Por Emilio Maldonado Junio 5, 2014

Si hace doce meses CHV había informado ganancias por $ 1.042 millones en 2012, con el nuevo criterio éstas se redujeron a $ 335 millones en el mismo período. Estos ajustes en el balance de  2013 fueron entregados sin la firma del auditor. Un  hecho inusual que llamó la atención.

Las instalaciones actuales de CHV ahora pertenecen a Canal 13, por lo que deberían existir compensaciones económicas para este último. En mayo  ambas empresas formaron una mesa de diálogo para acordar una fórmula de pago que no afecte el patrimonio de ambos canales.

El 22 de mayo, en el salón Montt Varas de La Moneda, los principales ejecutivos de la industria televisiva de Chile se encontraban unidos ante un solo guión: la promulgación de la Ley de Televisión Digital Terrestre. Pero entre ellos faltaban algunos protagonistas: Mauro Valdés y Jaime de Aguirre, directores ejecutivos de TVN y Chilevisión, respectivamente. La ausencia de este último dio pie para que otros directivos reprodujeran las especulaciones y dudas gatilladas por un hecho que cualquiera que se haya movido por los pasillos de los canales chilenos en los últimos meses podría haber escuchado: el hecho de que Chilevisión no había entregado resultados financieros desde el 30 de junio de 2013.

La estación privada, controlada desde 2010 por Turner Broadcasting System (TBS), filial del gigante estadounidense Time Warner, dejó entonces de reportar sus ingresos y utilidades a la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS), tal como lo ha venido haciendo históricamente el resto de los competidores.

Para algunos de los ejecutivos de la competencia, la explicación tenía que ver con pérdidas millonarias registradas por Chilevisión durante el año pasado. Para otros, la razón se explicaba por el atraso evidente en la construcción de la “ciudad televisiva” en Machasa, el proyecto estrella de la estación.

Mientras la presidenta lanzaba la ley de TV digital y sus competidores especulaban con el presente del canal que dirige, Jaime de Aguirre visitaba proveedores en California con el fin de comprar nuevos programas para la filial de Turner.

Una semana después, el 28 de mayo, el directorio de CHV se reunió y puso fin al suspenso. Luego de meses, aprobó los estados financieros correspondientes a 2013. En ellos se evidenciaban pérdidas por $ 3.580 millones, en un año marcado por una baja en las ventas de la industria, alza en los costos y también cruzado por una apretada sintonía, que dejó a CHV en el segundo puesto, casi empatado con TVN, al registrar 7,7 puntos de rating, versus 7,6 del canal estatal.

Pese a que CHV ingresó finalmente sus balances de 2013 recién la semana pasada, y este martes hizo lo mismo con los estados financieros correspondientes al primer trimestre de 2014, dos interrogantes quedaron en el aire. ¿Por qué el retraso en la entrega del balance y por qué el auditor, la firma estadounidense Ernst&Young, no entregó el informe correspondiente avalando los datos?

 

LA AUDITORÍA PENDIENTE

La entrega de los resultados fue el corolario de una serie de reuniones, conversaciones e intercambio de correspondencia entre varios actores, incluyendo al directorio del canal, la SVS y las autoridades del Consejo Nacional de Televisión (CNTV), entidad que desde el verano pasado venía insistiendo en que la estación privada se pusiera al día con la normativa.

De hecho, el mismo ex timonel del CNTV Herman Chadwick intercambió sus aprensiones con los ejecutivos de la estación en más de una oportunidad. Antes de abandonar el cargo, Chadwick quiso dejar en orden la normativa que rige a los canales: que deben presentar sus balances ante la SVS, y ésta remitirlos al CNTV. Nada de eso ocurrió antes de su partida en marzo pasado, pese a los diversos intentos y a las amenazas de sanciones.

El 1 de abril, de manera reservada, un documento dio luces de lo que sucedía. La auditora Ernst&Young (EY) respondió a un requerimiento de la propia SVS: informó que los resultados de su cliente y el informe que acompaña a cada reporte, avalado por este tipo de firmas, se demoraría por ajustes de criterio en el balance de 2013.

Efectivamente, durante el año pasado el canal decidió migrar hacia el sistema contable internacional, conocido como IFRS, dejando atrás la norma chilena. En Chilevisión explican que el traspaso entre ambos “lenguajes” habría supuesto ciertas diferencias de criterio en la forma cómo contabilizar activos y provisiones al interior de la estación, lo cual habría dilatado la confección del documento final,  ingresado apenas hace una semana.

Dentro de los criterios donde habría habido desencuentros entre la opinión de la gerencia comercial del canal y EY estarían ciertas bonificaciones entregadas a agencias intermediadoras, las cuales estuvieron mal asignadas, según se desprende del balance. “Producto de la revisión de la provisión de los servicios de intermediación comercial, se determinó que la sociedad (CHV) estaba registrando en forma incorrecta dicha provisión, ya que ésta no se ajustaba a los acuerdos de la industria y, por lo tanto, existía una subvaluación de dicha provisión que afectaba los años 2012 y 2011”, cita el documento entregado por el canal a la SVS.

Tal modificación tuvo un fuerte impacto en las utilidades reportadas al 2012. Si hace doce meses CHV había informado que tuvo ganancias por $ 1.042 millones, con el nuevo criterio éstas se redujeron a $ 335 millones en el mismo período.

Sin embargo, estos ajustes informados en el balance correspondiente a 2013 fueron entregados sin la firma del auditor. En la industria este hecho llamó la atención, ya que no es usual que las empresas entreguen balances sin la nota de la compañía contratada para ello. Si bien al cierre de esta edición los estados financieros de Chilevisión seguían sin tener anexada la carta de EY, trascendió que ésta podría llegar en los próximos días, cerrando el capítulo de esta teleserie financiera.


LA LOCACIÓN FANTASMA

Pero un capítulo que no tiene un cierre y que aún se sigue escribiendo es el proyecto de la “ciudad televisiva”, la cual estará emplazada en los ex terrenos de la fábrica textil de Machasa.

En 2007, Sebastián Piñera, por ese entonces dueño de Chilevisión, anunció que haría una gran inversión para el canal: levantaría en los terrenos de Machasa el mayor proyecto televisivo de Chile. El terreno de cinco hectáreas fue comprado por una cifra cercana a los US$ 11 millones. Dos años más tarde, en junio de 2009, CHV presentó un estudio de impacto ambiental para edificar ahí su nuevo centro de operaciones, y dejar para siempre las instalaciones de Inés Matte Urrejola 0890.

Ya con la propiedad en manos de Turner, comenzaron los movimientos de tierra en 2011. Machasa albergaría los estudios de Chilevisión, según se informó en la época, pero además contemplaría espacios para elaborar programas de ficción para exportar a otras filiales de Turner, como los canales Infinito, Space o I-Sat, entre otros. CHV sería la fábrica de contenidos de Turner en Latinoamérica. Todo a partir del primer trimestre de 2012.

Pero complicaciones con la constructora mandatada para levantar el proyecto cambiaron el giro de la historia. Box Constructora comenzó a acusar mayores costos en el proyecto e inició una controversia judicial con el canal, lo cual entrampó los plazos de entrega.

Estos mayores costos, los cuales están siendo analizados por un tribunal arbitral, habrían sido ocasionados por nuevas obras exigidas por los controladores del canal, destinadas a generar un respaldo técnico para los otros canales de propiedad de Turner Broadcasting System. De hecho, el ingeniero argentino Julián Petrina, gerente senior de Ingeniería de TBS, estuvo monitoreando en Santiago, y a diario, estos avances. Finalmente, luego de meses de complicaciones y discrepancias con la constructora, la matriz en Estados Unidos decidió pausar el proyecto. En agosto pasado, Time Warner optó por hacerse cargo directamente del proyecto de Machasa.

Según comentan en los terrenos de la “ciudad televisiva”, cada cierto tiempo se ven ejecutivos de Turner, muchos de nacionalidad argentina, deambulan por los terrenos, analizando cómo echar a andar la construcción de la última etapa de Machasa, proyecto que al momento de quedar en stand by tenía un avance de las obras cercano al 85%.

Para tales propósitos la consultora de ingeniería T & T, dependiente de la matriz Time Warner, levanta la información necesaria para adjudicar la fase final del proyecto a una constructora. Se calcula que una vez reactivadas las faenas, la construcción debería estar lista, y en condiciones de ser habitada durante la segunda mitad de 2015.

Recién ahí comenzaría a materializarse el sueño de convertir a CHV en una fábrica de contenidos, algo que ya ha explorado el canal chileno, con la fabricación de la serie infantil Ben 10 (para Cartoon Network) y Ecos del Desierto, que será exhibida en otras plataformas de TBS.

Si bien los tiempos que se manejan para el término de Machasa aún están difusos, sí hay un plazo que ya expiró: el abandono de las actuales instalaciones que ocupa CHV, un terreno que hoy es propiedad de Canal 13.

En 2013, tras un pago cercano a los US$ 10 millones, la estación de Andrónico Luksic compró los casi 10 mil metros cuadrados de terreno que históricamente ocupó CHV.

La filial de Turner, que esperaba estar instalada en Machasa a estas alturas, vendió el terreno en Providencia y prometió desalojarlo a fines de abril. En caso de retraso, como se estipuló en el contrato, Canal 13 podría realizar descuentos al valor total, como una forma de arriendo. Dicho mecanismo ya se activó a partir del 1 de mayo, pero durante las últimas semanas ambas partes formaron una mesa de diálogo, entre ejecutivos de ambas estaciones, para conseguir una fórmula que no afecte el patrimonio de ambas empresas.


LA SITUACIÓN DRAMÁTICA

Mientras ocurre la mudanza, el canal deberá moverse en un 2014 bastante complejo. Según reconocen varios actores del mercado, con el ingreso de dos potentes actores como Luksic (Canal 13) y Heller (Mega), los costos de producción en la industria local se han disparado, estrechando los márgenes de ganancia de las estaciones, utilidades ya estresadas por una torta publicitaria que no crece y que da signos de estancamiento, que -para el caso de la TV abierta- se mueve en torno a los US$ 520 millones.

Una de las áreas que más se han resentido es la ligada con la producción dramática. Según comentan en CHV, como  también coinciden en otros canales, los altos precios pagados por Mega a su equipo de ficción han elevado los costos para canales con menor tradición de fabricación de novelas, como Chilevisión. En medio de ello, y con magros resultados obtenidos en su última apuesta, Las 2 Carolinas, en CHV aclaran que aún no deciden cancelar sus producciones dramáticas para el resto de 2014, como inicialmente había trascendido. 

Pese a ese complicado panorama, en el canal confían en repuntar: este año han mantenido durante los cinco primeros meses un rating promedio diario de 7,4 puntos, que lo ubica en un momentáneo segundo lugar, por encima de Canal 13 (7,0) y Mega (6,6). Aunque su teleserie vespertina haya fracasado, nadie puede decir que a la telenovela de Chilevisión le ha faltado suspenso.

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