Por María José López Septiembre 5, 2009

Corría octubre del 2008. Ignacio y Jaime Hernández socios de la oficina de arquitectos chilena Archiplan- recibieron una petición. De parte de un jeque. Quería que trabajaran con él.

"Su Alteza desea que diseñen el master plan de Port Khaliji y Port Shamaal, dos balnearios de superlujo que se emplazarán en la isla Saadiyat", les solicitaba TDIC (Tourism, Development & Investment Company), la inmobiliaria estatal de Abu Dhabi. El jeque es Khalifa bin Zayed Al Nahayan, gobernante de dicha isla y además presidente de los Emiratos Árabes. El mismo que está replicando el Louvre. Y que construye el Guggenheim más grande del planeta.

Los Hernández -arquitectos de Las Tacas, Balthus, Cantagua y Marbella España- no tardaron en responder. En noviembre del 2008 tuvieron la primera reunión en el Golfo Pérsico. En TDIC les explicaron que el jeque había craneado un plan para salvar Abu Dhabi. "El petróleo, su principal fuente de riqueza, tiene los días contados", les dijeron a los chilenos. Para paliar los efectos del fin del oro negro, la realeza se puso entre ceja y ceja convertir a Abu Dhabi, y especialmente a Saadiyat -o Isla de la Felicidad-, en el mejor destino cultural y turístico del mundo.

El encargo fue crear dos de las seis marines -o puertos balnearios- de Harbour Island, un megacomplejo de segunda vivienda. Según Ignacio Hernández, está inspirado en ciudades y balnearios portuarios europeos del estilo de Mónaco y Puerto Banús: "Incluye un centro cívico, 10 hoteles, villas, apartamentos, 6 marinas, área de entretenimiento, comercio y una mezquita. Nosotros nos encargamos de dos marines: cada una mide 918 hectáreas".

Harbour Island será un megacomplejo de segunda vivienda inspirado en ciudades y balnearios portuarios europeos al estilo de Mónaco. Incluye 10 hoteles, villas, apartamentos, 6 marinas, área de entretenimiento, comercio y una mezquita. "Nosotros nos encargamos de dos marines: cada una mide 918 hectáreas", dicen en Archiplan.

El master plan ya está listo. Recién el mes pasado el jeque dio el visto bueno al proyecto de los chilenos. Ahora, comenzarán a construirlo.

Aún es difícil saber cuánto valdrá cada uno de estos departamentos ultralujosos. En Archiplan esgrimen que el metro cuadrado oscilará entre US$ 5 mil y US$ 7.500. El promedio de los departamentos es de 150 metros. Ergo, no es descabellado pensar en un millón de dólares.

La isla de la fantasía

La historia de cómo el jeque llegó a integrar la cartera de clientes de este grupo chileno se remonta a julio de 2008. En esa época, el arquitecto sudafricano Raymond Duxbury contactó a Ignacio Hernández para ofrecerle trabajar junto a él en el casino Monticello de San Francisco de Mostazal: "Como él no podía monitorear la obra desde el extranjero, nosotros nos encargamos de eso".

Arquiplan

En ese momento Archiplan estudiaba nuevos destinos para exportar su expertise en segunda vivienda. Ya habían clavado banderas en Miami y en la hispana Marbella, pero la crisis comenzaba a golpear y tanto EE.UU. como España dejaban de ser un paraíso inmobiliario. Hernández le contó a Duxbury su inquietud. Éste de inmediato le propuso viajar al Golfo Pérsico. Tenía buenos contactos ahí, una zona de oro para los arquitectos.

 "Abu Dhabi espera convertir a Saadiyat en un destino turístico internacional. Habrá cuatro museos, un campus de la Universidad de Nueva York, canchas de golf, hoteles y residencias", indica Hernández. De hecho, el jeque desembolsó más de US$ 1.800 millones para que la ciudad tenga su propio Museo del Louvre, obra que el famoso arquitecto Jean Nouvel inaugurará en 2012. También ahí construye el Guggenheim más grande del mundo: medirá 28 mil metros cuadrados. Y un Centro de Artes Escénicas similar al Broadway de Nueva York.

Archiplan no dejó pasar más tiempo. Compraron los pasajes y partieron a la caza. "En los Emiratos Árabes nos presentamos prácticamente con todas las inmobiliarias; cuatro de Dubái y TDIC en Abu Dhabi. Las inmobiliarias emiratíes no compiten entre sí porque son estatales y la realeza le asigna territorios a cada una", explica Hernández.

Con TDIC se entendieron de inmediato. "Que tengamos una oficina en España nos ayudó un montón. Nos vieron más cercanos y con experiencia en turismo hispano, el cual tiene una importante carga hereditaria árabe", dice Hernández.

En TDIC les ofrecieron presentar propuestas para una serie de potenciales proyectos. Luego enviaron los diseños de Archiplan a la monarquía. A los pocos meses, Raymond Duxbury llamó a los hermanos Hernández y les dio la buena nueva: "TDIC nos encargó diseñar el master plan de Port Khaliji y Port Shamaal. Al jeque le gustó nuestro trabajo".

De Las Tacas al Golfo Pérsico

a primera reunión con los emires fue en noviembre de 2008. TDIC les contó cómo era el terreno y les detalló el plan del jeque. "Quiere levantar en Saadiyat unos balnearios urbanos o puertos deportivos que serán parte de un circuito costero muy grande. Nuestro mercado apunta a navegantes de yates y veleros autónomos, pasajeros de cruceros, barcos organizados y veraneantes con alto poder adquisitivo", dicen en Archiplan.

Los arquitectos tomaron nota. Y comenzaron a trabajar. Según Hernández, en la capital de los Emiratos Árabes hay libertad total para diseñar y gastar. Los petrodólares lo permiten: Abu Dhabi posee el 9% de todas las reservas de petróleo del mundo -98.2 miles de millones de barriles- y casi el 5% del consumo mundial de gas natural -5,8 billones de metros cúbicos-.

La meta del jeque es convertir a su país en un polo vanguardista. Sin escatimar en gastos. Que Abu Dhabi sea para los Emiratos Árabes, lo que es París para Europa. Pero con mentalidad musulmana: "Hacer lo mejor para la gloria de Alá y para dejarlo a la descendencia", explica Hernández.

Haciendo negocios en el emirato

Al principio la inmobiliaria les aseguró que el levantamiento de tierras comenzaría en enero de 2010. Hoy el panorama es algo incierto por culpa de la crisis. En febrero el ritmo del proyecto se estancó.

"Quisimos ser lo más prudentes posible y revisamos detenidamente los modelos de las obras, las cantidades y las inversiones", dice Hernández.

De todas formas, el plan sigue en pie. Cada dos meses un ejecutivo de Archiplan se reunió con los representantes de TDIC para organizar talleres y revisar el avance, corregir detalles y dar nuevos inputs. Esos encuentros fueron en Abu Dhabi, Londres, EE.UU. o Sudáfrica. Dependía de dónde se encontraran los encargados de la inmobiliaria del emir.

 "Nos adecuamos a su disponibilidad de tiempo y jamás nos reunimos directamente con el cliente, con el jeque. Eso es diferente a la relación que tiene una oficina con su cliente en Occidente. Existe un tema cultural que es muy potente en los Emiratos Árabes: debido al sistema político, el jeque es dueño de la mayoría de los proyectos. Pero no lo vemos: sólo nos relacionamos con una capa técnica directiva, que a su vez se relaciona con los ejecutivos generales, quienes sí son los que finalmente hablan con la realeza. Por eso todo es más lento", dice Hernández.

"Nuestro mercado apunta a navegantes de yates y veleros autónomos, pasajeros de cruceros, barcos organizados y veraneantes con alto poder adquisitivo", dicen en Archiplan.

La relación es bastante fluida. Incluso, dice, le han llegado recados y felicitaciones de parte de las autoridades de Abu Dhabi. No hay posibilidad de seguir trabajando si no es con el beneplácito de ellos.

En total, Archiplan estuvo ocho meses abocado en el diseño del master plan Port Khaliji y Port Shamaal. La monarquía ya aprobó el proyecto. "Además la realeza de Arabia Saudita veranea en Marbella, donde tenemos muchas obras. Eso les debe haber dado un buen indicio", aventura, sonriendo, Hernández.

¿Oficina en Abu Dhabi?

Hernández dice que las autoridades aún no definen cuándo ni qué oficina de arquitectos monitoreará la obra: "En Emiratos Árabes todas las etapas de un proyecto se reparten entre diferentes profesionales. Nosotros tenemos expertise en master plans y es con lo que mejor podemos competir". En todo caso, no descartan que ellos sean los elegidos para levantar el complejo. Dependerá del jeque. Es él y la monarquía emiratí quienes deciden a quién adjudicarle la construcción de Port Khaliji y Port Shamaal.

Según Hernández "lo lógico" es que escojan a una oficina con rodaje y experiencia en Abu Dhabi, que esté presente ahí desde hace un par de años: "Para estar a cargo de la obra, necesitas a un arquitecto con bototos y casco que vaya todos los días y que se peine en ese medio. Hay que manejar temas de idioma, idiosincrasia, cultura. No basta con tu oficio: es muy importante tener el tejemaneje en la zona".

-¿Pero si son los elegidos qué harían?

-Si me piden que me haga cargo de la supervisión de obras, tendré que tomar una decisión: o me asocio con alguien o me instalo con una oficina allá.

En Abu Dhabi nada es imposible.

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