Por Rosario Zanetta Julio 30, 2014

"América Latina es una colección de problemas distintos que se notan más cuando los vientos externos son menos favorables. El gran problema de la región es el populismo y la vuelta hacia políticas intervencionistas que han probado una y otra vez el enorme daño que pueden hacer"

Aunque pasó parte de su infancia en Punta Arenas, Ricardo Caballero (54) lleva 30 años radicado en el otro extremo del continente. Precisamente es en Estados Unidos donde el macroeconomista y PhD del Massachusetts Institute of Technology (MIT) ha desarrollado su carrera; también es el lugar desde donde sigue la economía mundial. El lunes llegará a Chile para participar de una serie de actividades. Estará en el Centro de Estudios Públicos y el jueves expondrá en el seminario económico que organiza el Grupo Security. En esta entrevista, Caballero explica por qué piensa que lo mejor para la economía estadounidense está por venir, habla de la senda que debe tomar América Latina para desarrollarse y detalla las razones que le hacen prever que la demanda global por materias primas se recuperará.

-Hace un año su principal preocupación era China y cómo ésta lograría reorientar su crecimiento desde uno basado en la inversión a uno vinculado al consumo. ¿Sigue siendo ésa su principal preocupación?
-La situación de China me preocupaba como riesgo extremo, pero no como escenario central. Desde entonces, ellos atacaron la expansión de crédito, especialmente el no regulado, y el carry trade detrás de éste. En el proceso se les desaceleró la economía más de lo que estaban dispuestos, y por eso han tenido que reducir, e incluso dar vuelta, sus políticas contractivas. Aún tienen problemas de crédito y en el sector de propiedades, especialmente en ciudades secundarias. Sin embargo, China tiene muchos recursos y disposición para inyectarlos si es necesario hacerlo. También deben seguir con el proceso de reestructuración de la economía, pero se han mostrado dispuestos a postergar los ajustes cuando se les pasa la mano: para eso son muy pragmáticos.

El problema con China es que no podemos confiar plenamente en sus datos, pero considerando lo que sabemos, estoy menos preocupado ahora que el año pasado por una desaceleración fuerte en el país.

-El gobierno chino ha implementado una serie de medidas para impulsar el crecimiento. Tras ver que esa economía creció 7,4% en el segundo trimestre, ¿cree que se requerirán medidas adicionales para lograr la meta oficial de expandirse al 7,5% en 2014?
-Ellos han implementado una serie de medidas en las semanas recientes, desde recortes de impuestos a reducción de encajes; su propia política de relajación cuantitativa; y de aceleración de proyectos públicos y semipúblicos. Todos los indicadores parecen sugerir que lograron estabilizar la desaceleración, y los números oficiales indican que alcanzarán su meta. Dados los problemas con los datos oficiales, el sector privado ha elaborado estimadores indirectos del crecimiento basados en el consumo de energía y otras series relacionadas y éstos también apuntan en buena dirección.

-Si China logra crecer al 7,5%, ésa será su tasa de crecimiento más baja en varios años. La demanda por materias primas provenientes de ese país, por lo tanto, ¿va a seguir siendo moderada? ¿El boom de los commodities se fue para no volver?
-Dejando factores cíclicos de lado, el 7,5% posiblemente esté más cerca de ser el límite superior que el inferior de acá hacia adelante. Éste es un proceso natural. Sin embargo, hoy China es una economía tanto más grande que hace una década, y un crecimiento de ellos del 7% representa un enorme aumento de la demanda por commodities. No creo que el boom de los commodities se haya ido para no volver. Lo que sucede en estos ciclos es que los proyectos mineros tienen un rezago de implementación y, por lo tanto, se producen desfases de oferta y demanda cuando esta última se desacelera por razones cíclicas. En eso estamos en este momento, pero no creo que sea un problema de tendencia. De todas maneras, seguramente no veremos un rebote fuerte en el corto plazo, pero sí una reversión de la tendencia declinante.

¿DE REGRESO A LOS EMERGENTES?

-El Fondo Monetario Internacional pronosticó en abril un panorama sombrío para América Latina, proyectando un crecimiento para la región de sólo 2,5%. ¿Cuánto tardará en salir de la penumbra?
-No sé la respuesta. América Latina es una colección de problemas distintos que se notan más cuando los vientos externos son menos favorables. Pero si he de resumirlo en una gran pincelada, el principal problema de la región es el populismo y la vuelta hacia políticas intervencionistas, que han probado una y otra vez el enorme daño que pueden hacer a una economía. Por supuesto que hay razones de fondo por las cuales estas políticas y políticos reaparecen en nuestra región más a menudo que en Asia y otras áreas de fuerte crecimiento. Éste es uno de los grandes costos macroeconómicos de la desigualdad; es un círculo vicioso del que es muy difícil salir.

-Con Brasil enfrentando una alta inflación y un bajo crecimiento; Argentina y Venezuela con pocas posibilidades de crecer; y los grandes flujos de inversión saliendo de los países emergentes, ¿cuál es el camino que deberá seguir la región para recuperarse?
-Las noticias no son tan malas. La volatilidad de los mercados financieros globales ha caído enormemente, lo que ha generado un gradual retorno de los capitales a los países emergentes. En particular, y acentuado por las buenas noticias de China, se ha visto un aumento importante de los flujos de capitales hacia los mercados accionarios de Asia y de bonos en el resto de los emergentes. En el caso de nuestro continente, este regreso de los capitales se debe principalmente a lo que se llama el fenómeno de search for yield (búsqueda de retorno), generado por la gran liquidez de las economías desarrolladas y no por un convencimiento acerca de nuestro crecimiento potencial.

-Si los países de la región hiciesen reformas en pos de corregir el rumbo, éstas tardarían tiempo en implementarse. En el corto y mediano plazo, ¿existen soluciones para recuperar la confianza de los inversionistas?
-La implementación de las reformas es “casi” secundaria, al menos inicialmente. Miren a México e India: han tenido una enorme respuesta de los inversionistas extranjeros simplemente porque tienen una buena historia que contar, con reformas promercado por delante. En el caso de México, la economía ha dado una desilusión tras otra, pero los mercados siguen apostando por ellos porque se ven con una agenda clara. La India ni siquiera ha hecho reformas, pero hay optimismo con el nuevo gobierno. Al mundo le faltan buenas historias económicas. Los países capaces de generarlas tendrán un enorme apoyo de los capitales internacionales.

-Algunas de las amenazas para el continente son la desaceleración y la inflación, lo que a su vez tendría implicancias en el empleo. De aumentar la tasa de cesantía en los distintos países, ¿prevé una situación social más compleja para la región?
-No sé si sean ésas las principales amenazas de fondo para la región. Estos temas son más bien resultado de gobiernos haciendo mala política económica, en muchos casos en respuesta a movilizaciones sociales. Europa ya pagó por muchas décadas el haber pasado por una fase como ésa, respondiendo a los movimientos estudiantiles y sindicales, que finalmente terminaron por afectar a quienes se pretendía defender. Es un proceso largo antes de que la sociedad se dé cuenta de estos costos, ya que las ganancias de corto plazo esconden el daño de largo plazo por un tiempo.


EE.UU.: LO MEJOR ESTÁ POR VENIR

-En cuanto a Estados Unidos, pese a que ha dado señales de acercarse a un punto de inflexión hacia el crecimiento, persisten los escépticos respecto a que haya retomado la senda de la recuperación. ¿Comparte la preocupación?
-La recuperación de Estados Unidos ha sido sostenida, pero más lenta de lo que muchos esperaban. También es cierto que hubo un temor grande en el primer trimestre ya que el crecimiento del PIB medido fue negativo, pero cada vez hay más evidencia de que esto fue una anomalía, en parte estadística y en parte producto del mal clima. Esta semana veremos los números revisados y tendremos una visión más clara. Yo estoy relativamente optimista, aunque nos tomará tiempo determinar cuál es la nueva (si es que ha cambiado) tasa de crecimiento potencial de Estados Unidos. Para tener más confianza respecto a esta última, tenemos que ver un repunte de la tasa de inversión de las compañías.

-Pese a que el Libro Beige de la Reserva Federal tuvo un tono optimista, Janet Yellen, su presidenta, enfatizó que la recuperación está todavía incompleta. ¿Qué señales debieran verse para considerar que EE.UU. ha repuntado definitivamente?

-Es difícil saber cuándo estará completa ya que no sabemos cuáles serán los nuevos parámetros estructurales. Por ejemplo, es claro que la tasa de empleo ha caído, pero no sabemos cuánto de la participación laboral se recuperará. Lo mismo ocurre con la tasa de crecimiento de la productividad. Sospecho que no les quedará más que esperar hasta que vean alguna evidencia clara de inflación.

-¿Se acerca la opción de un alza en la tasa de interés?
-Naturalmente nos estamos acercando al fin de la política monetaria, pero sigo pensando que las tasas largas serán más bajas que las que teníamos antes de la crisis. Ése es un fenómeno de tendencia de largo plazo que se acentuó con la crisis. La subida de tasas en mayo y junio del año pasado fue excesiva y paró el mercado hipotecario. Creo que el sistema está más preparado ahora, entonces generará una respuesta más moderada cuando finalmente empiecen a hablar de fechas más o menos precisas para el alza de tasa de política monetaria, y a la Reserva Federal también le interesa mucho que así sea.

-La recuperación de Europa también ha sido lenta. El Reino Unido, Alemania, e incluso España, tienen buenas proyecciones para 2015, pero todavía no se ve una recuperación robusta en la región. ¿Su recuperación aún necesita apoyo?
-El Reino Unido está en otra situación, ellos van mucho más adelante en la recuperación. La Zona Euro todavía necesita mucho apoyo. Como se ve en este momento, ellos tienen varios años por delante de tasas bajas y posiblemente el Banco Central Europeo tendrá que apoyar directamente aún más de lo que lo está haciendo ahora. Además, economías muy importantes de la región, como la italiana, tienen una combinación tóxica de bajo crecimiento y alta deuda.

-¿Son hoy los temas geopolíticos riesgos relevantes para la economía internacional o son vistos como conflictos de impacto acotado?
-Por ahora están acotados. El efecto más importante ha sido en la volatilidad del precio del petróleo, pero incluso ésta ha sido limitada.

-Las proyecciones de crecimiento para la economía global siguen siendo corregidas a la baja. El FMI alertó de la fatiga en el crecimiento de algunas de las grandes economías. ¿Cuál es la salida?
-No comparto esa visión. Como dije anteriormente, creo que lo mejor de la economía de Estados Unidos está todavía por delante, y también me parece que China se ve mejor que hace unos meses. Éstos son los dos grandes pilares. Europa y Japón hace tiempo que dejaron de ser motores del mundo (al menos de nuestro mundo). Pero aun en estos dos hemos visto mejoras, con Europa reduciendo el riesgo de una gran crisis, y Japón saliendo de la trampa de liquidez donde estuvieron atrapados por tanto tiempo. Los dos necesitan reformas estructurales importantes para volver a crecer con energía, y en eso sí estoy poco optimista.

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