Por Natalia Saavedra Febrero 9, 2012

"¿Cuáles son los soportes de estas proyecciones? ¿No debieran ser más realistas?". La voz del empresario Aníbal Mosa -uno de los nueve directores de Blanco y Negro S.A.- se escuchó fuerte en las oficinas de Puga Ortiz Abogados. Era el lunes 30 de enero y su intervención marcaba el punto más álgido de la última sesión del directorio de la sociedad antes de salir de vacaciones. El tema era el presupuesto para el 2012, y sus palabras mostraban un fuerte descontento con la propuesta presentada por la administración de Hernán Levy.

En un tono duro, Mosa cuestionó las cifras entregadas por la gerencia. Las calificó como "demasiado optimistas", y recalcó dos aspectos: que las metas financieras planteadas para 2011 no se habían cumplido, y que las proyecciones para 2012 eran muy difíciles de alcanzar.

Momentos después de la intervención de Mosa, otro director pidió la palabra. Fue Leonidas Vial, socio fundador de la corredora de bolsa LarrainVial. Según presentes en la cita, "León", como le llaman sus cercanos, hizo ver que la información entregada era insuficiente y solicitó que los directores accedieran a más antecedentes del presupuesto. Levy mantuvo un estricto silencio, visiblemente incómodo, pues era la segunda vez que se realizaba la presentación y él respaldaba la propuesta financiera.

La tensa reunión, a la que asistieron siete de los nueve directores, tenía un elemento adicional. Ese mismo día, la familia Bertin decidió vender su 9,81% de B&N, el mismo que fue adquirido por un comprador anónimo a través de LarrainVial, lo que, en la práctica, implicaba que Vial manejaría un porcentaje mayoritario de acciones de Colo Colo: al 9,93% que posee a título personal, sumaba cerca del 20% bajo la administración de la corredora, lo que implica la potestad de nombrar a un tercer director y le daba ventaja de cara a abril, cuando la junta de accionistas defina quién encabezará la administración de B&N.

Pero nada de eso se habló en el directorio. Lo que podría haber sido una soterrada disputa se manejó con "guante blanco". Incluso, el presupuesto se aprobó tras cuatro horas y quince minutos de debate, con la abstención de Mosa. Sólo hubo un gesto que retrató el tenso momento: un "pacto de silencio" entre los directores para no hablar con la prensa de asuntos vinculados con B&N hasta marzo.

Pese a este "acuerdo de caballeros", las críticas cruzadas entre Levy y Vial ya se perciben. El actual presidente de Colo Colo le critica al socio de la corredora de bolsa un estilo demasiado impulsivo en el directorio. Eso, según su entorno cercano, quedó graficado en octubre pasado, cuando el delantero Esteban Paredes -uno de los símbolos del club- se lesionó. Entonces Vial era partidario de vender su pase. Por el contrario, cercanos a "León" acusan a Levy de ser extremadamente personalista y de tener una actitud débil frente a las crisis.

Así, la sensación de varios de los presentes en el directorio es que este "fuego cruzado" es el sinceramiento de un nuevo escenario. Uno que no se juega sólo en la cancha, y en el que las opciones incluyen cambios radicales en el esquema del club más popular de Chile.

Los correos reservados

En un e-mail que circuló entre los directores, Leonidas Vial le señaló a Hernán Levy: "Para tu tranquilidad, cuentas con mi apoyo y cooperación para sacar el proyecto de Colo Colo". La interpretación de ese correo fue ambigua. Algunos lo consideraron un "espaldarazo" a Levy. Otros, como un "apoyo tibio".

El martes 31 de enero, un día después de la reunión de directorio, Hernán Levy llamó por teléfono a Leonidas Vial. La conversación fue tensa: el actual presidente de Colo Colo le recriminó la forma en que se había efectuado la venta accionaria de los Bertin, pues, según le señaló, él era el único director de B&N que sabía quién era el comprador, además de ser sólo él quien podía decidir el futuro de ese paquete. Es más: Levy se habría molestado con Vial, porque pese a conocerse hace varios años -la corredora maneja parte de su patrimonio y uno de sus hijos trabajó allí- fue marginado de la operación, sin tener espacio para que él o sus cercanos realizaran alguna oferta por ese paquete y así no perder influencia en el club.

Vial despejó las dudas. Le respondió que, por su obligación como custodio de las acciones, era imposible revelar el nombre de quien adquirió la participación. Pero, a la vez, le dijo que se quedara tranquilo, porque lo seguía respaldando.

Horas después, los directores de B&N se sorprendieron con un correo electrónico enviado por Levy en que relataba la conversación con Vial. Pero el tema fue más allá: el empresario sugería que era conveniente hacer público el apoyo del empresario a su gestión para frenar las especulaciones de la prensa sobre su futuro.

Varios directores hicieron ver a Levy que estimaban impertinente hacer pública una conversación privada. Pero el debate lo zanjó el propio "León". En un escueto correo que circuló entre los otros miembros de la mesa, le señaló a Levy: "Para tu tranquilidad, cuentas con mi apoyo y cooperación para sacar el proyecto de Colo Colo", decía ese e-mail.

Sin embargo, la interpretación de ese mensaje fue ambigua. Mientras algunos lo consideraron un "espaldarazo" a Levy, otros lo vieron como un "apoyo tibio". Algo así como una "fórmula inteligente de León para asegurar quietud, pero no un apoyo más allá de la próxima junta". Incluso más: muchos ven en esta jugada una fórmula para que Vial juegue un rol protagónico en la conformación de la próxima directiva alba.

León deportista

La primera semana de noviembre, Leonidas Vial llamó a Cristián Varela, el presidente del Club Social y Deportivo Colo Colo -entidad que tiene dos puestos en el directorio- y uno de los hombres que más conocen el escenario interno del club. Ambos mantienen un diálogo fluido desde 2005, cuando Varela y Vial crearon en conjunto el modelo de Blanco y Negro, la primera sociedad anónima del fútbol chileno. Por eso mismo, quienes los conocen dicen que tienen un estilo de trabajo parecido y comparten muchas de la visiones sobre el club.

En la conversación, Vial le manifestó a Varela su inquietud por el rumbo que llevaba la institución en lo deportivo y el malestar con la forma en que se estaba conduciendo el área administrativa, lo que implicaba cuestionar el estilo de Levy al frente de Blanco y Negro.

Aunque se rumoreó que el empresario tenía interés por vender su participación, los hechos mostraron lo contrario: compró a título personal un paquete accionario que le hizo aumentar de 9,5% a 9,9% su presencia en B&N, y luego encabezó la venta de los papeles de la familia Bertin, en que LarrainVial quedó como representante del comprador, con lo que Vial y la corredora suman casi el 30%, superando el actual porcentaje de Levy (24,5%), que hasta la última venta era el mayoritario.

Si bien en el entorno de los Bertin señalan que la decisión fue estrictamente "de negocios", para buscar inversiones más rentables, algunos directores plantean que fue por diferencias con el estilo de la administración actual.

Un león en Colo-Colo

Quienes conocen a Vial dicen que lo que lo llevó a asumir un rol más activo fue la necesidad de dar una señal de estabilidad, en especial a los clientes de la corredora que invirtieron en el club, luego de que los otros dos "históricos" de la sociedad, Gabriel Ruiz-Tagle y Sebastián Piñera, vendieran sus participaciones.

Pero hay otros elementos. Como su pasión por el fútbol, deporte que practicó desde niño, en la universidad y en ligas deportivas hasta que una lesión le impidió seguir jugando. O la "competencia" con uno de sus amigos cercanos, el empresario José Yuraszeck, accionista de Universidad de Chile. En su entorno dicen que su personalidad lo impulsa a medirse de igual a igual con él, y que el éxito del plantel azul ha empujado su competitividad. Pero ese vínculo preocupa en el entorno de algunos directores, quienes consideran que el hecho de que ambos sean socios en CIC podría afectar la independencia de Vial a la hora de tomar decisiones estratégicas.

Con todo, el mismo entorno deportivo se ha encargado de mantenerlos alejados. El año pasado, la "U" ganó la Copa Sudamericana, los dos torneos locales y quedó invicta frente al "Cacique". Y a ello se sumó que Azul Azul, la sociedad que controla al equipo universitario, también aventajó a Blanco y Negro: la acción subió 155,81% en 2011, mientras que el papel de B&N perdió el 5,26% de su valor.

El éxito del equipo azul fue comentario obligado en todos los círculos. El 16 de diciembre, el presidente Sebastián Piñera -ex accionista de Blanco y Negro- recibió en La Moneda a la "U". Y, en la noche, durante una comida de fin de año, el debate en su mesa giró en torno a la comparación de ese triunfo con el mal año de Colo Colo. Aunque Piñera reconoció que deportivamente el 2011 fue pésimo, y comparó los éxitos de la época en que él estaba en el club con el magro presente colocolino, se cuidó de no hacer mayores comentarios. No sólo porque es consuegro de Levy y uno de los mejores amigos de "León", sino que también porque su intención es volver al club cuando deje la presidencia, según les ha comentado a sus cercanos.

El presupuesto se aprobó en el último directorio, con la abstención de Mosa. Sólo hubo un gesto que retrató el tenso momento: un "pacto de silencio" entre los directores para no hablar con la prensa de asuntos vinculados con B&N hasta marzo.

Factor personalista

Incluso quienes cuestionan la gestión de Levy, le reconocen que se ha dedicado a tiempo completo a Colo Colo. En B&N se comenta que el dueño de Cerámica Santiago ha solicitado a expertos de sus propias empresas que le ayuden en la formulación de proyectos.

Pero las críticas apuntan a su conducción: señalan que tiene un modo personalista, evita la confrontación y se incomoda cuando hay disensos al interior del directorio. "Se siente desgastado en un directorio donde todos tienen voz. Y, en lenguaje futbolístico, no es un jugador para el área chica", dice uno de los directores.

También los estados financieros preocupan. A septiembre, Blanco y Negro registró pérdidas por $421 millones, inferiores a los $2.321 millones de saldo negativo que acumuló en septiembre de 2010, pero lejos del rendimiento esperado para un club de su envergadura. Pero en el entorno de Levy aseguran que el último balance de este año arrojará resultados positivos. A raíz de estos cuestionamientos, sin embargo, ha sonado fuerte en el mercado la búsqueda de un nuevo gerente general. Otra alternativa que se baraja es crear una vicepresidencia ejecutiva en Blanco y Negro, que trabaje mano a mano con el directorio.

Las críticas no sólo surgen de los socios, sino que también al interior del Club Social y Deportivo Colo Colo. "Han desatendido a los socios históricos y por eso bajó el público en los estadios y el rendimiento del club ha empeorado", comenta un director de este grupo.

Los cercanos a Levy señalan que han realizado acciones para mejorar un proyecto que recibió en muy mal estado, que reconocen "cierto desorden"  en la gestión, aunque consideran que se requiere tiempo para que se consolide el actual equipo administrativo. Vial tiene una visión diametralmente opuesta: es partidario de evaluar al cuerpo técnico a la luz del rendimiento, y se ha mostrado disconforme con lo que considera una excesiva tolerancia de Levy.

Estos factores han provocado el desgaste de Levy. Aunque sus cercanos afirman que el tema aún le apasiona, reconocen que está reflexionando sobre si continuar o no en el puesto.

Un león en Colo-Colo

La figura de Mosa

Es difícil ubicarlo, cambia su número de teléfono constantemente y no tiene oficina fija. Aníbal Mosa, autoproclamado candidato a la presidencia de B&N, es la otra figura del puzzle en la silenciosa batalla de Colo Colo.

Proviene de una familia de origen sirio, que hizo fortuna en la X Región a través de varios negocios. El más reconocido: la cadena de supermercados Full Fresh, que vendieron en 2008 al fondo Southern Cross. Por esa movida, la familia Mosa -compuesta además por sus hermanos Fabiola y Jack- se embolsó US$75 millones.

Según sus cercanos, Mosa tiene una antigua afición por el fútbol e históricamente ha sido hincha del club albo. Por eso, cuando en diciembre de 2010 su asesor financiero Paul Fontaine le dijo que comprar el 11% de B&N en US$5,8 millones parecía prudente, no lo dudó.

Quienes lo conocen comentan que el interés por tener influencia al interior de Blanco y Negro lo empujó a acercarse a Vial, pues en él ha observado un descontento que podría transformar en apoyo. "Quiero proponerle que me venda el porcentaje que compró la corredora", les ha dicho Mosa a sus cercanos. Incluso, ya solicitó una reunión con él a comienzos de marzo.

Sin embargo, aunar las posiciones de Mosa y Vial no es tan fácil como parece. La piedra de tope es el estilo diametralmente opuesto de ambos empresarios.

Mosa ha protagonizado polémicas. En el 2007 fue formalizado por golpear a un trabajador de uno de sus hoteles y al año siguiente protagonizó un accidente de tránsito en Puerto Montt por conducir en estado de ebriedad. "Su estilo dista de Vial, los veo como el agua y al aceite", asegura un cercano a ambos en el club.

Pero Mosa se ha preparado para enfrentar una candidatura. "Tiene a tres personas que analizan el desempeño de B&N y llega con verdaderos dosieres a cada directorio", comenta un testigo. El lunes pasado se reunió con Paul Fontaine y le hizo una propuesta: trabajar en un proyecto integral para mejorar la estrategia de Blanco y Negro. Y pese a que no tiene ningún acuerdo con Vial, este último le ha dado espacio a sus opiniones. Una "alianza circunstancial".

Su apuesta también lo llevó a reunirse con el ex presidente de la ANFP Harold Mayne-Nicholls. Tras una invitación de Mosa, ambos almorzaron el 19 de enero pasado en el hotel Don Vicente de Puerto Montt. Aunque la cita tenía como objeto comentarle sus ideas sobre Deportes Antofagasta, club del que el periodista fue vicepresidente y que Mosa evaluó adquirir, el empresario deslizó algunas apreciaciones sobre Colo Colo. "Comentó que había detectado signos de una mala gestión, sobre todo en el manejo financiero", dice un testigo de la conversación.

El lunes pasado Aníbal Mosa se reunió con Paul Fontaine y le hizo una propuesta: trabajar en un proyecto integral para mejorar la estrategia de Blanco y Negro. Pese a que no tiene ningún acuerdo con Vial, este último le ha dado espacio a sus opiniones. Una "alianza circunstancial".

Con todo, en los últimos días Mosa ha preferido guardar silencio y alistar sus fichas para marzo. "Estamos trabajando para un Colo Colo mejor, que no sea individualista, que sea aglutinador", comenta el empresario.

Todos quieren ser presidente

Hay un factor común entre los directores de Blanco y Negro: nadie se atreve a hacer pronósticos sobre lo que pasará en abril. Lo único claro es que para llegar a la presidencia se debe contar con el apoyo de cinco de los nueve directores.

Y en ese escenario, "León" Vial corre con ventaja, pues tendrá tres directores en la nueva mesa. Ahí se tornan claves los dos votos que posee el CSD Colo Colo, que preside Varela y cuyos 18 directores deben elegir a principios de abril los dos representantes en la mesa de B&N, que hoy son José Tomás Errázuriz y Ramón Yávar. Con ellos, Vial tiene una relación directa y cercana. Entre sus miembros existen críticas sobre la administración del club en los últimos años, y están conscientes de que los dos votos que tienen son decisivos. "La corporación escuchará a todos los que quieran postular antes de resolver. Conversaremos con los grupos más grandes de accionistas de B&N para ver el proyecto más apropiado. La opinión de León Vial nos parece muy relevante, y esperamos poder reunirnos con él", comenta Varela.

Aunque hoy todas las miradas están sobre Vial, en el directorio de B&N ven difícil que asuma la presidencia del club. Sobre todo porque le significaría una dedicación casi exclusiva y porque el cargo implica una fuerte exposición pública, algo que él elude.

Por otra parte, la opción de Mosa se ve lejana, pues su nombre genera resistencias. Sin embargo, una fórmula viable sería que el empresario puertomontino asuma un cargo relevante que apoye la gestión diaria del club.

Con todo, hoy los escenarios más posibles son tres: que "León" Vial impulse para la presidencia a un hombre de confianza, como sucedió en La Polar con César Barros; que surja una "figura de consenso" entre los principales accionistas, o bien que Levy siga al frente, pero con exigencias de cambios profundos en el equipo que administra al club. No sólo eso: ese eventual escenario está atado a la campaña deportiva del club hasta la junta de abril. Si continúa el mal desempeño, en su entorno reconocen que sería el fin de su era. Porque "Colo Colo es una empresa. Pero al final, la pelota es la que manda".

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