Por Natalia Saavedra Enero 19, 2012

Ha desafiado a personas tan importantes como el fallecido fundador de Apple, Steve Jobs, a quien calificó como "un genio insoportable"; se ha enfrentado a gobiernos como el de Zapatero en España, al criticarlo por la línea que ha seguido en su manejo de la crisis; y, en paralelo, ha acumulado una fortuna que se ubica fácilmente por encima de los US$ 1.000 millones, creando diversas empresas de telecomunicaciones, como el portal Ya.com -el segundo más visitado de España- y la gigante de la telefonía Jazztel.

Desinhibido y directo, Martín Varsavsky es un empresario que se mueve con soltura entre los grandes del rubro, pero con un estilo particular: es un insistente promotor de ideas y ha creado -directa e indirectamente- más de treinta empresas. Eso le valió recaudar su primer billón de dólares en 1999, año en que ocupó la portada de la revista Forbes por su rápido ascenso en el negocio. El titular de esa publicación norteamericana lo bautizó como "Young, Rich and Restless" (joven, rico y despreocupado). Argentino (51 años), hijo de profesores y proveniente de una familia judía, emigró a Estados Unidos a los 17 años cuando comenzó el régimen militar en el país vecino. De ahí su carrera no se detuvo.

Su receta es "fácil"  -como dice al otro lado de la línea desde Miami, donde está una de sus seis casas alrededor del mundo-, "invierto en productos que uso con emprendedores que me llevo bien". Sencillo en sus postulados -quizás demasiado en relación a lo lejos que ha llegado-, hoy está concentrado en uno de los proyectos que monopolizan su atención: FON, una red de conexión Wi-Fi que él quiere convertir, por supuesto, en la más grande del mundo.

Un país de "indiferentes"

Aunque dice que no es populista, Varsavsky es un activo analista de temas de política, negocios y educación y lo hace pues dice que, sin distinción, todas sus ideas motivan el emprendimiento. Por eso, pese a que no viene a Chile hace algunos años, tiene claro cuáles son los baches de la innovación a nivel local. En el país trabajó como uno de los impulsores del proyecto Educarchile, junto al Ministerio de Educación y la Fundación Chile. También ha invertido en proyectos chilenos, como Bling Nation, firma impulsada por Wenceslao Casares y de la cual Varsavsky es socio minoritario.

Su mayor crítica al modelo local es que, pese a que hay un buen ambiente y una necesidad de generar cambios, Chile sigue patrones que ya han sido probados por otros emprendedores. "Veo una tendencia a copiar modelos y no a crearlos", dice.

"En Chile hay una mezcla de entusiasmo y descontento, pero no sé cuál es la interpretación concreta de eso. Quizás me equivoco, pero así como desde Buenos Aires salió Mercado Libre, no hay ideas comparables que hayan salido desde Chile, ¡y eso que en Argentina hay un ambiente muchísimo peor para hacer negocios!", comenta.

Su mayor crítica al modelo local es que, pese a que hay un buen ambiente y una necesidad de generar cambios, Chile sigue patrones que ya han sido probados por otros emprendedores. "Veo una tendencia a copiar modelos y no a crearlos. Hay una parte del emprendimiento que tiene que ver con la no conformidad, como decía Steve Jobs: be different. Eso sí que les falta a los chilenos. Es una sociedad muy chica de gente que le da vergüenza ser diferente y que los pone incómodo", subraya.

Este argentino reconoce que "ser diferente" es difícil, sobre todo por los importantes índices de desigualdad en Latinoamérica. "En Chile el 20% más rico es 25 veces más adinerado que el 20% más pobre, y en Estados Unidos, es ocho veces más rico, y eso que Estados Unidos se considera un país desigual", sentencia.

Con el fin de reducir estas diferencias, Varsavsky se ha ocupado de que herramientas como Educarchile -que ya fue replicada en Argentina- sean difundidas a través de sus dos fundaciones: Safe Democracy y Fundación Varsavsky. "Lo que sucede en Chile y Latinoamérica es que hay una escasa movilidad social, donde el que habla inglés o tiene acceso a la informática define quién puede salir adelante", asegura.

No se queda en palabras, su influencia en las redes sociales ha hecho que varias de sus propuestas tengan eco. La más reciente implicó que se reuniera con Cristóbal Montoro -político español que la semana pasada asumió el Ministerio de Hacienda de ese país-, para proponerle un plan de empleo para la península ibérica. La reunión surgió luego que twiteó que el ex presidente de España José Luis Rodríguez Zapatero era "un mediocre" en el manejo de los problemas de España. A la media hora recibió varios llamados de diferentes autoridades con el fin de escuchar sus ideas. "España no puede seguir manejando una tasa de desempleo de 20% con desempleados de la construcción. La tecnología no tiene cesantes, pero hay que preparar a la gente para eso", asegura, casi con un aire candidateable.

Rebelde, millonario y emprendedor

Todo por FON

Varsavsky dice que ha dividido su vida en etapas, pasando cuatro o cinco años en cada una de sus empresas. Hoy está abocado a FON, firma que creó en el año 2006 y que hoy está en pleno proceso de reinvención. La empresa partió con el objetivo de ser la red Wi-Fi más grande del mundo, a través de un sistema entre sus usuarios, que ceden el ancho de banda que no utilizan en beneficio de otros usuarios y generan así una red infinita de conexiones alrededor del mundo. El proyecto avanza  a paso firme, incluso luego de un ajuste que los tuvo al borde de desaparecer. "Al principio quisimos ser una red solidaria por sí sola, pero fracasamos y tuvimos que aliarnos con los operadores del sistema", recuerda el empresario.

FON es hoy la comunidad Wi-Fi más grande del mundo, con sobre 5 millones de hot spots y 6 millones de usuarios en Japón, Portugal y Bélgica, entre otros mercados. La meta es que el modelo sea exitoso también en Sudamérica y por eso acaban de anunciar su llegada a Brasil, de la mano del grupo de telecomunicaciones Oi. A nivel global, la firma ya ha sido apoyada por socios como Skype y Google.

Como todos los episodios de su carrera, FON  no está exenta de algún capítulo polémico. Uno de los más comentados, las ácidas críticas de Varsavsky a Steve Jobs, luego de reunirse con el fundador de Apple para explorar una asociación hace un par de  años.

"Lo primero que me dijo cuando me vio fue 'Ah, me encanta FON, pero nosotros vamos a hacer FON sin ti', y así empezó la reunión, provocadora y difícil. Cuanto más está alejado el individuo de Steve Jobs, más lo quería y si uno pregunta en el entorno cercano a él, todos dicen lo mismo: un genio, pero una persona de difícil trato", recuerda.

Hoy Varsavsky está abocado a FON, firma que creó hace diez años , con el objetivo de ser la red Wi-Fi más grande del mundo, a través de un sistema solidario entre sus usuarios, que ceden el ancho de banda que no utilizan en beneficio de otros usuarios y generan así una red infinita de conexiones alrededor del mundo.

Los orígenes del billón

Varsavsky siempre está apurado, y al teléfono comenta que le acaba de pedir a su asistente una lista de cuántas semanas vivió en España, Estados Unidos y el resto de los países donde se mueve: tiene casas, además, en Inglaterra, Francia y Uruguay. Debe contestar varias llamadas en paralelo mientras da esta entrevista. Dice que al día recibe una decena de propuestas para invertir.

Recuerda que siempre fue inquieto y que, viniendo de una familia de académicos, a sus padres les llamó la atención que fuera el primero en convertirse en un hombre de negocios.

Sus primeros pasos los dio en la Universidad de Nueva York, donde obtuvo el grado de licenciado en Economía y Filosofía, lo que complementó con una maestría de Relaciones Internacionales y con un MBA en Columbia. En esa universidad ideó su primer negocio, cuando tenía 24 años. Junto al ex comisionado inmobiliario de Nueva York, Leonard Kahn, formó una empresa que convirtió oficinas en departamentos donde pudieran vivir los estudiantes. "Tenía muchos amigos que ocupaban lofts en el centro de Nueva York de manera ilegal y le propuse al ayuntamiento de la ciudad que se permitiera vivir legalmente ahí. Junto a Leonard fundamos Urban Capital, que fue mi primera empresa, y muy exitosa".

Si bien partió en el mercado inmobiliario, siempre le gustó la tecnología. Y ahí anotó sus mayores logros. Uno de los más importantes fue la creación de la gigante de las telecomunicaciones Jazztel, segunda compañía en España tras el conglomerado Telefónica, que se colocó en el Nasdaq  y en su homólogo europeo, el Easdaq, y que Varsavsky vendió a un precio que no ha sido revelado. Lo mismo hizo con Viatel, otra firma dedicada al negocio de las telecomunicaciones, donde se asoció con el reconocido inversionista George Soros, y con el portal Ya.com, que también vendió con excelentes dividendos. "Viatel partió con 200 mil dólares y cuando la vendí valía más de  US$ 1.000 millones. Ya.com llegó a un precio de US$ 550 millones".

Pese a sus críticas a Jobs, Varsavsky admira algunos aspectos de su personalidad, entre ellos poner énfasis en las ideas y no en la acumulación de fortuna. "Ser emprendedor tecnológico genera un efecto secundario que es ser rico, pero no conozco muchos emprendedores que sueñen con cuánto dinero van a tener", dice. "Amamos más el producto, y queremos que se influya en el mundo a través de eso".

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