Por quepasa_admin Octubre 8, 2014

BARCELONA / DE CHAMPAÑA Y ANCHOAS
[ Por Gaspar Hübner ]

Decidir adónde llevar de paseo a los amigos o parientes que nos visitaban en Barcelona, una ciudad con infinidad de barrios, museos y rincones que vale la pena conocer, era siempre algo difícil. Pero hay uno que nunca fallaba, sobre todo en días de semana, cuando la masa de turistas disminuye algo -un poco en verdad- y es hacer el siguiente recorrido por la Ciutat Vella. Primero hay que llegar a las Ramblas en metro (estación Liceu línea 3) y, una vez allí, sortear el mar humano hasta llegar al carrer dels Escudellers  y adentrarse por esa estrecha callejuela. Por lo general, lo que hacíamos con las visitas era detenernos en la Plaza de George Orwell, a tomar un café en alguna terraza, lo que daba pie para hablar del escritor británico, queridísimo por los barceloneses o barcelonins, quienes sienten una verdadera deuda afectiva hacia el autor de Homenaje a Cataluña. Luego hay que retomar el camino y adentrarse en el laberinto de callejuelas hasta cruzar la vía Laietana. Una vez al otro lado, se llega al Born, uno de los barrios más bonitos de la ciudad vieja. Un imperdible es la basílica gótica de Santa María del Mar. Luego, es el turno del destino final: el bar Xampanyet, en el carrer Montcada. Una de esas tascas tradicionales catalanas, siempre llenas de gente. Ahí, hay que armarse de un poco de paciencia para encontrar un lugar en la barra. La variedad de pinchos y tapas es fascinante, pero la fama del local se debe al xampanyet (champañita), un espumante semidulce -que se escancia directamente desde las barricas en copas o botellas-. El acompañamiento perfecto es algún surtido de mariscos de las enormes conservas que adornan las paredes. Pero lejos lo mejor son las anchoas. Una delicia que bien vale la pena un par de horas de recorrido.

NUEVA YORK /  FUERA DE GUÍA: LA PLAYA
[ Por José Luis Simián ]

Cuando los amigos que vienen a Nueva York entre junio y agosto me preguntan por recomendaciones de cosas que hacer, inevitablemente les recomiendo que vayan a la playa, y ellos inevitablemente me ignoran y terminan yendo a Times Square o SoHo. No se trata de que las playas de Nueva York -Rockaway Beach, Coney Island, Jacob Riis Park, Fort Tilden, por nombrar las más conocidas- valgan por sí solas una visita a la ciudad. Pero a pesar de que vivo en Nueva York hace una década, nunca deja de sorprenderme el poder tomar el subway o un ferry, y en menos de una hora estar con los pies en el agua -un agua bastante más cálida que la de nuestro querido Océano Pacífico- sin haber dejado los límites de la ciudad. ¿Las rutas? Tomar el subway F hasta la estación final, en Coney Island, y luego caminar hacia el Este por la costanera, a la más despoblada y muy rusa Brighton Beach, y luego terminar el día comiendo varenikis en el restaurante ucraniano Café Glechik (3159 Coney Island Ave). O bien tomar la línea A del subway hacia Rockaway Beach para después caminar un par de cuadras para alejarse de las hordas, y quizás comer en Rockaway Taco (95-19 Rockaway Beach Blvd).

 

LIMA / NO TODO ES PISCO SOUR Y CEBICHE
[ Por Bernardita Serrano ]

No hay un local en Lima que se parezca a El Pan de la Chola (La Mar 918, Miraflores). Desde que abrió sus puertas, este lugar se transformó en uno de mis rincones favoritos en la ciudad. Aquí siempre llevo a mis visitas o mando a quien me pida un “buen dato” que no incluya las palabras cebiche o pisco sour en el requerimiento.

Esta panadería/restaurante está en una calle del distrito de Miraflores en la que conviven talleres mecánicos con premiados restaurantes y tiendas de diseño. Una rara mezcla que hace que el lugar sea muy inesperado. Pero ya desde la puerta, impacta por su decoración rústica pero llena de detalles que arma una atmósfera acogedora y entretenida.

La cocina abierta deja que uno participe como espectador en la elaboración de masas y panes. Los mismos que después se transforman en los contenedores de deliciosos “sánguches” que rellenan con vegetales, hummus, quesos o mermeladas caseras.

Para mí, los imperdibles son la focaccia con palta, aceite de oliva y sal de Maras, y el queque de manzana que hornean a diario. Y para acompañar, los frescos “extractos” que combinan magistralmente frutas y verduras como espinaca con manzana o betarraga con pera y berros.

 

BUENOS AIRES / PEDALEO BARRIAL
[ Por Constanza Yévenes Biénzobas ]

La mejor manera de descubrir una ciudad es recorrerla en bicicleta. Buenos Aires no es -aún- Ámsterdam ni Copenhague, pero a través de la implementación de un sistema público de préstamo de bicicletas, EcoBici, y la construcción de varios kilómetros de bicisendas (ciclovías), abre una alternativa real para quienes prefieren moverse sobre dos ruedas. La clave es no temerle a la ciudad y ponerse a pedalear. Una de mis rutas favoritas es visitar Almagro, un barrio que brilla por la proliferación de teatros independientes, bares con encanto y milongas renovadas. ¿Cómo llegar? Lo primero es ingresar a www.ecobici.buenosaires.gob.ar e ir a la estación más próxima. Te entregarán un mapa y las instrucciones necesarias para llegar fácilmente. Mis recomendaciones: perderse por las calles que antaño acogieran a Carlos Gardel; dejarse llevar por la bicisenda de Billinghurst hasta Guardia Vieja, esquina ideal para detenerse en El Banderín, típico café-bar que funciona desde 1929 y decora sus paredes con cientos de banderines futboleros. A pocas cuadras, por la ciclovía de Humahuaca, se encuentra lo mejor del teatro off en el Espacio Callejón (Humahuaca 3759). Y si aún quedan energías, La Catedral (Sarmiento 4006) es un cierre perfecto al ritmo de la milonga.

 

 

Relacionados