Por Emilio Maldonado Febrero 21, 2013

La ruta que une San Pedro de la Paz con Coronel, al sur de Concepción, es un camino que cada año se ha vuelto más difícil de transitar. La extensión de la ciudad hacia el golfo de Arauco ha convertido los antiguos terrenos agrícolas en proyectos inmobiliarios densamente poblados. Entremedio de las nuevas casas y strip centers, manchones verdes asoman como islas. Son paños forestales que la Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones (CMPC) compró hace décadas, esperando extender sus dominios madereros.

Hoy el destino de estos bosques no es el aserradero. Miles de kilómetros hacia el noreste, en el sur de Brasil, el proyecto Guaíba de la CMPC es el que requiere de estos paños: hace unas semanas el brazo forestal de la familia Matte decidió ampliar la planta de celulosa que compraron en 2009. El directorio aprobó una inversión que sobrepasa los US$ 2.100 millones con el fin de triplicar la producción de celulosa. En total, 1,3 millones de toneladas adicionales de pulpa de eucaliptus. Los terrenos al sur de Concepción cobran vital importancia: serán puestos a la venta para financiar el gran ataque de los Matte en Brasil.

 

O mais grande

Llegar a Brasil no fue una decisión fácil. La crisis financiera internacional de 2008 hizo que muchos en la compañía dudaran sobre una incursión en ese país. No se trataba de una planta más, sino de la compra de una productora de celulosa por más de US$ 1.400 millones, el mayor desembolso que un grupo chileno había hecho hasta ese entonces en ese mercado.

Cercanos al grupo reconocen que la decisión se dilató por casi diez meses. Además de incluir la actual planta Guaíba I, que produce 450 mil toneladas anuales de celulosa, Aracruz (los antiguos dueños) ya tenía diseñada la ampliación a una segunda planta de producción por 1,3 millones de toneladas. Ese paquete, que finalmente fue comprado por CMPC, fue negociado directamente por altos ejecutivos del grupo, entre ellos Arturo Mackenna, en ese entonces gerente general de la forestal y hoy director, y Sergio Colvin, también un ejecutivo de confianza de la familia Matte.

El desafío, como recuerdan en la papelera, era grande: apostar por una inversión total de casi US$ 4.000 millones (sumando la compra y la ampliación), y ello -como relatan- generó dudas. Habría sido el propio Bernardo Matte, director y hermano de Eliodoro, quien entusiasmó al resto.

Desde ese entonces, a fines de 2009, el grupo no sólo ha ordenado la casa en Guaíba. Además de invertir unos US$ 40 millones en mejoras a la planta, se ha estado rediseñando el plan de expansión. Aracruz (hoy Fibria) ya había obtenido los permisos ambientales correspondientes de las autoridades del estado de Rio Grande do Sul. CMPC pasó los últimos dos años chequeando los números y haciendo algunos cambios, principalmente en los proveedores de las maquinarias. Hace unas semanas, el directorio aprobó la inversión y se espera que durante los próximos meses se inicien las labores de construcción, para tener operativa la fábrica a inicios de 2015. Ya hay varias constructoras -chilenas y extranjeras- que le han manifestado al grupo el interés por levantar Guaíba II.

Una vez inaugurada la fábrica, CMPC se transformará en el segundo productor mundial de celulosa, avanzando dos puestos en el tablero global. Las tres plantas en Chile y este gigante en Brasil le permitirán pasar de 2,7 millones de toneladas anuales a 4,1 millones. De ahí el entusiasmo en el grupo por sacar adelante esta titánica tarea.

“El ingreso a Brasil ha significado dar un camino de futuro a CMPC. De ser una empresa netamente local, hoy vende más de US$ 5 mil millones, diez veces más que hace veinte años. El 75% de las ventas se hacen fuera de Chile. Entonces, además del crecimiento e internacionalización que hemos tenido en el área tissue con fábricas en ocho países, ahora tenemos una base en Brasil de insospechadas proyecciones”, explica el gerente general de la papelera, Hernán Rodríguez.

Al interior de la empresa, que en Bolsa ya está avaluada en US$ 9.000 millones, han catalogado a Guaíba II como el proyecto más importante en los 93 años de historia de la CMPC.

 

La calculadora

Ante tal inversión, las inmediatas dudas del mercado fueron el cómo se financiaría la operación, sin deteriorar el ratio de endeudamiento de la empresa. Durante 2012 la razón entre deuda y Ebitda (ganancias antes de impuestos) fue de 2,8 veces, cifra superior a las 2,3 veces de 2011 y de 2010, cuando el ratio llegó a 1,9 veces deuda por Ebitda.

De ahí que los terrenos al sur de Concepción cobran relevancia. Durante las próximas semanas serán ofrecidos a corredoras inmobiliarias y a constructoras, dándole un giro residencial a los bosques. Será una de las formas de aportar al crecimiento de CMPC en Brasil.

También durante el primer semestre se hará otra gran transacción: la familia Matte aprobó vender el 7,7% que la CMPC tiene en Bicecorp, el brazo financiero familiar. Si bien aún no hay un operador contratado para realizar esta operación, se espera que de materializarse podría recaudar unos US$ 110 millones.

Al financiamiento que se puede obtener por esta vía, la junta de accionistas de la papelera, que se reunió el 24 de enero pasado, aprobó aumentar el capital en US$ 500 millones, dinero que se sumaría a un crédito que el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (el símil de la Corfo en Brasil) ya ratificó por otros US$ 1.200 millones.

De concretarse la venta de activos más estas últimas dos operaciones, no sería necesaria la emisión de un bono, según confirma el secretario general de CMPC, Gonzalo García. El ejecutivo explica que el bono podría emitirse por menos -originalmente proyectado en US$ 500 millones- ya que hay otros bonos en curso que deben comenzar a pagarse en los próximos años.

“Hay una serie de pasos que ir cumpliendo, según el cronograma que nos hemos impuesto. El aumento de capital tiene sus tiempos. Después, en la misma área del financiamiento del proyecto, habrá que definir si se emite un bono, dónde y bajo qué condiciones”, resume Rodríguez.

 

Envíos a China

Con 212 mil hectáreas de extensión y la mitad de ellas ya plantadas con eucaliptus, el potencial de Guaíba es aún impresionante. Brasil, especialmente el sur, se caracteriza por condiciones climáticas que aceleran el crecimiento del eucaliptus, esencial para la producción de celulosa. Si en Chile un árbol de esta especie toma 15 años en desarrollarse, en Rio Grande do Sul la madurez llega a los siete años. Punto a favor para la empresa, ya que los costos de producción -estimados por el mercado- bajarían de los US$  420 por tonelada que muestra en Chile (valor ya bajo comparado con Canadá, Suecia o Noruega), hasta los US$ 380 por tonelada.

Pero la producción de Guaíba I y II no estará destinada sólo al enorme mercado interno. China, el mayor demandante de commodities del planeta, aún está retrasada respecto al consumo de madera y, especialmente, de celulosa y productos elaborados, como los del área tissue (papel higiénico, pañales, etc.), una de las divisiones que más crece en el mundo y que mayores ingresos reportan a las empresas forestales.

“El consumo de celulosa per cápita de China es aún bajo, cerca de 1/6 de lo que consumen las naciones más desarrolladas”, afirma Helmut Henríquez, administrador de portfolio de LarrainVial.

“Hoy la celulosa que produce CMPC llega a los mercados de América y al europeo, pero principalmente al asiático, donde China es un actor relevante. Es ahí donde creemos que seguirán creciendo las necesidades de producción de papel y es ahí donde nuestros envíos se intensificarán. La alta demanda de celulosa que experimentó China en los últimos años debería seguir en alza en los próximos años, y ahí estaremos nosotros para satisfacer a esos clientes”, grafica el gerente general de la papelera, Hernán Rodríguez.

Sin embargo, no será Asia el único destino de la producción que salga de la nueva Guaíba. Actualmente CMPC Tissue (fabricante de Elite, Nova, Confort y Babysec, entre otros, y que explica el 36% de las ventas del grupo) tiene un 10% de participación en el creciente mercado doméstico de Brasil. Parte de la producción de la planta irá a la elaboración de estos artículos, para así competir con el gigante Kimberly-Clark en las góndolas de los supermercados brasileños. En el largo plazo se espera elevar la participación de mercado, a cifras más cercanas a las que ostenta el holding en Chile (77%), Perú (53%) o Argentina (48%).

 

El ojo crítico

 Es el plan de inversión más ambicioso que han llevado a cabo los Matte en la empresa en casi un siglo de historia. Además de los US$ 2.100 millones para ampliar Guaíba, se sumarán otros US$ 400 millones en los próximos tres años, los cuales serán destinados a todas sus áreas de negocios. 

El anuncio del millonario desembolso no fue inmediatamente celebrado por el mercado. El día 24 de enero, cuando se ultimaron los detalles de la ampliación de la planta y del plan trienal, la acción retrocedió casi medio punto.

Si bien los informes de las corredoras que siguen a CMPC (la mayoría de las que operan en Chile) ven como positiva la construcción de Guaíba II por la disminución de costos en la producción de celulosa y la potencialidad de exportar a China, hay aún dudas sobre la transacción.

Una de ellas es el ratio de endeudamiento, que el mercado proyecta como ideal en un rango más cercano a las 2,5 veces deuda/Ebitda y no a las casi 3 que ostenta ahora. “CMPC está más expuesto que Copec (holding forestal de Angelini), porque esta última está más diversificada”, explica desde LarrainVial Helmut Henríquez.

Otro temor, que aún persiste entre varios analistas, es que la producción de 1,3 millones de toneladas adicionales de celulosa pueda inundar el mercado mundial, empujando los precios a la baja. “Si bien un exceso de oferta afectará los precios durante el período 2013-2014, de 2015 en adelante no hay grandes proyectos anunciados. Consideramos que 1,3 millones de toneladas adicionales es similar al crecimiento que tendrá la demanda al 2015, por lo que el precio podría retroceder, pero no de manera importante”, anuncia el analista de commodities e industria del Grupo Security, Luis Felipe Galleguillos.

En el grupo Matte descartan esta presión. Creen que el mercado de la celulosa seguirá en expansión más allá de este aumento. De hecho, se atreven a vaticinar que en Brasil, en el mediano plazo, podría anunciarse otro desarrollo de este tipo en ese mercado, para satisfacer la creciente necesidad por productos forestales derivados.

Por ahora los esfuerzos del grupo y los constantes viajes al sur brasileño de sus ejecutivos están puestos en sacar adelante a Guaíba II. Incluso ya se deja entrever la posibilidad de dotar al complejo de un anexo de generación eléctrica en el mediano plazo, tal como lo ha hecho su competidor, Arauco, en Argentina y Chile. La primera incursión de este tipo de los Matte -a través de CMPC- en este rubro en Brasil. La apuesta en grande en uno de los mayores mercados  forestales del mundo.

Relacionados