Por Rodrigo Fresán, escritor. Septiembre 10, 2014

Desde su muerte en 2007, la vida fantasmal de Kurt Vonnegut ha probado ser tan saludable y fértil como la de Ernest Hemingway y Francis Scott Fitzgerald. Lo que no está mal, lo que corresponde: porque Vonnegut es, seguro, uno de los grandes de la literatura norteamericana.

Así, desde que Vonnegut tropezó por una escalera y cayó en un coma del que ya no se levantaría, se ha podido disfrutar de dos colecciones de sus cuentos tempranos y textos sueltos (Mire al pajarito y Mientras los mortales duermen, ambas en Sexto Piso, y La cartera del cretino, en Malpaso), un sabroso y contundente volumen de cartas editadas por Dan Wakefield, un volumen de escritos autobiográficos (Armageddon in Retrospect), una nouvelle primeriza y una novela tardía e inconclusa (We Are What We Pretend to Be: The First and Last Works), y una recopilación de sus muy populares y celebrados agridulces discursos para alumnos de secundaria y universitarios (If This Isn’t Nice, What Is?: Advice to the Young). También, han aparecido varios estudios críticos, un par de biografías, una memoir de una “amiga entrañable”, y Library of America lo ha elevado a los altares con los tres primeros volúmenes de su obra completa.

“And so it goes”, diría el autor.

A esta reunión ectoplasmática se suma ahora su Drawings, que es la recopilación de exactamente eso: los luminosos e iluminadores garabatos de Vonnegut que, en su caso, estuvieron siempre estrechamente ligados a su vida y obra (releer, sin ir más lejos, el recientemente reeditado Desayuno de campeones, en La Bestia Equilátera y con portada de Liniers), donde los dibujos son parte integral de la trama. Con el tiempo, digámoslo, Vonnegut hizo unos cuantos dólares más vendiendo serigrafías y pósteres vía internet. Y Drawings  -con formato de coffee-table book e introducción de la hija Nanette Vonnegut y una apreciación plástica del estudioso vonnegutiano Peter Reed- continúa la fiesta. A destacar, especialmente, los autorretratos de aquel que junto a su firma añadía un asterisco a modo de retrato de su orificio anal.

Y duda de obsesivo-fan-completista: ¿por qué no se incluye aquí el formidable retrato de Kilgore Trout que aparece al principio de Timequake, eh? La respuesta, seguro, tal vez, quién sabe, en el próximo libro fantasmal de uno de los escritores más importantes de nuestro planeta y de, por supuesto, Tralfamadore. Ese planeta vonnegutiano donde todos los libros se leen al mismo tiempo y “al ser vistos simultáneamente, producen una imagen de la vida que es hermosa y sorprendente y profunda. No hay principio, ni centro, ni final, ni suspenso, ni moraleja, ni causa, ni efectos. Lo que amamos de nuestros libros es la profundidad de tantos momentos maravillosos contemplados al mismo tiempo”.

Pues eso, pues esto, pues este libro.

“Drawings”, de Kurt Vonnegut. A US$ 41.63 en bookdepository.com

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