Por María Luisa Iriarte Mayo 15, 2014

© Sebastián Utreras

"La regulación, dentro del contexto legal, tiene que ser fuerte. Ahí hay que separar lo que es el deseo de la propia industria respecto al rol que tiene que tener el supervisor y regulador. Y ahí yo no me pierdo. La regulación no tiene que ser influenciada por los comentarios y los deseos de la propia banca"

"Sobre la institucionalidad de la SBIF, creo que es importante desvincularse del ciclo político, por lo que sería bueno pensar en un esquema que tenga eso como objetivo, y una suerte de comisión bancaria podría ser una posibilidad"

"Hay que ser superclaro y la industria tiene que entender. El consumidor ahora es uno mucho más empoderado, más exigente y, por lo tanto, la protección al consumidor es un tema que vino para quedarse"

Lo primero que hizo cuando aceptó el cargo fue suspender 6 viajes que tenía planificados para los próximos meses. Eric Parrado, el nuevo superintendente de Bancos e Instituciones Financieras, pasaba parte importante de su tiempo viajando, haciendo consultorías relacionadas a política fiscal, específicamente manejo de fondos soberanos y política monetaria. El resto de su tiempo lo dividía entre investigaciones y clases en la Universidad Adolfo Ibáñez. 

Ingeniero comercial de la Universidad de Chile, máster en Economía y Ph.D. de la Universidad de Nueva York, hoy Parrado está gran parte del día en el céntrico edificio de la SBIF, ubicado a pasos de La Moneda. Dice que nunca pensó que conducir una superintendencia fuera “tan intenso”. “Es mucho más trabajo de lo que pensaba. La responsabilidad es tremenda”, sentencia.

Consciente de los desafíos y del nuevo escenario que abrió tanto para la relación regulados -regulador, como para la propia superintendencia, la adecuación de las normas de la SBIF a la nueva Ley de Protección al Consumidor, y de la necesidad de avanzar hacia estándares internacionales de regulación, supervisión y gestión de riesgos (Basilea III) y deuda consolidada, entre otros, el nuevo fiscalizador adelanta en su primera entrevista que planteará su gestión en 4 pilares: independencia; transparencia y competencia; inclusión y educación financiera, y modernización de la regulación y legislación. 

En esa línea hace un llamado a la industria a ser más proactivos respecto a la entrega de información y educar a la gente. “Se requiere que los esfuerzos sean a través de una transparencia más activa, que permita que el mensaje llegue a los clientes y que lo entiendan”, dice.

Por estos días celebra el fallo de la Corte Suprema que ratificó las facultades fiscalizadoras de la SBIF sobre emisores y operadores de tarjetas de crédito no bancarias: “Ahora hay mucho mayor claridad respecto de las responsabilidades que tenemos”, dice, asumiendo que el perímetro regulatorio aumentó. Similar visión tiene frente a la internacionalización de algunos bancos chilenos, lo que ha abierto un nuevo escenario, que contempla la firma de convenios, una estrecha coordinación con otros reguladores, y viajes de fiscalización hacia las nuevas jurisdicciones “para entender qué está pasando allá”.

Frente a la reforma tributaria se cuadra con el gobierno: “A mi parecer es necesaria, justa y responsable”. “En lo que a mí me compete, que es estabilidad financiera, obviamente no la va a afectar”, señala. 

-¿Cuál es su visión de la banca chilena?
-Primero, lo que hay que plantear es que hoy día la banca chilena está bien capitalizada con una liquidez adecuada, pero siempre hay que estar mirando y monitoreando estos indicadores. Y eso es bastante importante, porque uno no puede permitir una regulación laxa o una mala fiscalización y yo, obviamente, quiero concentrarme en tener una regulación muy adecuada y una fiscalización bastante fuerte para que no aumenten los riesgos o se puedan mitigar adecuadamente.

-Cuando el superintendente anterior llegó, uno de sus primeros mensajes fue que él no creía en la autorregulación. ¿Usted comparte esta visión?
-Como hemos visto, tanto en la experiencia chilena como internacional, eso realmente no funciona o funciona en el margen. La regulación, dentro del contexto legal, tiene que ser fuerte. Ahí hay que separar lo que es el deseo de la propia industria respecto al rol que tiene que tener el supervisor y regulador bancario. Y ahí yo no me pierdo. La regulación no tiene que ser influenciada por los comentarios y los deseos de la propia banca, porque los objetivos finalmente pueden ser distintos.

-El presidente de la Asociación de Bancos, Jorge Awad, reprochaba que algunas normas no se hayan “conversado” con la industria o que hubiera “autismo regulatorio”. ¿Son adecuados esos diagnósticos?
-No voy a comentar cosas específicas. Lo que hay que plantear es que la superintendencia tiene una tradición de poner en consulta algunas normas que vamos a publicar y eso significa tener un tiempo prudente para que el mercado reaccione y dé sus opiniones. Ellos tienen la posibilidad de opinar, los vamos a escuchar, pero la SBIF no puede ser pauteada producto de los comentarios de los fiscalizados.


LA IRRUPCIÓN DEL SERNAC

Como algo “sano”, califica Parrado la separación de responsabilidades que supuso la adecuación de las normas de la SBIF de cara a la nueva Ley de Protección al Consumidor. “Eso hay que apoyarlo”, sentencia. Bajo esta línea, durante casi los dos meses que lleva liderando la SBIF, comenta que el trabajo con el Sernac es muy coordinado y que están constantemente conversando. Actualmente trabajan en un memorándum de entendimiento, que se suma a un convenio ya firmado, para hacer más directas las comunicaciones respecto de reclamos e información que pueda afectar los objetivos de ambas instituciones.

-¿Cómo cambió la relación cliente bancario en estos últimos años con la entrada en vigencia del Sernac Financiero?
-Ahí hay que ser superclaro y la industria tiene que entender. El consumidor ahora es uno mucho más empoderado, más exigente y, por lo tanto, la protección al consumidor es un tema que vino para quedarse. Es importante plantear que los bancos, por su propia sustentabilidad, no pueden estar pensando en plantar un arbolito y cumplir con su rol social empresarial. Tienen que ser más proactivos respecto a entregar información y educar a la gente.

-¿Por qué no lo han sido?
-No lo sé. Tal vez puede ser un tema de comodidad, o de no darse cuenta que este cliente es mucho más informado y empoderado y, por lo tanto, el servicio de posventa es muy importante. Siento que hay un espacio bastante grande que llenar por parte de los propios bancos.

-¿Cómo evalúa la eliminación de la norma sobre consentimiento tácito en materia de reajustes de comisiones?  Se ha sostenido que esto ha causado un taco enorme en la industria. ¿Cómo se resuelve?
-Lo tiempos cambiaron y a ninguna persona le gusta que le cambien las condiciones sin que se entere. Por lo tanto, lo que se está haciendo con la nueva normativa, y eso lo está trabajando el Ministerio de Economía, es plantear claramente cómo los clientes pueden expresar consentimiento. Y eso me parece muy sano y adecuado.  La banca tiene caminos alternativos y tienen que buscar los mecanismos, simplemente, para acceder al consentimiento de sus clientes.

LOS PILARES DE SU SBIF
La educación e inclusión financiera es un tema que apasiona a Parrado, que incluso llegó a crear la fundación “Yo uso bien mi dinero”, la que ha tenido “un impacto impensado”. En esa línea, dentro de su agenda contempla viajar por el país dando charlas explicativas sobre las características de los mercados bancarios y las responsabilidades de la SBIF. “Hay que entregar más información”, sentencia, emplazando a la banca a hacer lo suyo. 

-El año pasado los bancos ganaron casi US$ 10 millones al día, elevando sus utilidades 14% en un contexto en que se tuvo menos márgenes por el congelamiento de las comisiones y con la implementación de la Tasa Máxima Convencional. ¿Se justifican estas ganancias?
-Primero uno tiene que plantear cómo esto se compara en el contexto internacional, y uno ve que las rentabilidades de la banca local son similares a las de otros países de América. Ahora lo importante para mí, en términos de los objetivos que me impone la Ley General de Bancos, obviamente es la estabilidad financiera. A mí me preocupan los temas de solvencia y liquidez. Pero habiendo dicho eso, creo que hay que empujar una agenda en que haya más competencia y eso significa esfuerzos en términos de mayor transparencia y entendimiento del sistema bancario.

-¿Falta competencia y transparencia?
-Yo diría que uno tiene que pensar siempre en fortalecer la competencia a través de entregar más información. La gente tiene que sentir que acá no le están haciendo un favor cuando le entregan un crédito o un depósito, sino que está solicitando un servicio, y eso va a ayudar también a aumentar la competencia. Y eso está relacionado con los pilares en que basaré mi gestión: la independencia; transparencia y empujar hacia mayores niveles de competencia; la inclusión y educación financiera, y  apoyo en la modernización de la regulación y legislación.

-En el ámbito de la competencia, algunos diputados han pedido crear un sistema que compita con Transbank. ¿Está dentro de su agenda?
-Una de las cosas que quiero impulsar son todas las consideraciones que hablan sobre competencia. El ejemplo de Transbank es uno de ellos, que se puede deber a muchas razones, y eso es lo que hay que tratar de transparentar y discutir si fuera necesario o no. El espíritu que quiero dar es que si hay proyectos de ley que empujen la competencia en distintos ámbitos, yo voy a ser parte de sus defensores.

-Frente a la última fusión anunciada de Corpbanca Itaú, el superintendente de Valores sostuvo que era la SBIF el órgano competente. ¿En qué va este proceso?
-Nosotros recibimos la solicitud de fusión hace un par de semanas y, por lo tanto, estamos  analizando y revisando todo lo que fue transmitido. Nos demoraremos el tiempo que nos tengamos que demorar en revisar adecuadamente todos los temas legales que involucran una posible fusión.

-El programa de gobierno pone especial énfasis en la protección al consumidor, y dice que la SBIF va a estar a cargo de administrar el Sistema de Obligaciones Económicas. ¿Se desechará el proyecto de ley de deuda consolidada que está en el Congreso o impulsarán una nueva agenda?
-El espíritu de ese proyecto es bueno, porque está dentro del pilar de transparencia. Acá lo que necesitamos es saber cuán endeudada está la gente. Es un tema de sanidad financiera tanto para las personas que piden crédito, como también de cuidado respecto al sistema crediticio. Esto va a disminuir los riesgos, posiblemente pueda ayudar a disminuir el costo de financiamiento y tener un sistema bancario mucho más sano. Acá lo que hay que hacer es empujar el proyecto y hacerle los comentarios pertinentes, si es que se requieren, pero la idea fuerza del proyecto de ley es bastante buena, y yo quiero empujarlo.

-¿Está dentro de su agenda dotar a la SBIF de un gobierno corporativo independiente del ciclo político?
-Hay una brecha regulatoria respecto de lo que está ocurriendo en Chile versus el resto del mundo. La última reforma a la Ley General de Bancos fue en 1997. Obviamente nosotros hemos hecho esfuerzos por el lado normativo, pero eso puede requerir algún ajuste dados los nuevos tiempos. Sobre la institucionalidad de la SBIF, creo que es importante desvincularse del ciclo político, por lo que sería bueno pensar en un esquema que tenga eso como objetivo, y una suerte de comisión bancaria podría ser una posibilidad.

-En el programa de gobierno también está el hacer los cambios necesarios para avanzar en la adopción de los estándares internacionales de Basilea. ¿Se necesita avanzar con urgencia?
-Estamos con la regulación basada en Basilea I, y en la discusión internacional estamos hablando de Basilea III, por lo tanto, esa brecha regulatoria obviamente hay que ir reduciéndola y eso también puede estar incluido en esta posible reforma.  Hay que avanzar revisando y discutiendo todos los puntos para hacer una buena implementación de una posible reforma. Nosotros obviamente vamos a empujar esa agenda.

-Se dice que los diferentes gobiernos no han querido avanzar hacia Basilea III porque sería BancoEstado el que necesitaría mayor capitalización. ¿Comparte esa visión?
-Acá uno obviamente revisa primero que el sistema bancario sea mucho más sólido, y después los mismos accionistas verán cuál es el capital adecuado y necesario para cada uno de sus bancos. Y en el caso de BancoEstado, obviamente el capitalista es el Estado, pero yo creo que es un esfuerzo que hay que dar y hay que hacer.

-En cuanto a fiscalización de los conglomerados financieros, dentro de los esfuerzos que se han hecho están por un lado, el Comité de Superintendentes y el Comité de Estabilidad Financiera, CEF, donde la SBIF es un integrante más. ¿Es suficiente?
-Son primeros pasos muy relevantes. En el Comité de Superintendentes, donde tenemos reuniones mensuales, al igual que en el CEF, se comparten ideas de cada uno de los sectores y uno puede tener un mejor diagnóstico y percepción de cómo se están desarrollando los conglomerados. Pero tal vez, más adelante, hay que pensar en una institucionalidad que sea mucho más fuerte respecto al control de este tipo de instituciones.

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