Por Natalia Saavedra Octubre 22, 2012

En la oficina de Daniel Yarur en Vitacura hay pocos muebles. Es un departamento grande, al que parece haberse cambiado hace poco, pero en el que trabaja hace varios meses. “Es muy preciso en su gusto y no siempre tiene tiempo para elegir lo que quiere”, dice la decoradora,que deambula por la oficina.

Tras una puerta grande hay una mesa de comedor que ocupa como escritorio. Sobre ella varios libros y una ruma de papeles desordenados, pero donde tiene importantes anotaciones: allí están plasmados los puntos de lo que él describe como “una nueva etapa de la vida”. “Hoy hago todas las cosas que cuando chico siempre quise hacer, que son las que realmente me hacen feliz”, asegura.

Llegar a esa definición no ha sido un proceso fácil. Para él esta transformación comenzó hace casi siete años, cuando sufrió un grave accidente esquiando en Portillo. Estuvo tres días en coma y un mes y medio en la UTI. Le sirvió para comenzar a ver las cosas desde otra perspectiva.

Pero ése fue sólo el inicio de un cambio más profundo. Hace dos años una disputa con su primo, Jorge Yarur Bascuñán-dueño del Museo de la Moda y accionista del Bci- lo puso en una incómoda situación: diferencias en la administración del patrimonio de Yarur Bascuñan generaron acusaciones mutuas que hoy se resuelven en tribunales. Eso se tradujo en que dejara su sillón en el directorio del banco, el cual mantenía desde hace 10 años.

Hoy quiere cerrar ese capítulo. Prefiere no profundizar en el tema, salvo para decir que ese episodio amargo le permitió tener tiempo para aterrizar una serie de proyectos que siempre había postergado.

“Dejé varios directorios, lo que me permitió volcarme a otras cosas que, mirando el lado positivo, nunca podría haber hecho si hubiese seguido con mi antiguo ritmo. Me he permitido mirar la vida de una forma diferente”, asegura.

A sus 57 años, este contador e ingeniero de la Universidad de Chile, dejó de lado los cargos de alta demanda que había mantenido por más de 20 años: fue superintendente de Valores y Seguros, el primer latinoamericano en presidir el Council of Securities Regulators of the Americas, profesor universitario y director de compañías como AES Gener y Antofagasta Minerals.

Hoy Daniel Yarur está concentrado en  construir un hotel en Palestina. La ciudad elegida es Jericó, a unos 45 minutos de Belén. Ahí se asociará con un grupo jordano-palestino que aportará las tierras para el proyecto, que costaría US$ 15 millones.

Y precisamente esa disputa familiar le permitió sacar varias lecciones. “Recibo menos llamados,  y me piden menos reuniones, pero hoy puedo manejar mi vida de una forma totalmente distinta. Los amigos los conservo, pero a esta altura tampoco me importa si alguien me deja de saludar”, añade en forma categórica.

Mientras todo esto sucedía, Yarur decidió concretar una idea que venía dando vueltas hace un buen tiempo: viajó a Palestina para conocer la tierra de sus abuelos. También vio allí la oportunidad para desarrollar proyectos hoteleros, y ocupar así el expertise de su aventura con los hermanos Purcell y la familia Matetic en el norte y sur de Chile.

No es en lo único que ocupa su tiempo. En esta nueva etapa se ha dado espacio para hacer actividades que antes, como parte de un círculo empresarial tradicional, nunca pudo llevar a cabo: jugar ajedrez, deporte que profesionalmente practica hace varios años.

Trajo a un coach desde Argentina y con él entrena todos los días una hora y media. Además de presidir la Federación Deportiva Nacional Ajedrez (Ajefech), el ex superintendente formó su propia fundación y le propuso al presidente Piñera masificar este deporte en las cárceles y escuelas de Chile, proyecto que quedó de presentarle al mandatario en el corto plazo.

Y el nuevo Yarur no se da tregua. Siempre quiso perfeccionarse. Hoy lo está haciendo: es parte de la generación 2012 del Doctorado en Filosofía de la PUC.

Su agenda se llena con actividades como el directorio de SQM, en el que fue nombrado por los canadienses de Potash Corp, y la participación en fundaciones de beneficencia como Make-A-Wish.

“Me quedo estudiando hasta las 4 a.m. con cabros que tienen 30 años, pero que son filósofos secos. Siempre me gustó, pero hablar de filosofía y ajedrez en una familia que siempre hablaba de negocios era una locura”, explica el empresario, quien añade que “les he aprendido a los griegos que los muertos no tienen bolsillo, y volver a estudiar me ha permitido ver la vida y los negocios de otra forma”.

La nueva filosofía de Yarur

Un viaje con escalas

A mediados de 2009 una misión empresarial palestina aterrizó en Santiago. La idea era que se reunieran con empresarios locales, y Daniel Yarur fue uno de los anfitriones. Organizó una comida en el restaurante Osadía (del cual es dueño), y ahí conoció a un empresario que se convirtió en el intermediario de su viaje al Medio Oriente.

Era Hashim Shawa, presidente del Banco de Palestina. En esa ocasión, ambos se conocieron y tuvieron un felling especial. Tanto, que ambos intercambiaron sus colleras con un deal claro: las recuperarían cuando Yarur visitara Belén.

Pero fue Shawa quien regresó el año pasado. En la nueva visita, el empresario palestino le exigió que cumpliera su palabra. “Esta vez Daniel se involucró en serio: compró acciones del Banco de Palestina y se comprometió a construir un hotel en Belén, el que prometí financiar parcialmente”, recuerda Shawa.

El viaje se concretó en septiembre pasado. Primero fue a las Olimpiadas de Ajedrez en Estambul (como presidente de la Ajefech) y luego siguió camino a Belén, en un viaje mitad negocios, mitad placer.

Yarur visitó, junto a Shawa, la casa de sus abuelos en la ciudad, y agendaron una serie de importantes reuniones: fueron recibidos por el primer ministro, conversaron con empresarios del rubro hotelero e inmobiliario, y se reunieron con la ministra de Turismo. Todo para fortalecer las redes que le pavimentarían el camino para invertir en Medio Oriente.

Tras las reuniones, ambos socios recorrieron varios terrenos en búsqueda de la tierra adecuada para levantar el proyecto. Pero luego de visitar algunos paños en Belén, Yarur decidió seguir su búsqueda a unos 45 minutos de allí, en la localidad de Jericó. “Fui a ver terrenos allí. Es un lugar muy interesante porque tiene mucho turismo interno árabe, además de buen clima. Está cerca del Templo de las Tentaciones y pegado al Mar Muerto, pero ningún sitio me convenció”, explica el ex superintendente de Valores.

Fue en su paso por Jordania donde encontró “la tierra”: un importante grupo jordano palestino -de quien prefiere reservar el nombre- será quien aporte el sitio en Jericó, precisamente donde él pensaba invertir.

Yarur practica ajedrez profesional. Le gusta tanto, que le propuso al presidente Piñera llevar este deporte a las escuelas y cárceles. El mandatario le dijo que le presentara un proyecto.

Durante las próximas semanas Yarur recibirá, desde Jordania, el anteproyecto. Por ello, ya busca arquitectos chilenos que ayuden a “dibujar” la iniciativa, que contempla una inversión de US$ 15 millones.

“Será una proyecto a gran escala, porque en Medio Oriente la industria hotelera de la zona está muy desarrollada. El objetivo es que tenga al menos 100 habitaciones, y esté a la vanguardia en diseño”.

 

Al calor del sol

Jordania fue la última parada de Yarur en su único viaje al Medio Oriente. Allí se reunió con el empresario Ennis Rimawi, presidente de Millennium Energy Industries (MEI), empresa que acaba de desembarcar en Chile para realizar proyectos de energía solar.

“Con Ennis nos conocimos acá y tuvimos varias reuniones de negocios, donde definimos que me incorporaría como socio a la empresa en Chile”, explica Yarur.

La fórmula que barajan es que el chileno entre con el 20% de la propiedad, lo que le da derecho a un sillón en el directorio.

Aquí, MEI ya reclutó a Marcelo Awad, quien fue presentado por Yarur a Rimawi, y que será el presidente de la nueva aventura. En Chile esperan cerrar contratos para proveer de energía a la industria minera. De hecho, ya postularon a una licitación para la mina Gaby de Codelco.

“Es la energía del futuro, no contamina, abarata los costos y no sólo se usa para abastecer de energía a las mineras, sino que también aporta al desarrollo económico del país”, dice Yarur, al momento que pone un ejemplo: “En Jordania, visité hoteles que usan esa energía, es un tema que va a pegar muy fuerte a futuro. Además el fondo que invierte en Millennium -Catalyst Private Equity- se compone de aportes de empresarios muy relevantes que apoyarán el proyecto en Chile”.

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