Por Abraham Senerman Lamas* Noviembre 28, 2009

Estamos a días de entregar el edificio Titanium La Portada, uno de los proyectos inmobiliarios más importantes que se han desarrollado en Chile en las últimas décadas. El edificio -que será inaugurado el año en que se celebra el Bicentenario- fue construido en medio de una de las crisis más fuertes que han impactado al mundo y, en general, a todos los inmobiliarios.

Durante los últimos 40 años he enfrentado diversas crisis económicas. Sin embargo, creo que ésta es una de las más profundas. Esto debido, principalmente, a que tuvo un componente que no han tenido otras situaciones de este tipo. La diferencia radica en que su génesis estuvo en un colapso del sector inmobiliario en Estados Unidos y Europa, que gatilló efectos, en mayor o menor medida, en todo el planeta.

Tal coyuntura sembró inquietud en la banca internacional, especialmente en aquella que estaba fuertemente comprometida con este sector, lo que se tradujo en que el mundo financiero asumió una posición mucho más restrictiva frente a sus clientes. Eso generó incertidumbre, lo que definitivamente no ayudó a calmar las aguas.

A este complejo escenario se sumó el alza de algunas materias primas, especialmente del acero. En nuestro caso se trata de uno de los principales materiales usados en la construcción de Titanium La Portada: abarca más del 50% de su obra gruesa. El precio del metal aumentó fuertemente durante el año pasado, principalmente por las alzas en el precio del hierro. Ello se tradujo en que el costo del metro cuadrado construido se incrementó considerablemente. Pese a ello, esto no fue un obstáculo para continuar.

Siguiendo con esta línea, no puedo dejar de destacar el buen pie en que la crisis nos encontró a nosotros y al resto de la industria inmobiliaria. Gracias a eso es que estamos próximos a inaugurar nuestro edificio.

Pero no todo fue fácil. Efectivamente, dudamos en seguir con el ritmo presupuestado desde el inicio de la construcción, para mantener los plazos planificados. Sin embargo, esa opción se desechó, pues sabíamos que el impacto de retrasar la obra sería aun más fuerte que asumir el nuevo escenario.

Efectivamente, dudamos en seguir con el ritmo presupuestado desde el inicio de la construcción, para mantener los plazos planificados. Sin embargo, esa opción se desechó, pues sabíamos que el impacto de retrasar la obra sería aun más fuerte que asumir el nuevo escenario.

Una de las mayores repercusiones de esta crisis económica se dio en el sector empleo. La debacle golpeó a las empresas en bienes raíces y de capital, pero sin duda lo más dramático en estas situaciones es la implicancia directa en el desempleo que tiene la paralización de un proyecto. Sobre todo si consideramos que la construcción es el sector que ocupa la mayor cantidad de mano de obra a nivel local. Si disminuye su ritmo, los puestos de trabajo se resienten. Por eso, y otros factores, tomamos la decisión de hacer frente a ese gran desafío que se nos venía y mantuvimos el ritmo de construcción, alcanzando a principios de 2009 cifras récord en la generación de puestos de trabajo, uno de los índices más representativos.

Desde fines de diciembre de 2008 y hasta abril pasado, mantuvimos un promedio de mil 300 personas trabajando en la obra, en faenas de construcción de obra gruesa y en el inicio de las instalaciones y terminaciones del edificio, lo que nos facilitó el trabajo en esta última etapa. Dicha cifra ha ido disminuyendo a medida que finalizan las faenas: hoy tenemos aproximadamente 700 trabajadores. De hecho, estamos próximos a empezar a recibir a los primeros habitantes del edificio.

Sabíamos que la crisis en algún momento tenía que arribar a su fin. Nuestro objetivo era llegar con el edificio terminado para esa fecha. Y creo que no nos equivocamos. Hoy, mirando de lejos los momentos más complicados que hemos vivido en los últimos meses, pienso que tomamos la decisión correcta y que podemos decir que hicimos bien la pega.

Nuestra decisión se vio recompensada con la elección del proyecto Titanium La Portada por parte del fondo de inversiones de origen alemán DEKA, para iniciar sus operaciones en Chile. Este acuerdo con uno de los más prestigiosos fondos a nivel mundial, reflejó la calidad del proyecto, cuya ubicación y conectividad, aspectos fundamentales en el negocio inmobiliario, no tienen competencia. Ése fue uno de los grandes incentivos que nos llevaron a seguir adelante y no rendirnos antes las adversidades que se vivían producto de la crisis.

En esta situación, no puedo dejar de destacar la labor fundamental de nuestros socios, que creyeron en el proyecto, de nuestro equipo de profesionales y trabajadores, nuestros asesores y de todos quienes confiaron en el compromiso de Inmobiliaria Titanium, de desarrollar proyectos emblemáticos, que renovaran la imagen de Chile, para mostrarlo como el país moderno y capaz que somos.

* Presidente de Inmobiliaria Titanium

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