Por Stephanie Arellano Mayo 6, 2015

“La realidad mata, la ficción salva”, repetía como un mantra Javier Cercas (1962) luego de la publicación de Anatomía de un instante (2009). Su padre había fallecido antes de terminar el libro. La solución -para Cercas- era seguir escribiendo. La idea para un nuevo libro apareció en mayo de 2005, cuando el historiador español Benito Bermejo desenmascaró a Enric Marco, nonagenario barcelonés que durante tres décadas fingió ser un exiliado de la España franquista y un deportado de Flossenbürg, un campo de concentración nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Incluso, llegó a presidir una asociación española de sobrevivientes del nazismo. Cercas había encontrado la historia -aunque tardaría nueve años en publicarla- para El impostor (Literatura Random House), una “novela sin ficción”, como él la denomina. 

-En El impostor dice: “Todos representamos un papel; todos somos quienes no somos; todos, de algún modo somos Enric Marco”. ¿Acaso somos impostores también?

-Sí claro, es decir, esa única respuesta está en el libro, pero llegar a ser quien eres de verdad es la tarea de una vida, lo demás son aproximaciones, máscaras que te vas poniendo, y las máscaras no necesariamente son falsas, porque no olvides que persona es lo que máscara significa en griego. La máscara es lo que nos oculta, pero por sobre todo, lo que nos revela. Entonces sí, todos tenemos un montón de máscaras.

-¿Por qué esperó tanto tiempo antes de decidirse a escribir sobre Enric Marco?
-En síntesis, creo que por dos cosas: una, la dificultad de un libro así. La historia de Marco está tan llena de mentiras o tan entremezclada de mentiras y verdades, que nunca podrá saberse la verdadera historia. Y yo sólo podía concebir este libro si podía contar la verdadera historia de Enric Marco y podía confrontarla con la falsa historia de Enric Marco. Por eso es una novela sin ficción. Y, por otro lado, la razón fundamental es lo que digo en la primera frase: me daba miedo. Y yo tenía razón al tener miedo, porque lo que estaba ahí dentro, lo que al final encontré es un espejo, es decir, me vi a mí mismo y nos vi a todos en este hombre. Eso es terrible, desagradable. Este hombre es un espejo horroroso de lo que somos. Marco es una exageración monstruosa de la impostura. Todos, de algún modo, tenemos algo de él.

-¿Qué impresión le dejó su primer encuentro con Marco?
-Lo que me pasó es exactamente lo que cuento en el libro: me horrorizó. Incluso desde el punto de vista físico: es un tipo bajito, bigotudo, que no para de moverse y que te dice “yo soy importante”, “yo he hecho muchas cosas”. Tiene una especie de ansia por demostrar, por decir que él era fantástico/admirable, por defenderse del mundo que lo había maltratado.

-¿Por qué quiso ser parte de la trama del libro?
-Yo no quería que el lector estuviera al margen del libro, yo quería que el lector entendiese este libro, como esta frase de Horacio: “La historia habla de ti” (De te fabula narratur). Yo quería interpelar al lector: “Ésta es una historia extraordinaria y tú eres el primer involucrado”. Para que eso fuera posible, tenía que involucrarme y decirle al lector “tú eres yo”. Sin meterme dentro de esa historia, el lector no podía meterse ahí.

“El impostor”, de Javier Cercas. A $15.000.

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