Por Antonio Díaz Oliva Enero 29, 2014

Hace un año se lanzó The Big New Yorker Book of Dogs, una recopilación de artículos -publicados en el New Yorker- sobre los perros, sus dueños y su relación con Nueva York. Porque claro: Nueva York, sin duda, es una ciudad canina. Es cosa de caminar por Central Park y sus alrededores y ver a la gente pasear esos perros enanos, chillones y sobreprotegidos. Así, para los que nos confesamos amantes de los gatos, hay algo que se extraña al recorrer las calles de la Gran Manzana. De ahí que The Big New Yorker Book of Cats tenga todo lo que esta ciudad no ofrece, a primera vista, en términos gatunos. Portadas y caricaturas de distintas épocas de la revista; relatos (destacan los de John Updike, Murakami y Steve Millhauser); poemas (Ted Hughes y Elizabeth Bishop); y, sin duda la mejor parte, artículos y ensayos sobre los gatos que se pasean por Manhattan y sus alrededores. Dentro de estos últimos, por ejemplo, está la historia de la terapeuta que trata a los felinos con problemas de insomnio o familiares (uno que no soporta estar en la misma pieza que su padre). O la historia de un gato pueblerino que se subió de curioso a un auto y horas más tarde despertó en plena Nueva York y su dueña tuvo que ir a rescatarlo. O las andanzas de Pynchon, insigne mascota felina que, al contrario del indescifrable escritor estadounidense, era la cara visible de una famosa librería neoyorquina y el cual, debido a su excesivo sobrepeso, terminó eliminado de un concurso de gatos, estresado y con riesgo de desarrollar diabetes.

“The Big New Yorker Book of Cats”. A 26.89 dólares en Amazon.

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