Por María José López Abril 7, 2011

Era una tradición del verano. Por regla, y durante todo enero, el empresario Andrónico Luksic Abaroa se refugiaba junto a su mujer e hijos en la casa que el clan tiene en Hornitos, una playa al norte de Antofagasta. Desde ahí viajaban juntos en Ferrocarriles Antofagasta -empresa del holding familiar- hasta Sierra Gorda. Por una semana Luksic acostumbraba a alojar en el salón presidencial del tren que los llevaba a esa zona -a veces acampaban en la mina-, con una misión clara: visitar los yacimientos que la familia posee en la II Región.

En una de esas oportunidades Luksic acompañó a los geólogos de la compañía durante la exploración a los depósitos ubicados en Sierra Gorda. Entonces tuvieron los primeros indicios de que ahí habría cobre. Pero las perforaciones no prosperaron. Hasta 1999.

Ese año un equipo de Antofagasta Minerals (AMSA) volvió a intentarlo. Esa vez, las noticias fueron positivas: descubrieron un yacimiento de grandes dimensiones  del que podrían extraer cobre y oro. El jueves pasado, y después de diez años, se inauguró Minera Esperanza, en honor a una antigua mina que había allí y a los sentimientos largamente acuñados. Los Luksic celebraron en grande. Para ellos, la matriz minera del grupo es especial: era el rubro más querido por su padre. Luksic Abaroa -quien falleció en 2005- solía llevar a sus hijos, cuando aún eran niños, arriba de su camioneta para recorrer los enclaves mineros. Por eso, para ellos ésta es la consolidación de un proyecto que partió en los 50, cuando su padre comenzó a comprar minas en esa zona, en una extensión de terreno que hoy es un distrito que supera los 40 kilómetros.

La inversión total del proyecto es millonaria: sus dueños -el grupo Antofagasta Minerals (70%) y la firma japonesa Marubeni (30%)- desembolsaron US$ 2.600 millones. Exactamente el costo de tres Costanera Center.

La entrada en operación de Minera Esperanza, sumada al incremento de capacidad en Los Pelambres, permitirá al grupo alcanzar una producción que superará las 700.000 toneladas de cobre fino a partir de 2011, lo que equivale a un incremento cercano al 40%, en comparación a 2010. Y eso no es todo: este año AMSA saltará de la posición 11ª a la 8ª en el ranking internacional de producción minera.

Ese hecho es, además, parte de una seguidilla de negocios que se concretaron durante el último año: la compra de Canal 13, un 18% en Sudamericana de Vapores y Shell. "Ha sido un año donde se acumularon proyectos y emprendimientos que se venían trabajando hace muchos años. Se ha dado la coincidencia donde convergieron relativamente cerca todas las asociaciones, pero son proyectos que se vienen trabajando de larga data", explica el presidente de Antofagasta Plc, Jean-Paul Luksic. Asegura que estas adquisiciones -que han impactado fuertemente al mercado, el que no descarta nuevas operaciones- tienen que ver con los intereses del grupo, y que implican un gran desafío por delante.

- El Tesoro fue el primer yacimiento inaugurado en la zona, pero es Esperanza el que ha acaparado la mayor atención. 
- Para nosotros, esto es importantísimo. Sierra Gorda es un distrito en donde hemos ido consolidando propiedad. Primero fue El Tesoro, ahí llevamos 10 años. Luego, en 1999  ocurrió el segundo gran hallazgo: Minera Esperanza. Entonces  tenemos dos plantas para procesar los dos tipos de cobre que hay ahí. Esto nos consolida como un productor con una base minera muy importante.

- El proyecto usa agua de mar en todas sus operaciones. ¿Qué beneficios tiene?
- Cuando vimos que teníamos un yacimiento muy grande, pero que estábamos ubicados en una de las zonas más áridas del planeta, nos dimos cuenta que el agua de mar era una respuesta para poder hacer minería y también pensar en futuros crecimientos. Si utilizábamos agua dulce, dejaríamos a la comunidad sin agua. Es la primera vez que se hace en el mundo. Nosotros lo habíamos experimentado en Michilla, pero en un porcentaje menor. Ahora es primera vez que se utiliza agua de mar para el 100% de todos los procesos. Solamente desalinizamos una pequeña parte del agua para lavar el concentrado en el muelle, también para abastecer a nuestro campamento y a nuestras personas. Si queremos hacer minería, ésta es la forma de hacerlo.

- En 2008, y justo cuando estaban en proceso de financiamiento, estalló la crisis subprime.
- Además del stress y la responsabilidad que implica invertir US$ 2.500 millones en un megaproyecto de esta magnitud, hubo factores externos que nos golpearon negativamente. Fuimos afectados por una crisis financiera en la mitad del proceso. Partimos con una industria minera completamente descollante, y con falta de ingenieros y ejecutivos, y gente preparada. Después, en la vorágine de esta conducción y tratando de manejar esa adversidad, vino la crisis financiera. En un principio, pensamos que no encontraríamos financiamiento y que todo terminaría ahí mismo. Sin embargo, logramos armarlo y salir adelante. Fue un período sumamente desafiante y adverso. Es el único proyecto de la industria del cobre que, a pesar de la crisis, optó por mantenerse, y a la misma velocidad de avance que estaba inicialmente.

Coletazos del 27/F

Pero la financiera no fue la única crisis que debieron enfrentar. El terremoto del 27 de febrero de 2010 también los afectó. El gerente general de Minera Esperanza, Christian Thiele, lo explica: "Toda la mano de obra de construcción de montaje electromecánico es del sur. Particularmente de Concepción y Talcahuano. Teníamos a más de 10 mil personas del Sur en terreno, y en menos de 48 horas mandamos 80 buses al Sur para que la gente se fuera a sus casas. Paramos la construcción. Fue un desafío grande. Hubo recambio de gente y que rearmar los equipos".

"Tiene que solucionarse el tema energético. Tiene que haber mucha mayor claridad, facilitarse la inversión en energía para que pueda haber proyectos de todo tipo de industria, y obviamente mineros".

Pero, asegura, salieron fortalecidos y la filial se puso en marcha con el cobre a un buen precio. Eso sí, Jean-Paul Luksic asegura que esto puede ser un arma de doble filo: enriquece a la industria, pero hay sectores que pueden buscar sustitutos más económicos al metal rojo, como el plástico.

En ese sentido, Marcelo Awad, presidente ejecutivo de AMSA, explica que como empresa están analizando nuevos mercados para explorar. Por ejemplo, considerando la capacidad antibacterial del cobre, apuestan a una fuerte arremetida en el sector de los hospitales. Asimismo, creen que la gran sorpresa se dará en la industria automotriz: "Representa el 22% de consumo mundial de cobre. Hoy día los autos tienen 35 kilos de cobre, y todo dice que en un corto plazo la cifra bordeará los 100 kilos".

- Usted Jean-Paul, durante su discurso en Cesco del año pasado, dijo que "Chile es un país con minería, pero no es un país minero. Necesitamos dar a conocer la importancia de nuestra actividad". ¿A qué apuntaba?
- Hay poca gente que conoce la minería. Es desproporcionado considerando el tamaño de la industria. Ojalá el gobierno sea un poquito más activo en esta materia y generara iniciativas que permitan que la gente sepa de minería. Nosotros con los otros participantes en del sector hemos tratado de dar a conocer la industria, pero tiene que ser un esfuerzo país. El gobierno debe preocuparse y ser más activo en materia minera.

- En este ámbito, ¿cómo evalúa a la actual administración, incluyendo al ministro Laurence Golborne?
- Vemos a un ministro que conoce muy bien los desafíos de la industria. Y es bueno que esté también frente a la otra cartera que es el cuello de botella de esta economía, que es la energía.

- Justamente 2010 fue un año marcado por el tema energético. ¿Están preocupados?
- Sin energía no va a haber inversión en este país, claramente sin energía no puede haber minería. Tiene que solucionarse el tema energético. Tiene que haber mucha mayor claridad, facilitarse la inversión en energía para que pueda haber proyectos de todo tipo de industria, y obviamente mineros.

- De no aprobarse proyectos importantes, ¿tienen algún plan para paliar esta escasez? Se comenta la posibilidad de impulsar energía termosolar, considerando la ubicación geográfica de sus yacimientos.
- Nosotros tenemos un Norte bastante claro: somos una compañía minera. Ahora, a través de la minería nos hemos acercado a dos tipos de producción de energía. La primera es a través del carbón. Tenemos un proyecto que es sumamente interesante, que es hacer gasificación in situ. Quemar el carbón debajo de la tierra para producir gas, y así generar energía. Y por otro lado, a través de nuestro know how minero- geológico- está el tema de la geotermia. Es un área en la que Chile debiera empezar a invertir más fuerte. Y nos parece que para nosotros hace sentido. Obvio que tenemos que buscar socios, pues no es nuestro foco principal, pero es claramente un insumo estratégico para la minería. Deben desarrollarse nuevas formas de generación. Si no es nuclear, tiene que ser hidroeléctrica. Porque las otras son energías caras. Las únicas más baratas son la "hidro", y probablemente la nuclear. Pero la "hidro" es sustancialmente más barata. Chile puede perder competitividad si no hace algo por tener energía más barata.

- ¿Está a favor de HidroAysén?
- Yo creo que tiene que haber muchas hidroeléctricas en el país.

- Con respecto a la energía nuclear, es un hecho que el terremoto de Japón generó un inmediato  aumento del rechazo...
- Hay una reacción al problema y, efectivamente, hay que esperar a entender mucho mejor qué pasó y cómo pasó. Sin embargo, para Chile sigue siendo tremendamente importante hacer los estudios. Y que esos estudios digan después si se puede hacer o no. Pero no se puede descartar así como así: tener la información es clave.

- Si finalmente su familia decide invertir en energía nuclear, ¿participaría usted en ese proyecto?
- Evidentemente si mi familia decide invertir, yo también participaré. En los negocios familiares todos participamos. En todo caso, si hay alguien que lo pueda hacer, ya sea mi familia u otro grupo económico, o el gobierno, fantástico. Pero en particular, en Antofagasta Minerals, por el momento, no tenemos ese plan. Quién sabe, si esto se agudiza, nos vamos a ver obligados a desarrollar cualquier tipo de energía con tal de seguir llevando a cabo los proyectos.

 

- Se va a cumplir un mes del desastre de Japón, un importante consumidor de cobre. ¿Se están viendo afectados?
- Por ahora no. Nosotros teníamos embarque en marzo, y todos están viajando, excepto uno que es de Mitsubichi Material, que tiene dos fundiciones, y una de ellas está dañada. Pero en lo fundamental no nos hemos visto en la necesidad de salir al mercado a revender tonelajes que estaban hoy día contratados por Japón. No estoy descartando que sí pueda ocurrir en un tiempo más.

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