipe Morandé, para integrar la mesa. Ésta, a su vez, estaba compuesta por cinco ejecutivos de Bethia. El grupo permaneció sin mayores cambios hasta junio pasado, cuando el grupo decidió que era la hora de ajustes.

Durante 2013, el grupo Bethia contrató a la consultora Towers Watson con la misión de rediseñar el gobierno corporativo del holding. Siguiendo las recomendaciones de la entidad, según cuenta Ramiro Sánchez, Bethia decidió fortalecer la mesa directiva del grupo y achicar la de Mega. “No tenía sentido tener un directorio grande, formal, con externos en Bethia, y tener otro igual en Mega, porque se formaba una duplicidad”, explica el CEO de Bethia. Por esto, a fines de mayo, Hermosilla, Morandé y Alcaíno dejaron la mesa del canal. Hoy el directorio está exclusivamente compuesto por hombres del holding: además de Heller y Conca, lo integran Gonzalo Rojas, Alberto Morgan y el propio Ramiro Sánchez.

EL PRÓXIMO PARTIDO
La tercera semana de cada mes es cuando el directorio analiza en profundidad las cifras de la estación. Gracias al éxito de las teleseries turcas -que le han permitido al canal liderar el horario prime desde abril- las últimas revisiones han sido positivas. Para el segundo semestre del año esperan más: de hecho, Sánchez comenta que en el canal proyectan cerrar el año con los mejores resultados de la industria. Hay un dato que los tiene contentos: mientras la inversión publicitaria en televisión pasa por un mal momento -con cuatro canales registrando una caída porcentual de dos dígitos en su inversión publicitaria-, Mega ha aumentado el número de avisadores y sus ingresos por venta de publicidad, sumando un 18,5% de aumento entre enero y julio, en relación al mismo período del año pasado.

Aprovechando esta “parrilla caliente”, el canal evalúa poner al aire antes de fin de año Pituca sin lucas, la primera teleserie de la era Rencoret en Mega. 

Otra de las apuestas de Heller une sus dos pasiones: fútbol y televisión. En diciembre de 2012 puso sobre la mesa US$ 106 millones para quedarse con los derechos de transmisión de los partidos de la Roja camino al Mundial de Rusia 2018. En estas negociaciones fue clave Mario Conca, quien por sus vínculos con el mundo del fútbol, tuvo un papel determinante. Por esto, tras su salida de la presidencia del canal, en Bethia acordaron que Conca siguiese ligado a este negocio, a través de la filial Megasport.

Según cuentan en el holding, la tarea del ejecutivo será rentabilizar la millonaria inversión. Ya ha iniciado las tratativas para tener auspicios en cada partido, y además, ya ejecutó otra gran movida: hace unas semanas vendió parte de la transmisión de los encuentros deportivos a Fox Sports, en una operación cuya cifra se desconoce. La próxima prueba de Conca ya tiene fecha: el sábado 6 de septiembre, Mega transmitirá el amistoso entre Chile y México. Justo un mes después de haber dejado la presidencia del canal.

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