Por Daniel Flores Bueno, desde Lima Agosto 4, 2009

© Marco Simola

Hace veinte años, Perú era el patito feo de América Latina. Hoy, las cosas han cambiado. Lo dijo el FMI: Perú es uno de los cinco países en el mundo que esperan crecer en medio de una crisis financiera global, junto a Egipto, India, China y Qatar. El ministro peruano de Economía y Finanzas, Luis Carranza, sostiene lo mismo: que para el 2009, Perú tendrá un crecimiento estimado de 3% y que se "podrá capturar un mayor potencial de inversiones extranjeras" gracias a una cartera de 25 acciones de la Bolsa de Valores de Lima (BVL) que ahora se listan en la Bolsa de Nueva York.

Si a ello se suman comentadas compras internacionales como que la que esta semana protagonizó el grupo peruano Brescia -que adquirió la mayor cementera que opera en Chile-, no se puede negar que aquí soplan vientos auspiciosos.

No es casualidad, entonces, que la European Foundation for Management Development (EFMD) -red que agrupa a las principales empresas y escuelas de negocios de Europa- eligiera por primera vez a Lima como la sede de su reunión anual. Se realizó a comienzos de julio en Centrum Católica, una de las escuelas de negocios más importantes de Perú. Para muchos, este encuentro es la punta del iceberg de un fenómeno que cada día comienza a ser más patente y que va de la mano con los buenos tiempos económicos que aquí se viven: la aparición de una nueva clase ejecutiva peruana dispuesta a recuperar los cupos que por tantos años dejó en manos de extranjeros más capacitados. Es hora de revancha.

Los números dan cuenta de este fenómeno. Fernando D'Alessio, director general de Centrum Católica y anfitrión de la EFMD, señala que en los últimos años se ha producido un  crecimiento en la demanda de MBA en Perú. Un ejemplo es su propia escuela de negocios, que a lo largo de los últimos ocho años ha dado un salto espectacular. "El 2001, que fue nuestro primer año de operaciones, comenzamos con 100 alumnos de MBA. Hoy superamos los 5.000. Sólo el año pasado hemos admitido 1.100. Eso es más que la convocatoria que tienen varios países juntos. Ello es un claro indicio de la necesidad de capacitación que tienen estos cuadros para cubrir las necesidades de las empresas transnacionales, que hoy en día están buscando ejecutivos muy capacitados", explica.
Este crecimiento se repite en otras instituciones. Sergio Bravo, decano de la Universidad ESAN, otra escuela de negocios muy prestigiosa de Perú, señala: "Sólo en MBA tenemos 1.600 estudiantes, pero hay alrededor de 5.000 participantes en  otros programas de formación de ejecutivos". Cursos que van desde diplomados en Calidad en Servicio al Cliente hasta Gestión Estratégica de Control Logístico.

D'Alessio no tiene dudas: "Esta demanda en alta capacitación es un claro indicio de lo que se viene".

El sueño del posgrado

Eduardo Carriquirry

Eduardo Carriquirry (46), gerente comercial de Ripley Perú.

En el mercado ya no es misterio el interés de Europa por América Latina. Perú incluido, claro. Guillermo Winter, un chileno nacido en Viña del Mar y hoy director de Head Hunters Perú -transnacional especializada en el mercado de búsqueda gerencial- mira con optimismo esta relación: "Varias empresas europeas me han venido a ver en los últimos días para trabajar el tema de recursos humanos. La situación económica de España es espantosa, Alemania tiene problemas con la crisis financiera global, Francia e Italia lo mismo. Eso hace que las empresas europeas comiencen a buscar mercados florecientes donde sea seguro invertir. Perú podría ser uno de éstos, pues tiene camino para seguir creciendo". Y para hacerse cargo de esos negocios estaría esta camada de ejecutivos locales que ya se formó o se está formando sin pausa en cursos de alta gerencia.

Javier Bustamante, gerente general de Starbucks Perú, es un ejecutivo peruano de 36 años, egresado de la Universidad del Pacífico y con una maestría en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC). Está de acuerdo con lo que llama "un boom de ejecutivos peruanos": "La causa podría ser discutida. Pero está claro que hay un crecimiento de profesionales especializados en tareas de dirección y empresas, lo cual viene acompañado de un crecimiento en la economía. Esto también puede deberse a un concepto de ascenso social a través de la educación. Por eso hay más profesionales estudiando posgrados y una mayor oferta de universidades nuevas o aquellas que se reinventan a raíz de esta demanda".

Bustamante agrega que hace años atrás sus compañeros se iban al extranjero para tomar un MBA a tiempo completo, ya que los posgrados a tiempo parcial tampoco eran una opción muy frecuente. Tampoco era usual hacerlo en Lima, pues la oferta local era pequeña. Apenas cuatro instituciones ofrecían esos cursos: la Universidad del Pacífico, la Católica, ESAN y la Universidad de Lima. "Ahora prácticamente todas las universidades tienen programas de posgrado, que han pasado de ser una ventaja competitiva a algo cada vez más frecuente en los profesionales", dice.

Una prueba de sus palabras se ve en la cantidad de avisos que trae la edición dominical de El Comercio. En un solo domingo, más de diez universidades se disputan con varias páginas de publicidad a los nuevos postulantes a posgrados de negocios. Pero las cosas no siempre fueron así en Perú.

El éxodo

Hace 17 años, este país vivió envuelto en varias crisis. Para Guillermo Winter, el atentado terrorista de Sendero Luminoso perpetrado en pleno corazón de Miraflores en 1992 marcó un antes y un después en la historia política y económica actual de Perú. En ese atentado murieron 20 personas y quedaron 200 heridas tras la explosión de un coche bomba en las puertas de un edificio de apartamentos en una zona de clase media.

Winter recuerda que, tras ese brutal asesinato, una buena cantidad de peruanos privilegiados -incluidos ejecutivos bien preparados- se fueron al extranjero. Esta fuga de capitales y de talentos se incrementó "durante el gobierno de Clinton en Estados Unidos (1993-2001), cuando se ampliaron las visas para posgrados y la posibilidad de conseguir trabajo para los extranjeros",  cuenta Alejandro Arrieta, economista peruano con Ph.D y profesor asistente de Indiana University, quien se fue a estudiar afuera por esas fechas.

Según Arrieta, las opciones de MBA en ese país eran y son múltiples. Van desde las escuelas de negocios más reputadas como Harvard Business School, Kellogg School of Management o Wharton hasta otras más accesibles en precio y proceso de admisión como es el caso del programa de un MBA de University of Phoenix. Todas ellas estaban en la mira de los peruanos que partían con ganas de capacitarse allá.

Manuel Cubas, gerente general de Cornerstone Lima -transnacional de recursos humanos especializada en el segmento de gerentes- cuenta que debido a esa fuga de talentos lo que encontraron las empresas extranjeras que llegaron a mediados de los 90 a Lima fueron pocos cuadros altamente preparados para enfrentar la competencia internacional. Ésa fue una de las razones por las que, en una primera etapa, las empresas que invirtieron en Perú llegaran con sus propias planas de ejecutivos. Muchas de estas empresas fueron chilenas. Actualmente, hay 180 empresas registradas en el Consulado chileno y 220 ejecutivos chilenos en la alta dirección de estas empresas.

La revancha de los ejecutivos peruanos

Recuperando terreno

Guillermo Winter recuerda que en 1993  llegaron a Lima más o menos 25 ejecutivos para la alta dirección de las empresas chilenas que incursionaban en el mercado peruano. "De esos 25 chilenos, hoy en Perú se han quedado 4. Entre esas empresas que entraron estaban bancos, Fasa, Precisión Hispana y supermercados Santa Isabel, entre otras", dice. Para Felipe Aldunate, director editorial de la revista América Economía, de paso por Lima, la explicación se debe a que "las empresas, en una etapa temprana de su internacionalización, tienden a exportar ejecutivos y localizarlos, pero cuando ya tienen cierto tamaño y dimensión tienden a depender mucho más de los recursos locales".

Eso explica el retorno de muchos de esos cuadros a sus países de origen. Ése es el caso de Ripley, Falabella y otras empresas como Telefónica en Perú, que el 21 de enero de 2003 nombró por primera vez a un gerente general peruano, cuando normalmente éste era traído desde España. Se trata de Juan Revilla Vergara, un economista graduado en la Universidad del Pacífico, con una amplia trayectoria en el Grupo Telefónica y vinculado al mundo tecnológico. Hoy ya no está en la gerencia general, pero sigue siendo uno de los directores de la firma hispana.

Pero no todo se debe a la mayor cantidad de escuelas de negocios peruanas ni al aumento de los cursos de posgrado. Al menos eso cree Manuel Cubas, de Cornerstone Lima, quien rescata el papel que han jugado las propias empresas peruanas para ser más competitivas. Una filosofía que comienza por capacitar a sus cuadros directivos con cursos que van desde la gestión de recursos humanos hasta las finanzas, pasando por áreas como la logística, el marketing o incluso el coaching. Por eso, muchas empresas comenzaron a desarrollar sus propios programas de entrenamiento. Está el caso de Alicorp, el Banco de Crédito o el Grupo Gloria. Daniel Córdoba,  director de la Escuela de Posgrado de la Universidad del Pacífico, lo escribió claro en la última edición de la revista Strategia: "Muchas empresas, como el Banco Interbank en el Perú, tienen su propia universidad". La frase alude a la sistemática y cada vez más frecuente capacitación in house.

Impacientes y asertivos

Ferrucio Cerni

Ferrucio Cerni (44), gerente general de Rialto Consultores, empresa especializada en temas de banca y finanzas.

A estas alturas, no pocos se preguntan por el perfil del resucitado ejecutivo peruano. Varios headhunters, expertos en recursos humanos y directores de escuelas de negocios se atreven con una respuesta. Para Rolando Arellano, doctor en Marketing Cuantitativo (Ph.D), MBA de ESAN y sicólogo de la Universidad Católica del Perú, la gran ventaja de los ejecutivos peruanos es la experiencia en crisis. "Tantos años viviendo en medio de ésta les ha dado una capacidad de manejo que no tienen muchos ejecutivos de países más desarrollados", explica.

Para Manuel Cubas, de Cornerstone Lima, "los ejecutivos peruanos están hoy entre los 35 y 45 años de edad. Son personas que vienen de la misma extracción social, alta y media alta, piensan igual  y tiene los mismos parámetros que sus pares chilenos. No han pasado por mayores sufrimientos. Son sumamente rápidos y orientados al logro, pero al mismo tiempo muy duros. Al estar enfocados en resultados les falta sensibilidad social. Es decir, si trabajan con alguien que no les rinde, no le dan mucho tiempo y simplemente lo cambian. Son sumamente impacientes, asertivos y sólo se toleran entre ellos".

Por su parte, Guillermo Winter, de Head Hunters Perú, rescata como fortaleza de esta nueva generación de ejecutivos peruanos el ser estudiosos. "Esto no se ve en otros países. No es raro encontrar aquí a una persona que haya estudiado dos carreras y de allí un MBA. Eso es algo positivo".

Winter agrega que hoy los ejecutivos chilenos no tienen ninguna ventaja sobre los peruanos en el mercado de búsqueda gerencial, salvo que se trate de búsquedas muy especializadas. "¿Cuántos ejecutivos especializados en cadenas de televisión hay en Perú?  Tres, dos, uno. Allí es donde las empresas salen a buscar afuera", señala. Y pone como ejemplo la contratación de Javier Urrutia, un abogado chileno con posgrado en negocios quien se convirtió hace algunos meses en gerente general del canal de televisión Frecuencia Latina de Lima.

El regreso a casa

Muchos de los peruanos que se fueron en tiempos de crisis política y económica hoy buscan regresar. ¿La razón? La crisis financiera global. "Sé de varios ejecutivos peruanos que han terminado un MBA en Estados Unidos y han regresado a Perú, luego de trabajar en banca de inversión", comenta el profesor Alejandro Arrieta. "Ahora -agrega-, los sueldos de ejecutivos en el Perú son mucho más altos que antes. Son comparables a lo que se gana en una ciudad mediana de Estados Unidos. Al año, aproximadamente 80.000 dólares en una empresa mediana". Eduardo Carriquirry, gerente comercial de Ripley, también ha sido testigo de este fenómeno: "Recibo muchas hojas de vida de gente que está afuera y quiere regresar al Perú".

A este retorno de ejecutivos con MBA se suma el regreso de Ph.D de excelentes universidades extranjeras, los cuales están hoy ocupando las planas docentes de varias escuelas de negocios. Uno de ellos es Daniel Schydlowsky, economista peruano con un Ph.D en Harvard, quien ve esta situación con optimismo. Piensa que en Perú puede ocurrir lo mismo que pasó en Israel a mediados de los 90, cuando un grupo importante de rusos altamente calificados llegaron a ese país y tuvieron un impacto tremendo en la economía: "Algo parecido podría pasar con los peruanos calificados que regresen al país, si es que regresan en un número significativo".

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