Por Emilio Maldonado Abril 11, 2013

Por casi dos semanas se mantuvo en silencio. El director del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) Francisco Labbé no quiso salir al paso de los cuestionamientos, por parte de algunas entidades financieras, a la metodología en el cálculo de la inflación en Chile. Pero la escalada de las críticas -las cuales llegaron hasta el Senado y al Ministerio de Economía- y los efectos que podría tener el poner en duda el IPC sobre la productividad del país, lo hicieron cambiar de opinión y salir a rebatir los embates.

“Injustas” e “interesadas”, a su parecer, son los cuestionamientos que han caído sobre el INE. Labbé, en el cargo desde 2010, defiende la canasta utilizada -la cual está vigente desde 2009- y sale a acallar los cuestionamientos a la supuesta variación (por sobre lo estimado por el organismo en sus últimos informes económicos) en categorías como vestuario, tecnología y vivienda. Parte del mercado no le cree al INE y estima que estas categorías han incrementado su valor por sobre lo informado. Él explica por qué estarían equivocados.

-En los últimos días ha habido varios cuestionamientos al cálculo de la inflación por realiza el INE. ¿Cómo entiende estas críticas?

-Ha habido una discusión bastante injusta y que afecta la credibilidad de la institución. Me preocupan estas críticas porque no tienen una base fundada. El INE actualizaba la canasta del IPC cada 10 años, porque es una encuesta extraordinariamente cara. En base a las sugerencias de la OCDE, y dados los cambios tecnológicos y de la sociedad, las canastas ahora se modifican cada cinco años. Chile decidió, en 2009, hacer este cambio. A fines de éste nos toca hacer el cambio de base y la nueva canasta del IPC, pero durante todo este tiempo se vienen haciendo estudios para actualizar las metodologías, para que todo sea lo más cercano a la realidad. Por ello que las críticas que han salido son injustas.

-¿No tienen entonces fundamentos estas críticas sobre el trabajo del INE?

-Hay una crítica esperable y lógica. Esta canasta que data desde hace cinco años, deja de tener la misma representatividad que tenía hace cuatro años. Ojalá pudiéramos hacerla anual, pero es muy caro. Sobre el resto de las críticas, me haré cargo de cada una de ellas. Por ejemplo, en el caso de los arriendos. Nosotros tenemos una muestra que se va renovando cada seis meses, y es una muestra que trata de reflejar, a través de los contratos, la realidad de los precios de arrendamiento.

-La crítica es que ustedes consideran arriendos vigentes, que naturalmente suben poco, y no las viviendas que quedan vacías y corrigen fuertemente su valor.

-Si queda una unidad disponible, tomamos al nuevo arrendatario con el nuevo precio. Pasa lo mismo con las críticas al alza en el valor del servicio doméstico. Durante este último año (de marzo 2012 a marzo 2013) el IPC muestra un alza de 4,3%, muy superior al índice histórico promedio. Entonces no tiene mucha validez esa crítica. Acá hacemos una cuestión seria.

-Los informes de algunas corredoras apuntan a que el INE no mide bien las variaciones en artículos electrónicos, que no bajan tanto como aparece en la muestra.

-En el caso de la tecnología se hace más complicado y no sólo para Chile, sino para todos los INE del mundo. La técnica que se usa para hacer los cálculos consiste en evaluar los precios hedónicos. Es un sistema econométrico, donde se calculan los precios de acuerdo a las características del producto que estamos considerando. Por ejemplo, el tamaño, calidad o pantalla. A través de eso calculamos cuánto vale un modelo con esas características.

Nadie puede dudar que ha habido un cambio tecnológico tan brutal que la electrónica ha bajado de precio.

-¿Hay error en la metodología que emplea el INE como recalcan algunos economistas?

-La metodología está perfecta. Que puede haber algún error o distorsión en algún producto, puede haberlo, como pasa en todo el mundo. Pero para eso siempre se está revisando lo que se hace y se conversa con otros INE del mundo.

De hecho, todos los años vienen especialistas en IPC, una vez por semestre, para revisar la canasta, y de ahí que se han tratado de hacer pequeñas correcciones. Acá no es que alguien haya cambiado la metodología. Es la misma que se ha usado desde 2009 y por las mismas personas que estaban en ese entonces. Quizás tenemos algún defecto y yo no me niego a ello. Uno siempre tiene que estar dispuesto a revisar lo que hace, pero estoy tan seguro de lo que hacemos, que siento una profunda sensación de injusticia.

-El presidente del Banco Central, Rodrigo Vergara, reconoció que puede haber sesgos en el cálculo del IPC. ¿Han cuantificado el efecto de estas eventuales distorsiones?

-No es posible cuantificar el sesgo, porque primero hay que definirlos e identificarlos. Naturalmente los hay y siempre tiene que haberlos. La tecnología, por ejemplo, es un ítem que deja obsoleta a este tipo de canasta. Ahí se produce un sesgo. Si uno mira el ingreso de las personas, eso cambia los patrones de consumo y algunas áreas quedan subrepresentadas ante consumos boyantes, como el turismo y el tiempo libre. Es por ello que estos sesgos van a ser corregidos en una nueva canasta. Lo que no podemos hacer es que cada vez que haya una crítica, cambiar todo.

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