Por Alejandra Costamagna, escritora Diciembre 30, 2014

Más de noventa obras incluye este año el Festival Internacional Santiago a Mil. Recomendamos
seis montajes imperdibles.

• GRECIA AL ATAQUE

Al centro está el destino. A la izquierda, los aqueos; a la derecha, los troyanos. Ésa es la disposición espacial de Iliad (La Ilíada), que trae a Chile el griego Stathis Livathinos. Los 24 cantos de la epopeya homérica son interpretados por 15 actores que representan la cólera de Aquiles en un montaje clásico y contemporáneo al mismo tiempo, de gran despliegue escénico. Son tres horas y media batalladas en griego, con traducción simultánea en pantalla, que nos transportan de manera coral desde el siglo VIII antes de Cristo al XXI de nuestra era, y de vuelta hacia atrás y hacia adelante otra vez, como si la Historia fuera un poema épico en eterno vaivén. Ojo con los más de 400 neumáticos dispuestos sobre el escenario.

“Iliad (La Ilíada)”. En Teatro CorpArtes.

 

• MENSAJES NO DESEADOS

Rafael Spregelburd es uno de los dramaturgos más relevantes y prolíficos  de Argentina hoy. Y también uno de los más descomedidos. Así lo hemos apreciado en obras como La estupidez o Apátrida, doscientos años y unos meses. Y así podremos corroborarlo con Spam, que al autor define como “una ridícula fantasía apocalíptica con fondo de fin de fiesta”. Se trata de un monólogo multidisciplinario, interpretado por Spregelburd, que reúne varias subhistorias encadenadas a la manera de un interminable correo basura. El protagonista es un profesor italiano de lingüística, que pierde la memoria y despierta vestido con un smoking de James Bond en el hotel Caravaggio, en Malta, donde vivió el pintor barroco. Entre tanto, el hombre se niega a corregir la tesis de su mejor alumna, se involucra con la mafia oriental, nos informa de una guerrilla artística que ataca fábricas de muñecas chinas y salta de una peripecia a otra hasta el infinito. O hasta que el mismo spam nos devuelva al punto de origen.

“Spam”. En Centro GAM.

 

• VACAS RUSAS

“Hacemos un teatro más a la antigua”, admite Alvis Hermanis, director de la compañía letona New Riga Theatre, que se presenta por tercera vez en Chile. La primera fue en 2008 con la conmovedora Sonja. La segunda fue en 2014 con Shukshin Stories, un compilado de relatos populares del ruso Vasily Shukshin. Y ahora vuelven con Leche negra, una historia ambientada en el campo, protagonizada por mujeres y vacas (aunque también hay un hombre y un toro), que se rige por la premisa de que “cuando la última abuela letona entregue su última vaca, la auténtica Letonia será algo del pasado”. Puede que sea teatro a la antigua, como sostiene el director. Pero estas obras vinculadas con los límites de lo cotidiano son, sin duda, el soplo de un arte imperecedero, profundamente humano. Al modo universal de Chéjov, sin ir más lejos en la Rusia rural.

“Leche negra”. En Teatro Municipal de Las Condes.

 

• EL FILO DE LAS PALABRAS

Acceso fue, tal vez, la mejor obra teatral de 2014 en Santiago. Roberto Farías, en su rol de Sandokán, es un vendedor ambulante de micros que reconstruye casi sin respiro su historial de precariedad, su adaptación al abuso y su particular resistencia frente a la opresión. Mientras saca libros de anatomía, leyes del Estado, una Biblia para niños y otros productos de su arsenal de venta al público, va haciendo un recorrido en su memoria por los capítulos de violencia con curas pedófilos, jueces, empresarios, una candidata de nombre Evelyn, policías, sicólogos y compañeros de vagancia, sin caer nunca en la caricatura. Dirigido por el cineasta Pablo Larraín, Farías construye en este monólogo un discurso genuino, con énfasis y categorías fieles al habla de la calle. Así convierte a la palabra en un arma de defensa: un artefacto filoso que le permite hacer frente a la barrera segregadora que es también la lengua.

“Acceso”. En Teatro Mori Bellavista.

 

• MURMULLOS

Los parcos diálogos entre el padre y el hijo en Paso del Norte parecen contener siglos de miseria y desamparo. “Nomás me trajo al mundo al averíguatelas como puedas”, reclama el muchacho en un momento. Y la respuesta del padre es una estocada: “Lo que pasa es que eres tonto. Y no me digas que eso yo te lo enseñé”. El cuento de Juan Rulfo, que el director Cristián Plana llevó a escena en 2014, apabulla por su simplicidad y densidad simultáneas. Pero Plana no sólo resucita la belleza del texto original, su oralidad lacónica sostenida en el murmullo, sino que además recrea la atmósfera rulfiana con un trabajo visual que a estas alturas es también un sello propio. Aquí importan los gestos, las pausas, las zonas opacas, el tono de las palabras y la enorme fuerza plástica que es capaz de activar este talentoso director chileno.

“Paso del Norte”. En Teatro Mori Bellavista.

 

• HISTORIAS DE CALABOZO

Uno de los mayores logros del remontaje de Por sospecha, dirigido por Carlos Huaico, es la absoluta actualidad que transmite a más de tres décadas de su estreno. En un calabozo coinciden un lanza y un obrero, a los que se unirá luego un delincuente primerizo. Todos han sido detenidos por sospecha. Mientras el primero se jacta de su oficio delictual, el segundo enarbola una defensa del trabajo honesto. La discusión es enriquecida por el tercer personaje, que incorpora la vulnerabilidad y la indecisión. Pero el intercambio de posturas nunca es zanjado de manera moralizante. Luis Rivano, que escribió esta obra en 1979, no pontifica ni juzga a sus personajes. En su calidad de ex carabinero, el dramaturgo conoce al dedillo a sus protagonistas. Y lo mejor: sabe otorgarles plena humanidad.

“Por sospecha”. En el Teatro Antonio Varas.

*Santiago a Mil. Desde el 3 al 18 de enero. Programación y más información en www.fundacionteatroamil.com

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