Por Marisol García Junio 19, 2014

Para los efectos de comprender un disco como el del debut de Travesía, Puerto Groove, el dato que Miguel Tapia haya cofundado hace treinta y un años un grupo llamado Los Prisioneros es menos significativo que el que los tres compañeros de su actual banda sean un cubano, un guatemalteco y una chilena criada en Brasil. Es la ligazón de vida con la música latina, por lo tanto, y no una caza de último momento la que sostiene un sonido que, en palabras del chileno, guarda “lo frío de la electrónica y lo cálido del folclor”. En las versiones para temas tan conocidos como “País tropical”, de Jorge Ben, “Aguas de Março”, de Tom Jobim, y la cubana “Chan chan”, el grupo funde secuencias, voces y percusión acústica en lecturas de eficacia dispar; pero es en los temas propios, como “Se me sale el indio” y “Rupa rupa”, cuando Travesía parece afirmarse en colores de valiosa propuesta. Este último debe ser el primer experimento en Chile que samplea el guitarrón del prócer Santos Rubio (1938-2011) para afirmar un tema que consigue identidad distintiva inspirado en la tradición del canto a lo poeta. Travesía recorrió el continente buscando pistas para su sonido, y resulta que algunas de las mejores estaban en Pirque, junto a las casas de sus integrantes.

"Puerto Groove", de Travesía

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