Por Diego Zúñiga Febrero 19, 2014

Creo que nadie sabe con seguridad cuántas novelas ha publicado desde fines de los 70 -algunos dicen que ha superado las 100, otros que anda cerca-, pero sí hay una certeza: César Aira (1949) es un escritor imprescindible si se quiere saber qué ha ocurrido en estos últimos años en la literatura argentina y latinoamericana: es un referente de los autores más jóvenes y no se ha cansado de experimentar en el género de la novela. Por eso un libro como Continuación de ideas diversas (Ediciones UDP) puede desconcertar a algunos lectores, pero no a los suyos: es un ensayo que no parece ensayo -Aira es un experto en el arte de desarmar los géneros-, y que está estructurado a partir de fragmentos aparentemente inconexos, aunque los une la prosa de Aira -a esta altura absolutamente reconocible- y, también, el deseo de plantear en cada uno de ellos alguna idea vinculada a diversas materias, aunque casi todas estén enfocadas, finalmente, al tema de la creación artística -y literaria, por sobre todo-: aquí se habla de realismo, de las vanguardias, de la lectura y de las formas. Y aunque en un momento Aira dice que desconfía de los “diarios íntimos”, Continuación… parece, a ratos, un libro que podría calzar en el género -podría ser, también, un hermano de ese libro maravilloso que es Prosas apátridas, de Julio Ramón Ribeyro-, porque no sólo hay muchas ideas aquí, sino que también fragmentos de novelas, relatos autobiográficos y momentos confesionales, en los que Aira nos habla de sus orígenes literarios -y de su misma obra y sus obsesiones- como en ningún otro libro lo había hecho antes.

“Continuación de ideas diversas”, de César Aira. A $8.500.

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