Por Macarena Lavín Marzo 19, 2014

Tres shows para agendar en la próxima edición de este festival, el 29 y el 30 de marzo en el Parque O’Higgins.

• NIÑO COHETE: LA REVELACIÓN CHILENA

Es la última revelación de Concepción -que no tiene nada que ver con la sonoridad penquista noventera- y ha ido ganando espacio en el Sur y conquistando la capital rápidamente. Prueba de eso fue que agotaron entradas en el teatro Ladrón de Bicicletas para el lanzamiento de su disco debut, a fines del año pasado.  Aves de Chile (2013) fue financiado en parte por Contienda Nacional (la plataforma de crowdfunding de La Tienda Nacional) y producido por Fernando Milagros.  Después de una etapa más acústica, adornaron su repertorio con más arreglos y matices, llevándolo a un pop más sofisticado, elegante e infinitamente sensible.
Domingo 30 de marzo, 16.15 h.

 

• ARCADE FIRE: MÁS ALLÁ DE LAS EXPECTATIVAS

¿Qué esperar de Arcade Fire? Simplemente lo mejor, más arriba de las expectativas, incluso.  Ser nominados el show más destacado del año 2010, luego de editar The Suburbs, no fue puro hype, porque realmente ofrecían un concierto impecable dondequiera que fueran. Por ejemplo, en el festival Leeds, el 2010 en Inglaterra, el sonido era tan majestuoso que no se notaba que estaban tocando en un campo abierto. La fiesta arriba del escenario, con más de 10 músicos, es exultante y conmociona al público, que no hace otra cosa que celebrar con ellos. A pesar de ser los favoritos de los críticos, disco tras disco, la banda canadiense engolosina mostrando exclusivamente lo último, incluso ahora con su álbum doble, Reflektor, porque siguen entregando lo suyo de la mejor manera: pulcra y desquiciada a la vez. 
Domingo 30 de marzo, 20 h.Ç

 

• VAMPIRE WEEKEND: CANCIONES JÓVENES

A pesar de que estos neoyorquinos publicaron su primer disco a fines del 2007 -el homónimo, que se puede escuchar sin hartarse-, la sensación general es que se han demorado demasiado tiempo en venir, y eso que casi no han parado de girar. Por eso, cuando están parados en el escenario se ven tan cómodos que parecieran estar tocando en un barcito, y se escuchan las canciones con todos sus arreglos interpretados con tal perfección, que uno podría estar presenciando fácilmente una sesión en el estudio en sus tomas finales. Un relajo que va con su música, por supuesto, que es perfecta para enterrar lo último que va quedando del verano, con sus ritmos de influencia africana, aullidos y riffs histéricos que se cuelan en sus encantadoras canciones que se niegan a envejecer.
Domingo 30 de marzo, 18 h.

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