Por Carlos Lavín Subercaseaux* Septiembre 26, 2009

El colegio donde pasé la etapa escolar pertenecía a la congregación misionera del Verbo Divino, de tal manera que tuve una educación ligada al catolicismo. La congregación ponía mucho énfasis en la acción social e inculcaba a los alumnos la necesidad de ayudar a quienes no habían tenido la misma suerte nuestra en la vida. Fue así como tuve mis primeros acercamientos con la relación entre religión y economía.

Leí el Nuevo Testamento. Son variados los pasajes en que la ciencia económica se topa con las enseñanzas supuestamente divinas. Probablemente la más categórica afirmación de Jesús al respecto es aquella que dice "más fácil entrará un camello por el ojo de una aguja, que un rico en el reino de los cielos". En mi infancia y juventud pensé que se trataba de una aguja de coser. Fue tal mi impacto que llegué a la  conclusión de que todos mis compañeros y sus familias estaban condenados sin vuelta, ya que eran ricos en relación a los habitantes de las poblaciones que visitábamos. Muchos años después de salido del colegio me enteré de que la alusión se refería a un acceso a Jerusalén, por cierto uno muy pequeño, donde los camellos debían agacharse para pasar.

La citada afirmación de Jesús hace pensar que probablemente su visión económica sería más cercana al estatismo. Sin embargo, otras citas de Cristo lo sitúan en una posición más bien libremercadista. Tal es el caso de La parábola de los talentos, donde Jesús acepta el hecho de que unos nacerán con más y otros con menos, y que lo importante es rentabilizar el regalo.

Todo se vuelve más complicado cuando Jesús replica "Dejad a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César". El Mesías trata de separar los temas del poder del Estado -y sus políticas- con la posición de Dios.

A pesar de que no está del todo claro cuál habría sido la posición de Jesús ante temas económicos y cómo afectarían sus enseñanzas al crecimiento del PIB, la iglesia ha optado por promocionar un sistema más cercano a la redistribución, y de alguna manera el éxito económico no ha sido del favoritismo del clero.

Si bien muchos católicos alaban las políticas de los países desarrollados, la voz del Vaticano no está en pleno de acuerdo con éstas. En su encíclica Caritas in Veritate, el papa Benedicto XVI dice explícitamente: "En los países ricos, nuevas categorías sociales se empobrecen y nacen nuevas pobrezas. En las zonas más pobres, algunos grupos gozan de un tipo de subdesarrollo derrochador y consumista, que contrasta de modo inaceptable con situaciones persistentes de miseria deshumanizadora. Se sigue produciendo el escándalo de las disparidades hirientes".

Las cosas se complican aún más al analizar las posturas de otras creencias, tan válidas como el catolicismo. Siddhartha Gautama era un rico heredero de un príncipe cuando -según la leyenda - salió en coche por primera vez del lujoso entorno de su palacio. Allí se enfrentó a todo el sufrimiento del mundo. Así, su vida privilegiada le pareció carente de sentido, le comunicó a su señora que la abandonaba, que dejaría su poder y la aristocracia. Tras largos años de la práctica de la meditación logró la anhelada iluminación. El Buda murió producto de una intoxicación alimentaria a la edad de 80 años, donde de acuerdo a la tradición alcanza el parinirvana, sin nuevo renacer. En una síntesis muy simple, esta corriente religiosa ve el desprendimiento total de lo material como una forma de lograr la salvación, al punto de homologarla a la muerte total. Algunos de los mandatos de los monjes budistas son: comer una vez al día, huir de las diversiones, no usar adornos ni perfumes, no tener camas ni sillas lujosas ni dinero para uno mismo. La economía moderna persigue, por el contrario, el aumento del bienestar, nada más lejano a las ideas de Gautama.

A pesar de todas las declaraciones de principios de las diferentes religiones, el poder, el dinero y la economía siempre están de manera omnipresente en ellas. La Iglesia Católica vendió indulgencias plenarias y estuvo involucrada en el escándalo del Banco Ambrosiano. Los monasterios budistas poseen bienes y muchos se hicieron ricos, mediante fundaciones y donaciones, lo que fue motivo de quejas entre el pueblo, y de luchas, incluso de guerras, entre monasterios rivales, tal como explica el teólogo Hans Küng en su libro En busca de nuestras huellas.

De la misma manera, la mayoría de las enseñanzas de comportamiento que lidian con los principios económicos deben tener efecto en los enfoques mercantiles de los países y, a la larga, en sus tasas de crecimiento. Dicho análisis fue hecho por el economista Robert Barro y la socióloga Rachel McCleary, ambos de la Universidad de Harvard. Los profesionales llegaron a algunas conclusiones interesantes. Los niveles de religiosidad, de acuerdo al estudio, se relacionan positivamente con respecto a la educación, pero negativamente en relación a los niveles de urbanización. Las expectativas de vida se relacionan negativamente con la asistencia al templo, pero positivamente respecto a las creencias religiosas. Por otra parte, el estudio concluye que las creencias religiosas afectan positivamente al crecimiento económico, dado el impulso de valores como la ética en el trabajo, la honestidad, etc. Sin embargo, la asistencia al templo implica un uso alternativo de los recursos humanos, lo que afectaría negativamente al crecimiento. Probablemente sin la asistencia al templo, las creencias religiosas disminuirían, por lo tanto habría que estudiar el efecto neto.

Raya para la suma, las doctrinas religiosas están más ligadas con la economía de lo que parece. A la larga, tanto en el mundo de los negocios como del poder, la administración de conflictos de interés es clave para el éxito de las políticas a seguir. Cuando estos conflictos no son administrados de manera adecuada, los colapsos pueden ser de proporciones, tal como acaba de ocurrir en la crisis financiera subprime, donde los errores estaban más cerca de la ética que de las finanzas. Sin duda ahí las distintas corrientes religiosas tienen mucho que decir.

* Director de empresas y conductor de Información Privilegiada de Radio Duna

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