Por Alberto Labra Welden Mayo 14, 2010

El escenario es una réplica de un verdadero aeropuerto. Entre el duty free y el fuselaje de un gran avión, unos 1.500 niños ingresan para comprar un boleto y recibir un mapa. Son las 10 de la mañana y una simulación de un viaje genera el ambiente previo a la llegada a la "ciudad de los niños".

Ingresan por un estrecho túnel hacia un gran hall central, rodeado de cuadros e imágenes de la empresa en varios países. Los esperan un par de monitoras vestidas de azafatas. Tras una corta bienvenida reciben un cheque del HSBC por 50 KidZos, la moneda del lugar.

Todos tienen entre 3 y 14 años. Se despiden de sus padres, quienes los vigilarán detrás de un ventanal o a través de las pantallas que transmiten las imágenes de las 120 cámaras de seguridad instaladas en el recinto.

Los niños siguen su camino a través de ese angosto pero iluminado pasillo. Al fondo cerca de 60 edificios, similares a  los que pudieran encontrarse en cualquier ciudad. Pasan autos y taxis. Bajo un techo pintado de azul, con nubes y pájaros, tiendas con grandes letreros luminosos, pasos de cebra y postes de luz, el escenario es una réplica de una verdadera ciudad. Cines, fábricas de chocolates, colegios, automóviles eléctricos, clínicas, escuelas de arte. De todo.

Comienza el día y es hora de izar la bandera de esta "nación". Mientras un trozo de género con una gran "K" sube por el asta, los niños entonan el himno, guiados por los monitores.

Los 50 KidZos que cobraron en el banco se acaban pronto. Y aquí no hay préstamos bancarios. Sí existe, en cambio, la opción de buscar trabajo. Laboratorios de fotografía, canales de TV, estaciones de radio, fábricas de cuadernos, peluquerías y pizzerías. Más de 60 profesiones pueden ser el medio para que cada uno de esos 1.500 niños consiga más dinero.

De México a Santiago

Niños bomberos

La idea de un mundo en el que los niños juegan a ser mayores nació de Xavier López Ancona, un empresario mexicano que, en septiembre de 1999, construyó un parque de 8 mil metros cuadrados al que llamó la "Ciudad de los Niños". Emplazado en Ciudad de México, el complejo superó en un 90% las visitas proyectadas para su primer año de operación. Sin embargo, su socio principal, Javier Laresgoiti, decidió partir a Estados Unidos, donde creó Wannado City.

Así, el mexicano tuvo que planear por sí solo el proceso de expansión, que no ha parado desde entonces. Al parque de la capital mexicana, se sumó otro en Monterrey, inaugurado el 2006, y que cuenta con 7 mil metros cuadrados. Ése fue el pistoletazo de su salida al mundo, pero con un nombre más universal: KidZania, una suma del latín Ania (tierra), Kid (niño) y Zania (entretenido).

Bajo ese concepto, el 2006 se construyeron, vía franquicia, 7 mil metros cuadrados en Tokio. En los años siguientes, con inversiones que van desde los US$ 15 millones hasta los US$ 30 millones, KidZania se posicionó con éxito en Yakarta (Indonesia), Koshien (Japón), Lisboa (Portugal) y Seúl (Corea del Sur).

Pero el mayor "golpe" fue la instalación del parque más grande de todos en la Torre Burj Khalifa, de Dubái, la más alta del mundo: 8 mil metros cuadrados construidos, US$ 50 millones invertidos, 420 empleos y un plantel de trabajadores de 50 nacionalidades distintas, en camino vienen ciudades en España, India, Turquía, Malasia, Brasil y Chile. En el país, la locación escogida fue el Parque Araucano, en Santiago. Se trata de una construcción subterránea, que contará con 6.500 metros cuadrados y que requirió una inversión de US$ 20 millones.

La ciudad de los niños

El arribo a Chile se produjo de la mano de Raúl Matte -ex gerente de producción de la empresa frutícola Chiquita- y Pedro Tagle, socio de Loginsa. De esa forma, formaron Edu Entretención, cuyo 60% está en manos de Christoph Schiess  -socio de Transoceánica-, Roberto Izquierdo Menéndez -ex presidente de Sornapesca y socio de Alimar- y la familia Said Handal, como socios inversionistas. El 40% restante pertenece a Michael Schittek, Pedro Tagle y Raúl Matte.

La apertura está prevista para el segundo trimestre del próximo año y se espera atraer alrededor de 450 mil visitas anuales, algo que está bajo el promedio del flujo de las otras franquicias de ciudades más pobladas. Al parque de Ciudad de México asisten 800 mil personas al año, mientras que Tokio -con 950 mil personas- y Seúl -con 800 mil- lideran la lista. Las afluencias más bajas están en Lisboa (270 mil) y Dubái (200 mil).

Mina de cobre en miniatura

Una de las principales atracciones, y que constituirá una gran diferenciación con los otros parques del mundo, será la mina de cobre en la que los niños podrán trabajar.

Ésa es, justamente, una de las estrategias del modelo KidZania: calzar con el mercado nacional, sus actividades y facilitar la instalación de empresas con mayor conocimiento local. En todo caso, Pedro Tagle explica que "todavía estamos en proceso de cierre, para ver qué firmas finalmente entrarán. Pero, son las marcas líderes en cada área, que ya están presentes en otros KidZania".

Estas verdaderas ciudades a escala parecen no tener cabida para empresas emergentes. Buscar una pequeña marca de bebidas alternativas, por ejemplo, es perder el tiempo. Tampoco encontrarán competidores directos. No habrá una fábrica de Coca-Cola y una de Pepsi. Sólo una de ellas. No habrá un McDonald's y un Burger King. Sólo uno. Si van a KidZania en México, se encontrarán solamente con Telmex en el área comunicacional. Para comprar, estará solamente Walmart. Lo mismo sucederá si quieren arrendar un auto. Para eso está General Motors.

Niños televisión

La exclusividad por rubro es una de las claves de este negocio. Para determinar qué marca se instalará en la "ciudad", los ejecutivos sostienen reuniones con las tres empresas líderes de cada área. El primero en firmar logra su puesto entre los auspiciadores, quienes entregan entre el 25% y el 50% de las ganancias de KidZania. El resto proviene de la venta de boletos, que en Chile costarán entre $6 mil y $9 mil.

Con el fin de cubrir los más de 70 rubros presentes, el parque de Ciudad de México cuenta con unos 60 socios comerciales, como Coca-Cola, Sony, HSBC, Procter & Gamble, McDonald's y HP. El lugar resulta ser una gran vitrina para estas marcas, que son vistas por 800 mil personas al año.

El negocio, no obstante, ha sido blanco de numerosas críticas y se ha visto entrampado en varias polémicas. Muchos cuestionan el concepto de educación que habría detrás del proyecto, recalcando el carácter consumista que conlleva.

A pesar de eso, las alianzas generadas han contribuido enormemente en el desarrollo de esta compañía, que ha recibido numerosos premios internacionales como el Best New Business 1999, entregado por la revista de negocios Expansión de España. Dos años después, fueron galardonados por la Themed Entertainment Association con el premio Best New Theme Park. Y el año pasado, todo eso se vio coronado al ser los ganadores de los Mapic Awards, como el Best Concept of the Year.

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