Por Antonieta De la Fuente Octubre 24, 2009

Fue justo antes de Navidad. El 12 de diciembre pasado, los ejecutivos del área de inversiones de Celfin detectaron algo raro. En la valorización diaria de los activos en los cuales invierten, existía uno que de la noche a la mañana había caído a cero. Inquietos, ataron cabos. Los diarios de ese día sólo hablaban de una cosa: en EE.UU. estallaba la estafa financiera más grande de los últimos tiempos. Bernard Madoff era el protagonista y los montos involucrados llegaban a los US$ 50 mil millones.

No pasó mucho tiempo hasta que en Celfin se convencieron de que eran víctimas indirectas de Madoff. El fondo afectado correspondía al Primeo Select US Fund, administrado por Pioneer Alternative Investments, brazo de inversiones del banco italiano UniCredito. Desde 2007 que Celfin invertía en ese activo: desembolsó, entre octubre de 2007 y junio de 2008, US$ 11,2 millones.

Celfin asegura que nunca buscó a Madoff. Ellos, dicen, no habrían podido detectar que el instrumento en el cual invertían desde hace dos años era una estafa muy bien urdida. Aunque, dice Juan Andrés Camus, presidente de la entidad, "cualquiera podría haber caído".

Ahora Celfin quiere recuperar el dinero que desembolsaron para pagar a sus inversionistas: US$ 11,2 millones. El pasado 13 de julio Celfin Capital y Celfin Internacional presentaron una querella criminal contra quienes resulten responsables del delito de estafa. Hasta ahora el grupo Pioneer, el brazo de inversiones del banco italiano UniCredito, es sindicado como el principal culpable.

"Creemos que fuimos estafados y tenemos el derecho a resarcirnos de parte de quienes nos engañaron y nos incitaron a caer en este fraude", explica Camus.

La querella puede abrir una polémica aun mayor. Pioneer es una de las principales administradoras de fondos de las AFP chilenas. Éstas tienen cerca de US$ 800 millones depositados en los fondos que maneja la compañía. Y aunque no se vieron golpeadas por la estafa -por ley no pueden invertir en instrumentos derivados complejos-  su proveedora está salpicada por la figura de Madoff y acumula varias causas en su contra. 

Negociaciones con Pioneer

Celfin tardó siete meses en interponer la querella. La razón de la tardanza fue que entre enero y febrero negociaron con Pioneer para que respondiera por los daños causados. Según Camus, con ese hecho, "hubo un reconocimiento implícito de que existía un problema".

José Castellano, agente de ventas para Latinoamérica de Pioneer, visitó Chile para alcanzar un acuerdo. El trato era que resarcirían los fondos afectados. Las negociaciones las llevaba Castellano junto con Alejandro Reyes -socio y responsable del área de Banca Privada de Celfin-. Pero cuando estaba todo listo para recibir el pago, desde Italia llegó una instrucción que dejó sin piso las negociaciones y que desautorizó las gestiones que había llevado el ejecutivo del fondo.

"Nos hicieron una oferta como solución al problema. Pero de un día para otro esa solución ya no estaba. Hubo un cambio de discurso de la noche a la mañana. Eso fue a fines de febrero", recuerda Camus.

Entonces Celfin recabó antecedentes para querellarse. Contrataron los servicios del estudio Barros y Errázuriz. La causa fue derivada al terreno penal y la tomó Cortés, González & Leva Abogados, a cargo de Carlos Cortés.

La querella criminal está siendo investigada actualmente por la Fiscalía de Las Condes, a cargo del fiscal Felipe Díaz.  Cortés explica que se decidió interponer la querella en Chile, debido a que "toda la acción fraudulenta se desplegó en el país". El abogado dice que la causa podría fallarse en seis u ocho meses. Por ahora, la fiscalía está tomando declaraciones a los ejecutivos de inversiones de Celfin y realiza las diligencias para llamar a declarar a Alessandro Profumo, quien se desempeña como presidente de UniCrédito.

Consultado por Qué Pasa sobre esta causa, desde Italia, Pioneer responde que no comentan rumores infundados y que no han sido notificados de ningún recurso en su contra en Chile. En todo caso, el vocero de la compañía, David Hanratty dice: "Quiero dejar claro que Pioneer no es responsable por las pérdidas sufridas por los inversores debido a los fraudes Madoff. De hecho, es también una víctima de este fraude y estamos trabajando con los abogados externos para hacer frente a esta difícil situación de la forma más adecuada para nuestros clientes".

Juan Andrés Camus dice que ellos simplemente dejaron de contestar sus llamadas.

Celfin va por su dinero

Cómo cayeron en la red

¿Cómo fue que uno de los principales bancos de inversiones del país cayó en las redes de Madoff? Todo partió el 28 de octubre de 2004. Ese día, Pioneer y Celfin suscribieron un acuerdo de distribución, mediante el cual el banco de inversión invertiría en algunos instrumentos de esa compañía. Todo iba bien hasta que el 27 de agosto de 2007, Florencia Bunge, una ejecutiva de Pioneer Alternative Investment, llegó hasta las oficinas de Celfin para ofrecer un nuevo e innovador producto. Se trataba del Fondo Primeo. Bunge se lo presentó a los ejecutivos del banco Alejandro Reyes, Augusto Noseda y Amelia Salinas.

La ejecutiva aseveró que el fondo tenía un rendimiento de 11,19% promedio anual. No era una cifra sideral. Pero lo que más llamó la atención de los profesionales de Celfin era la poca volatilidad que presentaba: entre julio de 1998 y julio de 2007 sólo había tenido 14 meses a la baja.

La estrategia de inversión que se presentó en ese momento era que Primeo Fund invertía en acciones del S&P 100. Para realizar la inversión, Bunge les ofreció una nota estructurada emitida por el banco BBVA, la que, en simple, replicaba el desempeño financiero que mostrara Primeo. "Nunca se habló de Madoff", asegura Camus.

Para estar seguros de su apuesta, Noseda solicitó más antecedentes. Bunge se comprometió a realizar una conferencia telefónica con Úrsula Radel-Leszynski, mánager del fondo. Pero esa llamada nunca se concretó. Lo que sí hicieron llegar fue más información sobre Primeo, hasta que finalmente Celfin picó el anzuelo.

La invitación a Mumbai

Al momento de ofrecer el producto, Pioneer entregó además información sobre el due diligence de Primeo. Para dejar aún más clara la manera como realizaban estas auditorías, Pioneer invitó a los ejecutivos de Celfin a un seminario en Mumbai. Luego de ese encuentro, Bunge volvió a visitar las oficinas de Celfin para ofrecer nuevas inversiones en el fondo.

Con todos esos antecedentes, Celfin siguió invirtiendo hasta desembolsar US$ 11,2 millones en notas estructuradas que estaban indexadas al comportamiento de Primeo.

El 12 de diciembre de 2008, Celfin supo que todo ese dinero se esfumó. Los activos de Primeo eran iguales a cero, lo que según la estrategia de inversión del fondo era imposible: si bien las acciones del S&P 100 habían sido golpeadas por la crisis, los papeles no habían perdido completamente su valor.

Ese mismo día contactaron a los ejecutivos de Pioneer. La respuesta fue que en realidad todos los dineros de Primeo estaban invertidos en el Herald US Fund. Pero al investigar más descubrieron que eso no era todo. El fondo Herald era controlado íntegramente por el Banco UniCredito, lo que sólo supieron al leer, por la prensa, una entrevista al vocero de Pioneer, Andreas Nurscher. En ella Nurscher reconoció que Herald y Primeo estaban afectados por Madoff y que los activos de Pioneer contaminados por la estafa llegaban a 805 millones de euros.

"Así las cosas -dice la querella-, pudimos comprender cómo a partir de nuestro conocimiento y considerando como verdadera la información que nos remitían en memos, reuniones, road shows y foros en el exterior, dada la confianza con que funcionan estos mercados, se simuló una realidad absolutamente distinta a aquella que efectivamente existía".

Celfin no es el único. También LarrainVial fue víctima de Primeo. Aunque la compañía no ha hecho públicos los montos involucrados, sí han analizado la posibilidad de interponer una acción judicial. Para eso contrataron  a Claro y Compañía. Además, tanto el gerente general de la corredora, Manuel Bulnes, como los socios del banco, Leonidas Vial y Fernando Larraín, conversaron con los ejecutivos de Celfin y tuvieron acceso a la querella presentada por el banco.

Relacionados