Por Alejandra Costamagna, escritora Octubre 8, 2014

Es de la gama de los rojos, pero tiene un nombre propio: palo de rosa. Ni rosado ni violeta, sino más bien un matiz entre ambos. El color elegido por el dramaturgo Juan Andrés Rivera para titular Palo rosa, la obra escrita como parte de los talleres ofrecidos por el Royal Court Theatre en Chile, que acaba de estrenar en el Teatro UC, es una metáfora precisa de los temas que aborda: el valor de la diferencia y la consideración de las diversas identidades posibles. Rivera, diseñador de formación, pone énfasis en los colores para hablar de discriminación, homofobia, intolerancia y otros asuntos que golpean a una familia de la provincia chilena. Un adolescente es sometido por su abuela y una vecina a lo que ellas llaman un “tratamiento correctivo” para enderezar su sexualidad. Amparadas en la ignorancia y el prejuicio, las mujeres quieren podar al niño como a las rosas del jardín para que crezca firme, seguro en la vida. Para ellas se trata de un acto de amor. Coherente con su vasta trayectoria en la compañía Los Contadores Auditores (La tía Carola, Cho), el dramaturgo toma referentes de la cultura popular y apuesta por la ironía para insinuar la violencia latente en la historia. Y eso es lo que recoge Alexandra von Hummel, quien dirige la pieza con la crudeza propia de los trabajos de su grupo La María (El apocalipsis de mi vida, Los millonarios), pero siempre atenta a las particularidades de la comedia negra que propone Rivera. Aunque pueda descolocar al principio, a medida que avanza el conflicto, el cruce de estéticas se transforma en uno de los aspectos más interesantes del montaje. El vaivén entre risa y espanto es graficado con eficacia en la escena de la niña que, disfrazada de La Sirenita en versión chilena, ejecuta un baile fallidamente seductor para el muchachito. Ni pez ni mujer, ni tan infantil ni del todo adulto, ni rojo ni morado exactamente.

“Palo rosa”. Hasta el 8 de noviembre. Más info en www.teatrouc.cl

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