Por Alejandra Costamagna Noviembre 12, 2014

Una pareja de chilenos, en Atenas, experimenta el exilio en los años 70 como un suplicio semejante al que padecieron los relegados de la Grecia antigua. Dos hermanos intentan reencontrarse en el lugar donde vivieron la infancia, pero las distintas experiencias de sus vidas tras el golpe de Estado se traducen en visiones opuestas sobre los alcances de la justicia en el presente. Una mujer regresa del exilio y es vista por la empleada de la casa, quien la esperó durante quince años en el mismo lugar, como un ser ajeno: otra persona. Una muchacha de veinticuatro años, mitad inglesa, mitad chilena, heredera del destierro político de sus padres, retorna a un país que ya no le pertenece. Estas son las sinopsis de las cuatro obras seleccionadas en el primer concurso Dramaturgia del Exilio, convocado por el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos (MMDH), al que llegaron más de cien textos. Son cuatro historias de desarraigo, escritas por Javier Almeida (Que me lleven lejos de Atenas), Camilo Reyes (Conversaciones sobre escombros), Fernando Mena (Amanda) y José Alfredo Díaz (Pasta). Cuatro perspectivas que abordan los múltiples impactos del tema en la sociedad chilena: las rupturas familiares, los fantasmas y los miedos que permanecen, las secuelas en los hijos y los nietos. Los textos están siendo presentados en el MMDH como lecturas dramatizadas a cargo de Néstor Cantillana, Gopal Ibarra, Isidora Stevenson y Aliocha de la Sotta, con elencos que incluyen a actores y actrices de distintas generaciones, como José Soza, Óscar Hernández, Carmina Riego, Heidrun Breier, Paula Bravo, Tito Bustamante y Nona Fernández. Abrir la discusión y presentar los distintos puntos de vista sobre el destierro: revisar los coletazos de unos bandos que, después de 41 años, aún nos golpean. Ese es el objetivo del ciclo.

“Dramaturgia del Exilio”. Viernes y sábados de noviembre, en el Museo de la Memoria. Gratis.

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